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El viaje a la residencia fue silencioso, salvo por los movimientos de Pampin cuyos ojos grises no paraban de ver todo a su alrededor.
Daniel y Ramón nos recibieron en la entrada de la casa. Me abrazaron al momento de bajar de la carreta casi tan emocionados como Jeremias.
Habían huéspedes en ese momento, por lo que luego de la bienvenida y una limpieza en sus ojos, siguieron atendiendo sus deberes. David le pidió a Jeremias que cuidara a los niños mientras me iba con él a dar un paseo.
Era necesario una conversación entre los dos, sin orejas y ojos que nos esten rodeando, habíamos quedado en hacerlo luego de que le dijera la verdad de Pampin.
Volvimos al mismo lugar donde David me llevó para compartir su historia. Tomamos asiento en el pasto mientras el sonido del agua buscaba amenizar el ambiente. Algo difícil en ese momento. No sé cómo terminará esa conversación.
– ¿Recuerdas cómo llegué aquí, David?- le pregunté con nostalgia.
– No lo olvidaré- respondió- Eras la viva imagen del joven Amarok antes de conocer a tu mamá, tengo buenos recuerdos de él.
– Todavía lo extraño, él murió poco antes de que llegara aquí. Nos fuimos en el momento en que nació Lucero.
– El nacimiento de una loba en el clan es símbolo de mala suerte, se le asesinan cuando nacen - dijo David.
– ¿Pensaste lo mismo cuando Jeremias encontró a Jazmin?- tenia curiosidad por su respuesta.
– Soy el que menos puede juzgar eso después de lo que hice de joven- responde David pensativo, tal vez rememorando el encuentro con su esposa, su escape del clan y como terminó con la familia de Rosa debido a una arrebato de defender el honor de ella.
– Mis hermanos mayores recapacitaron del nacimiento de una niña que ellos tuvieron. Eso fue luego de lo que pasó con Lucero, me lo confesaron antes de ayudarme a irme de ahí. Necesito contarte esa historia.
Respiro profundamente para organizar mis pensamientos.
– Fui el menor de mi camada, el último en cortejar y tener hijos- le digo a David- Pero cada paso que di fue erróneo, no culpo a mi familia ni a mi gente. Si bien el núcleo cultural en el que estuve fue una influencia, me faltó empatía- me sincero- Estaba tan concentrado en mi sueño y la pasión que me generaba Lucia que la dañé a ella y a mi familia. El nacimiento de Lucero parecía ser la respuesta de esa mala suerte, matarla era la respuesta en nuestra cultura pero ¿cuanto más iba a dañar a Lucia? yo...
Me duele decir esa palabra, pero debo decirla, es claro ahora, me costo años de entenderlo y tenia que pasarme a mi para saberlo