Capítulo 8: Contradicción e incitación...

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Al escuchar su voz, Yesung notó que ya estaba libre de su control, no le había tomado nada recobrarse, y eso le hacía sentir feliz y tranquilo, “tan similar... tan tú”, pensó sonriendo para sí mismo al notar una más de las similitudes o mejor dicho cosas que tanto extrañaba.
— Caminando supongo, ¿tienes dos piernas no? —soltó repentinamente el mayor de forma pausada, aún algo agotado por el gran esfuerzo, él era alguien tranquilo y por aquello escasamente usaba sus poderes, por lo que se podía decir que usarlos de esa manera tan recargada y sin haberse alimentado antes le había traído dificultades, más considerando que solo unas horas antes había hecho un gran esfuerzo físico al estar en escenario cantando por casi cuatro horas.

Kyuhyun al instante lo miró molesto, sintiéndose prácticamente como si estuviera burlando de él, con eso en mente empezó a observar todo más detalladamente, asombrándose de que sí estaba en ese lugar y no había sido una alucinación o algo peor, en realidad si era sincero con todo lo que ocurría, prácticamente lo había tomado como un sueño, porque cómo habían sucedido las cosas no se parecían a la realidad, por supuesto al instante vino la pregunta que era más que obvia.

— ¿Qué me hiciste? —sin duda recordaba parte de lo ocurrido en el club y su discusión antes de ese fogoso beso, por la voz también se había dado más que cuenta que la persona a su lado era el cantante, el tal Yesung del concierto.

El mayor sonrió al escucharlo hablarle con esa desconfianza.

— No te drogué si es lo que estás pensando —fue la respuesta tranquila que soltó, haciendo que Kyuhyun alzara una ceja viéndolo con desconfianza; por cómo había pasado todo, no podía haber otra explicación para que accediera tan fácilmente a ser llevado allí, cuando estaba más que seguro que no quería ir a ningún lado más que a donde estaba Seohyun para acabar con esa cita insulsa y sin sentido.

— Mientes, alguna cosa pusiste en el vino sin que me diera cuenta, yo no iba a venir contigo así de la nada y tan sumiso —respondió con seguridad el menor; Yesung sonrió y quitó la mano de su frente permitiéndose ver a Kyuhyun de frente, para al instante sonreírle de manera levemente enigmática.

El menor alzó una ceja sin creerle, sin duda estaba sintiéndose no solo irritado sino que también manipulado.

— Lo menos que he hecho desde que nos volvimos a ver es mentirte, además eso no funciona así, yo solo puedo tomar tu voluntad si estás abierto a dármela —fue la respuesta de Yesung, mientras lo miraba directo a los ojos, extendiendo de la nada su mano hacia él. — Ven Kyuhyun-ah —añadió en un tono algo demandante.

— No me hables con tanta confianza —soltó Kyuhyun que en un inicio lo miró incrédulo de que le hablara de esa manera y dijera tanta cosa incongruente junta, repentinamente se encontró caminando hacia él totalmente incapaz de detenerse a sí mismo.
— ¿Qué es lo que estás...? —preguntó, aunque sus palabras quedaron estancadas cuando se dio cuenta que repentinamente la mano de Yesung tomaba la suya sujetándola con fuerza.

— Ya te lo dije, solo puedo acceder a ti si me das tu voluntad, y eso ya lo hiciste antes en el concierto. —respondió Yesung sin soltarlo.

Kyuhyun tenía que admitir que no apretaba muy fuerte, solo sujetaba su mano con cuidado pero eso pasaba de largo cuando se enfocaba en el problema real ahí, lo que en verdad estaba preocupándolo era el hecho de que no podía dejar de mirarlo a los ojos y que estaba accediendo a cosas sin ninguna oportunidad de negarse, motivo por el cual incluso tragaba con dificultad.

— No... no entiendo de qué me estás hablando, no te he dado nada —soltó Kyuhyun por fin tratando de soltarse y de comprender si es que cabía la posibilidad de hacerlo; Yesung por su parte se sorprendió al notar que su control se debilitaba, pero para ser sincero tampoco había considerado que estaba agotado, por lo que terminó cediendo y soltándole la mano sin tratar de retenerlo por más tiempo, estaba cansado y todo esfuerzo lo debilitaba más… necesitaba comer y dormir.

Eternamente Mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora