Un día en la piscina 2

7 2 0
                                    

Cada día en la piscina se vuelve más divertido. Los chicos han hecho de esto una costumbre: todos los días a la misma hora, nos reunimos en la entrada y vamos juntos a la piscina comunitaria. Y aunque no me moleste admitirlo, la mejor parte del día siempre es cuando Steve se ofrece a darme más "clases de natación".

Entre risas, bromas y chapoteos, me he convertido en su alumna estrella. Al principio, me ponía nerviosa cuando él se acercaba tanto en el agua, cuando me agarraba de la cintura para ayudarme a flotar o cuando me sonreía de esa forma que me derretía. Pero ahora, nos sentimos como un equipo. Incluso los chicos nos lanzan bromas de vez en cuando. Dustin no pierde oportunidad de lanzarnos un —¡Ustedes deberían ser novios ya!—que me hace reír y sonrojar al mismo tiempo.

Steve y yo pasamos tanto tiempo juntos que, sin darme cuenta, he dejado de sentir miedo del agua. Me siento libre, segura. Y cuando finalmente puedo nadar sin problemas y sin pánico, decido que es momento de darle una sorpresa.

Mientras todos chapotean en la parte menos profunda, me alejo un poco. Le hago una señal a Ce para que distraiga a los demás y empiezo mi actuación.Finjo un chapoteo torpe y suelto un grito ahogado, alzando la mano como si estuviera en peligro,moviendo los brazos de forma exagerada. Steve me mira con una ceja levantada, incrédulo.

—¡Ayúdame! ¡Steve! —esforzándome para sonar desesperada.agitando las manos como si estuviera luchando por mantenerme a flote.

—Tn, ¿en serio? —me grita desde lejos, sonriendo de lado—. No voy a caer tan fácil, sabes que ya te enseñé a nadar —dice, cruzándose de brazos con una ceja arqueada, como si sospechara algo.

Pero yo me mantengo en el papel, fingiendo que el agua me hunde. Entonces, su expresión cambia. Los chicos alrededor de él lo miran con preocupación, y en cuestión de segundos, él se lanza al agua y nada hasta mí en un par de brazadas rápidas , abriéndose paso rápidamente en el agua hasta que sus brazos están a mi alrededor.

Cuando llega a mi lado, me sostiene con una mano bajo la espalda y la otra bajo mi cabeza, viéndose preocupado.

—¡Tn! ¡Agárrate de mí! —dice con seriedad, sosteniéndome con fuerza. —¿Estás bien? —me pregunta, mirándome preocupado.

Pero no aguanto más y empiezo a reírme, dándome cuenta de que lo asusté más de lo que pensaba. Su expresión se transforma de preocupación a sorpresa y luego a una mezcla de enojo y diversión.

—¿En serio, Tn? , ¿Me hiciste venir hasta aquí para una broma? —Su tono suena serio, pero sus ojos están llenos de diversión.

Yo solo me río más, tratando de contenerme, pero su expresión es tan divertida que no puedo evitarlo. Entonces, él sacude la cabeza, como si estuviera exasperado, pero se le escapa una sonrisa.

—Te voy a dar tu merecido —dice, y de repente me salpica agua en la cara.

—¡Oye! —le grito entre risas, salpicándole de vuelta.

Nos lanzamos agua por unos segundos y no puedo evitar reír a carcajadas mientras trato de devolverle el ataque, ambos salpicándonos mutuamente hasta que nos quedamos sin aliento, riendo como locos.

hasta que noto que ha acortado la distancia entre nosotros. Su risa se suaviza, y cuando me doy cuenta, estamos cara a cara, respirando al mismo ritmo. 

—Eres una bromista, ¿sabes? —me dice, acercándose más, tanto que nuestros rostros quedan apenas a unos centímetros.

—Bueno, tuve al mejor profesor —respondo con una sonrisa traviesa, sintiendo que mi corazón late más fuerte de lo normal.

Nos quedamos en silencio unos segundos, y puedo ver cómo su expresión se torna un poco más seria, aunque todavía con esa chispa divertida en sus ojos. Con voz suave, se inclina un poco más hacia mí.

—Sabes, estos días contigo... han sido lo mejor del verano y han sido mis favoritos —susurra, mirándome intensamente y bajando la mirada a mis labios antes de volver a mirarme a los ojos. —No sé si te diste cuenta, pero... me gustas, Tn. Mucho.

Mi respiración se detiene por un segundo, y no puedo evitar que una sonrisa nerviosa aparezca en mis labios.

Me siento en un sueño, pero aun así reúno el valor para susurrar, —Steve... tú también me gustas. Desde hace tiempo, en realidad.

Él sonríe y, antes de darme cuenta, ya está rodeándome con sus brazos y nos acercamos más. Cuando sus labios rozan los míos, el mundo entero parece detenerse, y no puedo evitar pensar que toda esa clase de natación fue la mejor decisión que tomé.

Los chicos nos lanzan un grito de —¡Beso, beso!—, —¡Besala , Stevee! y ambos nos reímos, flotando juntos en el agua, sin importarnos nada más que este momento y sé que es real porque estoy aquí ,en sus brazos, y no puedo imaginarme un lugar mejor.

💕Steve Harrington's One shot 🏀💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora