Capítulo 33: Consejos para el futuro...

600 41 5
                                    

 Kyuhyun y Hangeng llegaron a la oficina donde trabajaba el menor unos 20 minutos después de su salida del club de Zhoumi.

Durante el viaje, el mayor lo miraba de reojo de vez en cuando sin decir mucho, al tiempo que Kyuhyun intentaba asimilar todo aquello de lo que se había enterado, preguntándose cuántas veces se había encontrado con ese tipo de criaturas sin darse cuenta.

De cierta forma tenía que admitir que si había algo positivo en todo lo vivido, es que gracias a que había conocido a Yesung, ahora podía darse cuenta de todo lo que ocurría a su alrededor, ya que si eso no hubiera pasado, probablemente viviría aun en la ignorancia de no tener idea de qué o quienes lo rodeaban.

—No te hagas muchos problemas mentales con todo esto Kyuhyun shi—dijo Hangeng atrayendo su mirada y sacándolo de sus pensamientos—somos más de los que crees. No solo en relación a los vampiros y créeme que preferimos el anonimato, los mortales no están preparados para saber lo que los rodea—agregó causando que Kyuhyun alzara una ceja y lo mirara fijamente.

—Luego de lo que he visto durante estos últimos días me lo imaginaba, sin embargo no pensé que estarían rodeándome tan de cerca—respondió el menor un poco incómodo, haciendo que Hangeng sonriera y negara levemente con la cabeza, al tiempo que el vehículo se estacionaba frente al gran edificio y Kyuhyun se quitaba el cinturón de seguridad, lo mismo que Hangeng hizo tranquilamente para después bajar y empezar a caminar hacia la entrada de éste siguiendo al menor.  

—No deberías impresionarte mucho, aunque siendo honestos… incluso nosotros no pensamos que estarías tan rodeado en esta oportunidad. Yesung-ah se llevó una enorme sorpresa considerando que las oportunidades anteriores no había ocurrido algo así—agregó el mayor con calma justo en el momento que ingresaban a la recepción y Kyuhyun sacaba su tarjeta para marcarla, al tiempo que era saludado por la recepcionista del lugar.

Unos momentos después, él y Hangeng subían por el elevador hasta la oficina donde trabajaba el menor.

Al llegar, avanzaron en silencio hasta su escritorio siendo observados por algunos de los colegas del menor.

Por supuesto al llegar a su sitio se encontraron con Kibum, quien al instante puso sus ojos en Hangeng quien le devolvió la mirada al instante.

—Al parecer has tenido unos días ajetreados—dijo hacia Kyuhyun, quien resopló al escucharlo y ver su insistente mirada sobre ellos, en realidad si tenía a alguien que le había ayudado dentro de todo eso era Kibum, sin embargo no sabía si era prudente decirle todo lo que había ocurrido y de lo que se había enterado durante ese corto tiempo, que el mayor fuera “vidente” o lo que fuera, no significaba que creyera en vampiros y esas cosas, ni Kibum podía ser tan raro.  

—Digamos que sí… ¿tú sigues con tu asunto de las cartas?, te dije que no estuvieras dándole esperanzas a las incautas de esta oficina y te dedicaras a hacer tu trabajo y de paso ser más normal—respondió Kyuhyun, haciéndolo sonreír levemente y negar con la cabeza resignado a ese tipo de respuestas a las que ya estaba acostumbrado después de todo el tiempo conviviendo con el menor. 

—¿No estás interesado en que te vea el futuro otra vez?, creo que te serviría mucho, noto cierta confusión en tu cabeza—soltó de regreso Kibum finalmente, al tiempo que Kyuhyun alzaba una ceja encontrándose con su sonrisa más burlona.

El maldito seguramente ya se imaginaba en gran mayoría la razón de su ausencia y era un dolor de cabeza que lo hiciera y lo mirara de esa manera, como si supiera realmente lo que ocurría en su vida en ese momento.

—Ni por todos los videojuegos del mundo vas a volver a meterte en mis cosas, que ahora tengo suficiente con todo lo que me ha pasado como para que salgas con que un grupo de brujas y enanos se van a meter en mi vida—soltó acercándose a su escritorio para buscar un documento que había en una de las cajoneras, al tiempo que tomaba una pluma y empezaba a escribir, Hangeng por su lado se mantenía apoyado cerca de la pared cercana sin apartar sus ojos de ambos, notando su curiosa interacción.

Eternamente Mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora