Prólogo

11.9K 324 51
                                    

Hace un año
Pov. Max

Me había despedido de mi papás, excepto de Abby. No podía verla después de lo que me hizo. Les había creído a los demás (Charlie y Dylan) en vez de a mí y eso me dolió como el infierno. Y en ese momento mi corazón dejó de latir y un dolor horrible se instaló en mi corazón.

Me había quedado en la playa para verla, pero sólo sufrí y comprobé que no confiaba en mí. Decidí marcharme para no saber de ella.

Me encontraba en la universidad ya, buscando mi edificio y estacionandome. Tomé mis maletas y me dirigí a mi dormitorio. Algunas cosas me faltaban pero papá las enviaría.

La habitación era toda blanca y enfrente de la puerta había una ventana. Las camas estaban ubicadas en contra esquina, con las sábanas blancas y almohadas de igual color. Cada quien tenía un escritorio con una lámpara, un armario y una repisa encima de la cama y del escritorio.
Había otra puerta y la abrí, era un pequeño baño de color crea y verde. Eso es bueno, no tengo que ir a la ducha comunitaria.

Coloqué las pocas cosas que había traído, mi ropa y algunas fotos, cuando miré la que tenia con Abby la dejé tirada, hice la cama y me acosté, era ya medio día y mi compañero no había llegado. Mejor, así puedo ahogarme en mi miseria y ser infeliz.

Cada cinco minutos, después de acomodar, revisaba mi celular para ver si tenía mensajes o llamada de Abby, pero no había nada. Sólo de mi madre. No tenía ánimos de contestarle.

Tocaron a la puerta.

- Adelante.

- Buenas tardes Max, mi nombre es Stan y ella es Stella.

Stan tendría unos veintitantos, era rubio y con ojos de color café oscuro, buen cuerpo y bonita sonrisa.
Por otro lado, Stella es pelirroja y alta, como lo era Amanda. Con unos ojos de color gris que la hacían parecer fría.

Les extendí la mano - Buenas tardes

- Lamentamos que no tengas compañero, pero tuvimos unos pequeños problemas con el orden y asignación de los alumnos y tenemos que decirte que tendrás una compañera.

¡Genial!

- Pero queremos pedirte un favor - Stella habló - ésta es la única habitación del edificio con baño, por lo tanto hemos decidido que se quede contigo, por seguridad.

La mirada de Stella es cálida. Y con esperanza.

- Bien

Se fueron después de que me agradecieron.

Volví a revisar mi celular. Nada.

*

Pov. Sofia

Eran las tres de la tarde y apenas estaba llegando a mi habitación, para mi desgracia se habían equivocado y tuve que parar en un edificio de chicos. Muy apenas pude entrar con mis cosas, ni el idiota de mi compañero me ayudaba. Ya vi la razón, estaba dormido. Sin hacer mucho ruido fui a verlo. Sus pestañas rozaban ligeramente sus mejillas, y sus labios estaban entreabiertos.

Mi corazón empezó a acelerarse.

Luego de observarlo miré su espacio, no había ni posters de mujeres apenas cubiertas, ni de musica. Él es especial. Me fijé en sus cosas y había fotos de él y su familia. Me llamó la atención una foto, que se encontraba boca abajo. La iba a levantar cuando él me movió. La dejé y empecé a ordenar mis cosas.

La repisa estaba alta y mi buena estatura no me dejaba llegar a ella así que me subí a un banco que traje y me subí en él. Al momento en el que iba a bajar éste se movió y casi caigo, pero unas manos grandes me sujetaron, evitando mi caída.

Me giré y unos preciosos ojos de color del zafiro me miraron, estaban llenos de dolor y era miserable. Le sonreí y le di las gracias.

Pov. Max
Me había quedado dormido y no me di cuenta cuando llegó mi compañera. Lentamente la localicé encima de un banco, su cabello negro era largo y era pequeña. Hubo un momento y ya me encontraba agarrándola por la cintura. Iba a proporcionarse un buen golpe. Se giró y unos ojos grises con azul me miraron y me sentí expuesto, me sonrió y mi corazón empezó a latir y borró un poco del dolor.

Actualidad

Había pasado ya un año y no sabía nada de Abby, ni una llamada ni mensaje, mi padre no me decía nada y mucho menos mi madre sobre ella. Pensé que sería difícil, pero no. Gracias a Sofi, mi compañera, y ahora novia, las cosas fueron tranquilas. Ella sabía que había una mujer que me había hecho daño. No le di nombre y ella lo respetó.

Ahora estaba en mi vieja escuela, estacionado en la calle, esperando a la hermana de Sofi, Sara. Había venido de vacaciones una semana a mi casa. Por fortuna y ser buenos alumnos nos dieron esta semana y me encontraba nervioso. No sé como manejar la situación.

Estaba enviando un mensaje de texto a mi novia. Diciéndole que no se tardara. Creo que fue por obra del destino que justo en el momento en el que volví a ver fuera del carro estaba ella, Abby, con un par de amigos, sólo conocía a Emmy y Tom.

Ella es feliz, ella te olvidó.

Unos brazos de hombre la rodearon por los hombros. Mi corazón estaba en un estado de confusión.

Ella giró en mi dirección y yo me agaché.

- ¿Qué haces Max? - la voz de Sofi se escuchaba, mientras subía al auto

- Buscando mi teléfono. Y ¿Sara?

La conocí en navidad, mis padres fueron a su casa y es la primera vez que conocían a Sofi. Abby por supuesto no vino.

- Ya se había marchado, por eso tardé. ¡Hora de conocer a mi suegros!

La manera de ser de Sofi me alegraba el alma.

¿QUÉ LES PARECIÓ?
ESTOY MUY EMOCIONADA.

LAS QUIERO Kx

El encanto de MaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora