Capítulo 36

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─── ❝ Fire on fire ❞ ───

Amber y Maya se habían tomado el día libre para poder atender a la visita que recibiría. En parte la omega estaba más que emocionada de conocer a uno de sus diseñadores favoritos, mientras que Maya trataba de ordenar sus pensamientos ante cualquier catástrofe que fuera a suceder.

Noah había llamado temprano para que la familia Luttrel pudiera tener una cena con los Anderson y saber cómo proceder para poder librarlo de su matrimonio arreglado, por lo que el matrimonio se había esmerado en tener todo preparado para que pudieran sentirse lo más cómodos posible. Ambas dieron un brinco cuando el timbre de la puerta sonó, obviamente tratándose de la familia Luttrel.

—Yo iré, tú busca a los niños—comentó Maya secándose las manos con una toalla cercana.

—No, será más apropiado si ambas los recibimos—se excusó Amber sin lograr ocultar su entusiasmo por conocer a Ellio Luttrel.

—Claro—aceptó con un tono de ironía, pues sabía perfectamente que esas no eran las verdaderas intenciones de su esposa, avanzando hacia la puerta junto con ella—No lo sé, de paso podría confeccionar un traje solo para ti—murmuró en el oído de su amada haciéndola sonrojar. Después de todo, aún tenían pendiente lo de la noche anterior.

Finalmente, abrieron la puerta encontrándose no sólo con Ellio y Alek Luttrel, sino con cinco hermosos cachorros tratando de comportarse bajo la amenaza de su madre de que los regresaría a patadas a la casa de no portarse bien.

—Buenas tardes—comentó Alek agachando la cabeza en un cordial saluda a la pareja frente a ellos—Soy Alek Luttrel, él es mi esposo Ellio y nuestros cinco hijos, Magnolia, Dylan, Connor, Brook y Zaid—los nombró en un orden en donde cada uno saludó respetuosamente al matrimonio frente a ellos—Muchas gracias por abrirnos las puertas a de su casa—saludó estirando su mano para hacer del el encuentro aún más formal y civilizado.

—Es todo un placer tenerlos en nuestro humilde hogar—estrechó la mano fuertemente en señal de confianza—Yo soy Maya Anderson y la hermosa omega a mi lado es mi esposa, Amber, ambas somos madres de Demian—saludó también para después abrir el paso hacia la morada—Por favor entren.

—Muchas gracias—agradeció esta vez Ellio, quien tenía un rostro preocupado y pensativo.

No esperaron más y entraron a la residencia Anderson hasta el patio trasero en donde ya estaba preparada una mesa con deliciosos bocadillos que hizo salivar al omega. El embarazo iba con normalidad, aún no podía hacer tantas actividades libremente, pero su única debilidad en los últimos días había sido la comida, sobre todo porque estaba comiendo por tres personas muy golosas.

—Por favor tomen asiento—sonrió Amber indicando unos lugares libres en donde podrían sentarse—Los niños pueden jugar en el patio sin problema, no se preocupen.

—Son realmente muy amables—comentó Ellio tomando asiento junto a Alek mientras pasaba a Zaid a los brazos de su esposo. El pequeño retoño había dado sus primeros pasos hace unas semanas, pero aún no podía caminar largas distancias por lo que lo mantenían junto a ellos.

—Es un honor tenerlos en nuestra casa—siguió Amber—Personalmente soy una fan de sus diseños, me preocupó un poco cuando se anunció que se retiraría temporalmente de la administración de su empresa.

—Bueno, mi doctor insistió —respondió tratando de fingir una sonrisa—Y en realidad, ambos les queremos agradecer por darle un techo a Noah, también por haber criado a un chico tan responsable y amoroso como Demian—confesó tomando la mano de su esposo, señalando que el sentimiento de gratitud era de ambos—Ha sufrido mucho, el hecho de que haya confiado en alguien más aparte de nosotros nos hace pensar que su vida puede tomar un rumbo diferente.

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