Capítulo 3: Recuerdos Nítidos.

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Kyuhyun había llegado frente al ascensor que lo llevaba a su departamento unos minutos después, no sin antes saludar al portero quien solo le sonrió cordialmente como solía hacer normalmente al verlo llegar, aunque en esa oportunidad el menor no iba muy pendiente de ser educado, de hecho su situación lo mantenía sintiéndose extraño y aún se sentía incómodo, algo confundido por tanta cosa irracional que había hecho y le había pasado; y por la que no tenía explicación coherente todavía, no importando cuánto se lo pensara...

No es que fuera alguien perfecto, pero las cosas como esas no le pasaban a gente como él.

Tampoco se consideraba una mala persona un poco insensible tal vez pero no para terminar teniendo ese tipo de destino tan poco afortunado, con tan mala suerte como para terminar siendo víctima de las circunstancias; todo lo contrario, tenía la inteligencia para evitarse cosas que no fueran beneficiosas para él, y tal vez por eso se sentía tan shockeado en ese momento...
¿qué rayos le había pasado a su cabeza la noche anterior?...

Él simplemente no podía comprenderlo, siempre era sensato y medía cada acto... ¿acaso fue el alcohol?... no eso no era posible, él tenía buena tolerancia como para caer tan ingenuamente...

Así subió al ascensor, al que entró solo y aprovechando aquello sacó su teléfono móvil, en el que sin poder evitarlo buscó cierta imagen, una que lo hizo ruborizar un poco haciéndolo sentir incómodo, era del sujeto ese con quien había hecho "aquello" y que había tomado inconscientemente antes de salir de la habitación.

Mirándola ahí en su pantalla del móvil, aún no entendía por qué había sido capaz de tomarla, más siendo una imagen tan inmoral... sin embargo en cuanto había tenido su teléfono en la mano no había podido contenerse y grabado esa imagen... y ahí estaba ahora delante de sus ojos, el cuerpo de ese sujeto medio desnudo en la cama, solo cubierto de la cintura para abajo; con el cabello revuelto y esa expresión sexymente adorable.

— Ahgg!!! —el menor se regañó a sí mismo y buscó la opción de eliminar la imagen, sin embargo cuando llegó el momento de hacerlo no fue capaz y simplemente apagó el aparato, dejándolo nuevamente oculto en su bolsillo, mientras apoyaba su espalda en la pared y esperaba llegar al piso 25 donde estaba su departamento; pateándose mentalmente por, en ese momento, seguir pensando en ello y no actuar como hacía la gente luego de una aventura, simplemente borrando totalmente lo ocurrido desde su sistema.

La situación era ciertamente injusta, él era un sujeto exitoso y masculino, tal vez perfecto en muchos sentidos... bueno lo era bajo su propia consideración y según la mayoría de las personas que conocía, además de las normas que dictaba la sociedad; sin embargo ese no era el tema que importaba.

La situación allí era, ¿por qué siendo un hombre joven con un futuro tan prometedor, una vida tan perfecta, un trabajo genial, una personalidad atrayente y una inteligencia superior a la de muchos y que le permitía darse todos los lujos que se le antojaran; había llegado a encontrarse cayendo en una situación tan vergonzosa y humillante para su hombría?

Siendo sincero, Kyuhyun aún no tenía una respuesta coherente y por más que lo pensaba no le daba sentido a estar en una situación así, más si consideraba que la suerte siempre le había sonreído desde la niñez... o sea, en su tierna infancia era cierto que había sido su característica primordial ser callado y tímido, pero también lo había sido ser increíblemente listo, algo que le había ayudado a darse cuenta rápidamente que debía usar su silencio, y su no por nada poco despreciable apariencia para obtener lo que deseaba, cosa que sin duda había hecho de él alguien muy suspicaz y arrogante al ver que podía manipular al resto fácilmente, poniéndolos siempre por debajo de él o haciendo lo que él deseaba...

Eternamente Mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora