Capítulo 18

321 55 1
                                    

El martes llegó rápido, y Rosalie no hacía ningún esfuerzo por ocultar su molestia al verme en el jeep con ellos, camino al claro. Jugaban béisbol cuando había tormenta para camuflar el sonido, y aunque Alice había intentado tranquilizarme, no podía evitar sentirme nerviosa. El otro vehículo iba delante, y yo observaba el cielo gris que prometía truenos.

—Si querías jugar a buscar la pelota con tu perra, Alice, podrías haberlo hecho en el patio trasero, y no traerla a nuestro juego —murmuró Rosalie desde el asiento delantero, el veneno goteando de cada palabra.

Alice, sentada a mi lado, soltó un gruñido suave, bajo, pero cargado de advertencia. Yo no me quedé atrás.

—Esta perra te va a patear el trasero allá afuera —repliqué, lanzándole una mirada fulminante.

El simple hecho de imaginarme enfrentando a Rosalie en el campo hizo que la adrenalina comenzara a correr por mis venas. Este juego sería la primera oportunidad real que tendría en mucho tiempo de demostrar mis habilidades, de competir de verdad. Pensaba dejar a esa rubia hecha polvo.

Para mí, esto no era solo un juego. Era una prueba, una competencia de jerarquía. En la manada, los juegos físicos eran el medio de definir rangos, y los Cullen parecían no ser tan distintos. Me habían incluido, y eso significaba algo. Me incliné contra la ventana del jeep, observando el cielo gris, y recé a mis ancestros. Sabía que no me desheredarían por desear esto. Hoy demostraría a este aquelarre que era digna de unirme a ellos. Tenía que mostrarles cuán fuerte, cuán rápida y decidida era. No importaba que no fuera la forma tradicional de hacerlo; esta noche demostraría mi valía.

Tal vez, por eso me costaba tanto entender la jerarquía de esta familia. En mi mente, Emmett debería haber sido el líder obvio: grande, fuerte, con una presencia imponente. Pero aquí el tamaño no siempre equivalía a poder. Había algo más, una dinámica que no lograba captar del todo.

El jeep se detuvo, y me bajé rápidamente. Corrí hacia el otro lado para extender una mano y ayudar a Alice a bajar del vehículo, aunque sabía que no lo necesitaba. Alice me sonrió con suficiencia, dejándome fingir que la ayudaba. Mi vampira hacía que el uniforme de béisbol se viera espectacular, mientras yo me sentía torpe y algo incómoda en la ropa que me habían dado. Al menos no era ajustada; si me transformaba parcialmente, no tendría problemas.

—Esta vez somos ocho —Carlisle sonrió al reunirnos en un círculo—. Diana, las reglas son casi las mismas, pero, como algunos tienden a hacer trampa —añadió, lanzando una mirada significativa a Emmett—, dividimos a los jugadores con habilidades especiales para hacer el juego más justo. También jugamos con dos outs, porque tenemos un límite de tiempo con la tormenta.

Lo miré fijamente a los ojos. La idea de que mis poderes pudieran ser usados en este juego me emocionaba más de lo que quería admitir. Apenas presté atención al resto de las reglas; la noción de tener una ventaja extra hizo que mis labios se curvaran en una sonrisa que intenté ocultar. Alice, como siempre, notó todo.

—Mis poderes están un poco comprometidos con Diana aquí —Alice comentó, con un brillo divertido en los ojos mientras el ambiente comenzaba a volverse más serio.

—Pero aún los tienes, yo digo que cuentan —bromeó Emmett, lanzándome una mirada como si quisiera estar en mi equipo. Sabía que dividirían a los psíquicos.

Fruncí el ceño mientras procesaba esa información. Tendrían que separarnos, a Alice, Edward y Jasper, que también tenían poderes. Mis ojos recorrieron al grupo, intentando adivinar qué habilidades tenían solo por su postura o el instinto. Quería ganar, más que nada. Incluso si eso significaba ganarle a Alice.

Los poderes de Alice eran perfectos para este juego, pero si lograba que los míos funcionaran, sabía que los míos serían mejores. Aún necesitaba acostumbrarme a usar toda mi fuerza. Estaba en desventaja, y tenía que aprender rápido si quería aprovechar esta oportunidad que me estaban dando.

𝑳𝒐𝒃𝒂 𝑺𝒐𝒍𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂 || 𝑨𝒍𝒊𝒄𝒆 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏 (𝒈𝒙𝒈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora