Capítulo 25

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Noah se había quedado dormido en la parte trasera del auto de Demian. El alfa había conducido muchas horas con la preocupación de que alguien los encontrara, supo que no podía ir a su departamento. Ir a la casa de sus madres ya no era una opción, obre todo porque aparentemente una de ellas sabía sobre el matrimonio arreglado con Nicholas, por lo que no quería alarmarlas y que las cosas se salieran de control.

Lo único que sabía, era que debía de cuidar a Noah del maldito de Nicholas.

—¡Mierda! —gruñó al volante tras toparse con una luz roja, lo último que debía perder era tiempo, sin embargo, el coraje que corría por su sangre no era suficiente para hacerlo perder la coherencia, después e todo llevaba a Noah consigo y debía de evitar un accidente.

Cuando finalmente el semáforo cambio de color se dispuso a ir a su departamento sólo por lo esencial. No sabía cuánto tiempo estarían lejos de la ciudad, así que tomó sus tarjetas, ahorros, billetera, su laptop, material de su universidad y ropa extra para Noah que sacaba de su closet para colocarlo desesperadamente en bolsas de plástico debido a su ausencia de maletas. Fue entonces cuando vio la camiseta que el omega le había intentado robar la última vez que habían estado juntos.

La guardó en su mochila y tomó algo de aire para poder calmarse y poder relajarse para minimizar los daños en su interior. Hacía unas semanas que estaban sobre la cama nerviosos y ansiosos por saber qué tan lejos podían llegar sus cuerpos, en el comedor riendo mientras comían y en el sofá experimentando un placer mutuo. Pero ahora parecían prófugos tratando de buscar un lugar seguro para esconderse.

Antes de irse dejó una nota por sí sus madres llegaban a preocuparse por su ausencia, pero debía de cuidar a Noah tras todo lo que había pasado. Tomó fuerza y salió del pequeño departamento para volver al auto en donde se encontraba Noah. Subió en silencio y condujo hasta las afueras de la ciudad a un lugar al que tenía prohibido ir por orden de su madre alfa, pero que por eso mismo era el mejor escondite que tenía.

Mientras conducía en la oscura y silenciosa carretera, miró por el retrovisor él al hermoso omega dormido tranquilamente. Le dolía ver su rostro lleno de golpes y moretones, ni siquiera se quería imaginar como estaba debajo de esa ropa. Supo que no había marcha atrás, debía de protegerlo a toda costa.

—Todo saldrá bien...

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

Todo se sentía oscuro, no podía ver nada que no fueran esas jodidas luces rojas y el calor en su cuerpo siendo quemado por las cuerdas que lo sujetaban e impedían que se moviera. Era excitante, pero al mismo tiempo aterrador. Sus rodillas le sangraban por el tiempo que llevaba en el piso, respiraba con dificultad ante la incertidumbre de lo que iba a pasar.

—Y bien...—resonó en la habitación esa voz ronca y áspera—¿Dónde está la zorrita sucia que se cogió a mi guardaespaldas?

El cuerpo de Noah se estremeció y sólo pudo mirar al suelo con sumisión, una extraña sumisión que sólo Dimitri Harrison podía disfrutar.

—¿Vas a castigarme, Daddy? —gimió excitado al ver que el alfa llevaba un látigo y una vela color roja que desbordaba de cera caliente.

El alfa levantó el rostro de Noah con el látigo y admiró lo hermoso que se veía el cuerpo del omega con la cuerda roja que apretaba su blanca piel que le fascinaba, pero por más que flaqueara ante la seducción del omega, debía de darle una lección de quién mandaba en esa relación. Dimitri no contestó, solo miró atentó la sonrisa de Noah y sin dar aviso azotó el rostro con el látigo recibiendo un quejido por parte del omega.

Fire on fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora