El ambiente en el gimnasio estaba tan cargado que podía sentir la tensión en cada rincón. Había algo especial en este torneo benéfico, como si el destino lo hubiera hecho solo para probarme, o más bien... para retarme.
La verdad, nunca me imaginé enfrentándome a Steve Harrington en una cancha. Sí, el mismísimo rey de la secundaria, el chico que todos conocían por su estilo y, en algún momento, por ser el mejor en la cancha. Pero ahora ya no jugaba oficialmente, así que verlo aparecer con su sonrisa confiada y su mirada desafiante era... inesperado. Y confieso, me picaba el orgullo.
Desde el primer minuto del juego, Steve y yo estábamos en una batalla propia, una que iba mucho más allá del marcador. No tenía miedo de empujarme o hacerme comentarios picantes en el oído, mientras que yo no me quedaba atrás y le lanzaba alguna broma cada vez que tenía oportunidad.
En un momento, me empujó suavemente justo cuando intentaba hacer un tiro. Me giré, fulminándolo con la mirada, aunque sabía que había una sonrisa burlona en mis labios.
—¿Eso es lo mejor que tienes, Harrington? —le solté, sintiendo la adrenalina correr por mis venas.
—¿Eso es lo mejor que tú tienes? —me respondió, arqueando una ceja mientras me miraba de arriba abajo, como si buscara un punto débil que, honestamente, yo no iba a dejar que encontrara.
El partido se volvió una especie de juego de ida y vuelta entre nosotros. Cada empujón o comentario solo hacía que me esforzara más, y cada vez que notaba su sonrisa al verme sudada, despeinada y completamente concentrada en ganarle, algo en su mirada cambiaba. Era como si de repente se diera cuenta de que no me importaba si estaba hecha un desastre. No había un rastro de vergüenza en mí; si algo, disfrutaba la intensidad de todo.
El marcador final quedó en empate, lo cual no hizo más que intensificar esa sensación de rivalidad juguetona entre nosotros. Al acabar, mientras todos se dirigían a los vestuarios, sentí una mano en mi hombro. Era Steve, claro.
—Oye, capitana, ¿cómo te sientes sabiendo que no pudiste vencerme? —dijo, medio en serio, medio en broma.
Rodé los ojos, pero no pude evitar sonreír. Me apoyé contra la pared del gimnasio, respirando profundo para recuperar el aliento. Él se quedó a mi lado, mirando hacia el vacío por un segundo antes de devolverme la mirada, y fue entonces cuando noté que había algo diferente en él. Esa actitud de chico seguro se había desvanecido un poco, dejando ver una parte de él que rara vez mostraba.
—Eres buena, ¿sabes? En serio. —Sus palabras parecían sinceras, como si realmente hubiera visto más allá de los empujones y bromas.
—¿No es evidente? —respondí, aunque sentí que el rubor me subía un poco al rostro. No estaba acostumbrada a ese tipo de cumplidos de alguien como él. Pero continué, esta vez con una sonrisa más suave—. Aunque tú tampoco te quedaste atrás. Admito que tienes algo de talento.
Nos reímos, y por un momento, la tensión del partido desapareció, dejando solo una conversación ligera y sincera entre dos personas. Comenzamos a hablar de baloncesto, de nuestras tácticas en el juego, y de cómo cada uno había llegado a ser tan competitivo.
—¿Sabes? —le dije de repente, sintiéndome extrañamente cómoda—. Creo que me gusta más cuando tienes esa faceta competitiva... no esperaba que fueras tan intenso en la cancha.
—¿Te sorprende? —me miró, divertido—. Quizá porque tú también eres así. Vi cómo te ponías cada vez que fallabas un tiro. Te gusta el control, y eres buena en eso. Esa seguridad en ti misma es... atractiva.
Lo miré, sorprendida. Nadie me había dicho algo así antes, y de alguna manera, viniendo de él, sonaba diferente, como si realmente apreciara lo que veía en mí, más allá de la chica sudada y sin aliento que estaba delante.
—¿Atractiva, eh? —respondí, alzando una ceja y notando cómo su mirada se volvía un poco más seria.
—Mucho. —Su voz bajó de tono, y de repente, la distancia entre nosotros pareció reducirse, sin que ninguno de los dos diera un solo paso.
No sé en qué momento mis ojos bajaron a sus labios y él hizo lo mismo, pero de repente, sentí su mano rozar la mía, y fue como si el mundo se detuviera. Allí, en medio del gimnasio vacío, el chico que pensé que sería mi rival en la cancha se estaba convirtiendo en algo completamente diferente.
Y sin decir una palabra más, cerré la distancia que quedaba entre nosotros, sabiendo que este era solo el comienzo de algo inesperado y completamente nuevo.
ESTÁS LEYENDO
💕Steve Harrington's One shot 🏀💕
FanfictionOne shot /imaginas de Steve Harrington 💕. I love You Joe keery ❤️🥴😍 ,me encantaaaa este hombre 😍. Su cabello me encanta y sus lunares 😍🫠 Ya quiero que salga la quinta temporada de ST 🙈🫣, tengo miedo