[31 de octubre, 2012]
El cumpleaños de Mark había llegado. Era 31 de octubre y la escuela en un intento por darle un toque festivo a la ocasión, había organizado una fiesta de disfraces. A pesar de que Halloween no era una celebración común, la idea de una fiesta de disfraces se había vuelto popular en los últimos años, especialmente entre los estudiantes, que veían en ella una oportunidad de divertirse y en muchos casos, expresar cosas que no siempre se atrevían a decir de manera directa. Jay no había dejado pasar la oportunidad de convertir el día de Mark en algo especial. No solo había preparado un pequeño regalo, sino que había pensado en cada detalle para que tuviera un toque diferente.
Durante clases Mark estaba distraído, sin sospechar que su cumpleaños no pasaría desapercibido. A lo largo de la semana, Jay había estado organizando en secreto una pequeña sorpresa. Él sabía que Mark no solía hacer mucho alboroto sobre su cumpleaños; de hecho, siempre lo trataba como un día cualquiera, prefiriendo pasar desapercibido, pero Jay estaba decidido a qué está vez sería diferente, incluso si Mark intentaba restarle importancia, quería demostrarle lo importante que era para él de una manera especial. Después de clases, Jay se aseguró de que Mark no se fuera con Tian Wei y los demás para probarse los disfraces que usarian en la fiesta y lo convenció de ir a una de las aulas que habían dejado abiertas, diciendo que necesitaba su ayuda con algo de “última hora”.
Jay caminó ligeramente más rápido que él, guiándolo hacia el salón que había preparado.
Al llegar al aula, Jay se detuvo frente a la puerta, respiró profundo, y miró a Mark con una pequeña sonrisa. —¿Puedes pasar primero? Tengo algo que organizar aquí antes de empezar. —le dijo con un tono de voz que pretendía ser casual, pero que no podía ocultar del todo su emoción nerviosa. Mark, sin sospechar nada, asintió y abrió la puerta.
Al entrar, se encontró con algo que lo dejó sin palabras: frente a él había una mesa decorada cuidadosamente con globos de colores y serpentinas que Jay había traído en su mochila durante el día, escondiéndolas como si fueran un tesoro secreto. Sobre la mesa había una pequeña torta adornada con una fila de velas encendidas y una tarjeta sencilla hecha a mano, que decía: "Feliz cumpleaños, Mark. Gracias por estar siempre a mi lado.”
Mark, claramente sorprendido. Su expresión pasó de la sorpresa a una suave sonrisa mientras sus ojos se llenaban de calidez. —Jay, ¿tú planeaste todo esto? —preguntó, visiblemente emocionado.
Jay se encogió de hombros, intentando restarle importancia mientras su rostro se coloreaba un poco. —No es gran cosa… solo pensé que merecías algo especial.—respondió, tratando de sonar casual.
Mark asintió y se acercó a la mesa, observando la torta, los globos y luego, levantando la tarjeta hecha a mano, leyó las palabras una y otra vez, como si quisiera grabarlas en su mente. Mark, aún sin decir nada, apagó las velas de la torta y miró a Jay, su sonrisa se amplió mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas.
Lentamente, dejó la tarjeta sobre la mesa y apagó las velas de la torta, en un gesto casi solemne. Luego, sus ojos se encontraron con los de Jay y sin pensarlo mucho más, dio un paso hacia él, le dio un abrazo, sorprendiéndolo. — Gracias, Jay. Esto significa mucho para mí.— dijo en voz baja, sin soltarlo.
Jay sintió el calor del abrazo de Mark y, aunque al principio estaba algo sorprendido, no tardó en relajar sus brazos alrededor de él, devolviéndole el abrazo con suavidad. El silencio entre ellos era cómodo, como si todo lo que necesitaban decir estuviera en ese instante. Jay podía sentir la gratitud de Mark, y en el fondo, estaba satisfecho de haber logrado su objetivo.
Se quedaron así por unos momentos, disfrutando de esa conexión sincera. Para Jay, ese pequeño gesto había valido cada segundo de planificación, cada esfuerzo por mantenerlo en secreto. Y para Mark, aquel gesto sencillo pero significativo se había convertido en uno de los mejores momentos de su cumpleaños. Finalmente, se separaron y Mark, con una expresión de alegría, miró la torta y bromeó: —Bueno, ¿esto significa que tengo que compartir la torta contigo?—Jay rió suavemente, aliviado de que la sorpresa hubiese salido tan bien.
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Cuando llegaron a la fiesta, los disfraces captaron de inmediato la atención de todos. Al entrar a la fiesta, Mark iba disfrazado de pirata, con un parche en el ojo, una chaqueta desgastada y una espada de juguete que agitaba mientras reía; Jay, por otro lado, había optado por un estilo clásico de detective, con un sombrero marrón, una pipa y una lupa colgando del cuello. Tian Wei y Dai Zhen habían coordinado para vestirse como personajes de videojuegos, mientras que Anya, siempre creativa, apareció con un atuendo de bruja con un sombrero de ala ancha que le cubría la mitad de la cara. Y luego estaba Ying, vestida como una princesa gótica con un toque de misterio. Parecía haber puesto especial empeño en su disfraz y aunque todos lo notaron, fue Mark quien recibió la mayor atención de ella. Desde que entraron al salón, Ying se pegó a su lado, riendo y buscándole constantemente la mirada, algo que a Jay le empezó a incomodar. Aunque intentaba concentrarse en disfrutar, las miradas de Ying hacia Mark y los pequeños gestos de complicidad entre ellos lo pusieron un poco de mal humor, aunque él lo disimuló bien, como siempre.
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Forbidded Hearts
Novela JuvenilEn la bulliciosa China moderna, Mark y Jay, dos hermanastros, descubren un amor prohibido que desafía las expectativas familiares y las convenciones sociales. Tras un beso inesperado que cambia todo, se ven atrapados en un torbellino de emociones, s...