Desde que habían empezado a habitar su nuevo hogar, la vida para Noah y Demian había cambiado radicalmente. Sabían que el regalo no era en vano, sino que debían de asegurarse tener una buena vida para su próximo hijo.
Demian iba a ayudar a su madre con los negocios familiares y Noah se quedaba en casa estudiando en línea en una escuela donde su suegra lo había inscrito. Por él hubiera sido mejor ir de forma presencial, pero su condición física lo limitaba orbitalmente. Si acaso, lograba salir de vez en cuando, era con compañía y a lugares donde no hubiera mucho movimiento, sobre todo, visitaba a Ellio y a los gemelos, pero estar rodeado de bebés lo abrumaba, por lo que esa tarde, terminando sus clases, decidió contactar con Ethan.
—¡Noah! —contestó Ethan el teléfono entusiasmado—Cuanto tiempo, pensé que te habías olvidado de mí.
—Eso sería imposible—suspiró mientras alistaba todas sus cosas—¿Estás ocupado hoy?
—No realmente.
—¡Bien! —sonrió tomando las llaves del auto—Tengo ganas de despejar la mente, paso por ti en unos minutos.
—Está bien, aquí te espero—lanzó un beso en el teléfono antes de colgar y se dispuso a alistarse rápidamente.
Al cabo de unos minutos, Noah pasó al departamento de Ethan y esperó pacientemente. Cuando el omega azabache logró bajar, se subió al auto y saludó feliz a Noah.
Pese a que Ethan era el esposo de su ex, Noah no se sentía extraño cuando estaba con él, de hecho, de lo último que hablaban eran de Dimitri.
Decidieron pasar a un café recreativo. Tomaron el asiento más cómodo posible y ordenaron un montón de golosinas mientras tomaban un juego de cartas para distraerse un rato.
—¿Cómo va todo? —preguntó Noah barajando las cartas del juego "UNO"—La última vez que te vi seguías teniendo problemas con tu marca.
—Ya se curó—sonrió bebiendo un poco de su bebida—Casi no logramos que se sellara en vínculo, pero después de dos celos se logró.
—Bien por ti—dijo Noah con sinceridad—Nueve, azul—dijo dando inicio al juego—Le hablé a mi mamá sobre la cirugía, planea someterse a ella en cuanto terminé su luna de miel.
—¿Y le dará tiempo para estar en el parto? —preguntó dejando su carta en la mesa—Cada proceso es diferente, a mí me tomó mucho tiempo y hormonas.
—Creo que estamos a tiempo—dijo Noah dando una mordida a las trufas que había ordenado—Además...—dejó una carta igual sobre la mesa—Este bebé se quedará un tiempo aquí—dijo frotando su estómago.
—¿Tienes miedo?
—Para nada—rio bajito mientras saboreaba el chocolate en su boca—Ayer le puse a Demian videos de partos naturales y se quedó pálido—rio fuertemente al recordar la expresión de horror de su alfa.
—Qué nena—argumentó Ethan mientras daba una vuelta a la jugada haciendo que ahora tuviera la ventaja—No puedo imaginar lo que se siente ser mamá—dijo decaído.
Noah suspiró y dejó de lado el juego y las golosinas para tomar la mano de Ethan en apoyo. Sabía que el omega frente a él deseaba ser mamá más que nada en el mundo, pero su condición complicaba demasiado que ese deseo se cumpliera.
—Cuanto tengas a tu hijo, estoy seguro de que será un gran amigo del mío—sonrió Noah, haciendo que Ethan sintiera un gramo de esperanza.
—Sí—desvío la sonrisa a sus cartas—Estoy seguro de que serán buenos amigos, tanto como sus mamás.
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Fire on fire
RomanceEn una sociedad en donde ser omega es una desdicha y la única forma de sobrevivir es casarte con un alfa. Noah decidirá pasar a lo grande su libertad mientras pueda antes de contraer matrimonio, pero todo se verá complicado cuando conozca a Demian...