Capítulo 11: Consecuencias...

752 45 8
                                    

—Se puede saber...—empezó murmurando el menor de mala gana y sintiendo la cabeza punzarle.—¿Qué demonios haces pegándole a mi puerta como si quisieras sacarla de su sitio?—la pregunta fue totalmente ignorada por Sungmin, quien entró como “pedro por su casa”, seguido por un tímido y algo asustado Ryeowook, quien solo miró a Kyuhyun con una sonrisa algo incómoda haciendo una venia y pasando como rayo tras el conejo quién era el mayor de los tres a pesar de que su apariencia no lo revelara. 

—Perdón Kyu-ah pero estábamos preocupados—soltó el más bajito, rascándose la cabeza y ruborizándose levemente ya en el interior y a salvo tras Sungmin, irónico que alguien tan adorable como este fuera tan peligroso… pero las artes marciales que había aprendido desde niño para “protegerse”, ahora le servían de manera intimidatoria, sobre todo con alguien tan arisco como Kyuhyun, aunque el menor no se dejaba mucho tampoco, el caso es que Ryeowook tras Sungmin parecía sentirse más tranquilo y ver al menor ahí le agregaba a su estado el sentirse más aliviado, ya que al verlo allí, ya estaba seguro de que estaba a salvo; lo mismo que parecía pensar el conejo, aunque no era tan paciente como su novio en esos momentos.

—Eres un desconsiderado, insensible e irrespetuoso, sobre todo por cortarnos el teléfono y no contestar en todo el día de ayer, ¿sabes lo preocupados que hemos estado?, luego de esa llamada y de que no dieras señales de vida al día siguiente—añadió molesto apuntándolo con un dedo de forma acusadora; Sungmin se veía como un chico adorable; pero en el fondo, su verdadera personalidad era totalmente lo contrario sobre todo cuando estaba fastidiado, aunque habían excepciones y esa era cuando estaba con Ryeowook, quien era su amor… a él lo trataba casi como si fuera de cristal, sin embargo con el resto estallaba con facilidad, más cuando lo molestaban hasta colmarle la paciencia, justamente ese era el caso de Kyuhyun.

—No me molestes ¿quieres?, he tenido unos últimos días horriblemente desconcertantes y arrolladores—respondió finalmente Kyuhyun despeinándose; aún estaba en pijama y no se sentía muy cuerdo.

Ciertamente ese sueño que acababa de tener lo había dejado paralizado, había sido como una película en 3D de la noche anterior y no podía creerlo; eso era casi tan irrisorio como el  haber pasado prácticamente todo el fin de semana en la cama, pues al día siguiente del sábado no había sido capaz ni de moverse y su cabeza punzaba terriblemente, por lo que había ignorado incluso a sus amados videojuegos y el teléfono; de hecho lo único que recordaba realmente de los días anteriores, era haberse levantado por algo de comer y nada más.

Todo el resto, había sido dormir y tratar de recuperar su cuerpo, salvo por ese extraño y largo sueño de la noche anterior, y que de alguna forma le explicaba ciertamente su comportamiento con el cantante... o sea... era más que racional que alguna cosa como esa hubiera pasado para que él accediera a lo ocurrido, sobre todo en el dejar dominarse, sobre todo en cuanto a su mente, ya que lo único que se le ocurría a él en su estado racional y cuerdo normal, era hacer algo así de desconcertante, de hecho la única explicación coherente que se le venía a la cabeza, era que el cantante fuera un tipo medio raro como Kibum, que creía en todas esas cosas esotéricas y en concordancia con eso, le hubiera puesto algún hechizo lava cerebros o algo así.

—Si lo dices así, creeremos que tu cita con Seohyun shi fue una tortura realmente cruel y que te traumaste de alguna manera, porque si no, no me explico que no hayas respondido nuestras llamadas ni te hayas movido del departamento—dijo Ryeowook sentándose en el sofá de la sala del menor hasta donde habían llegado; Kyuhyun le miró frunciendo el ceño, recordando su parte del día sábado, donde había permanecido con la loca de Seohyun, tiempo que tampoco había sido muy grato para él si era sincero.

—La chica esa está más loca que una cabra, es una fan demente—respondió frunciendo el ceño—en mi vida volveré a hacerle caso a omeoni sobre salir con alguien, prefiero buscarme yo mismo mis citas, aunque estas resulten extrañas, por lo menos serán gente que yo conozca y haya seleccionado a mi gusto—agregó el menor, murmurando mientras caminaba hacia la cocina.

Eternamente Mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora