Corrí hacia el cuerpo que estaba en el piso, lleno de sangre en su cara y su camisa blanca y moretones por todo su lindo rostro. No tenía fuerzas para actuar rápido, me quedé completamente en shock, sólo me dejé caer de rodillas y me coloqué el cuerpo en mi regazo. Las lágrimas salían una tras otra. No puede ser que esté así. ¿Qué había ocurrido para que lo dejaran así? Es un animal. Si le pasara yo... no, tengo que ser positiva. Todo estará bien.
- Por favor, por favor - lo movía y sus ojos estaban cerrados y no respondía - NO TE QUEDES AHÍ LLAMA A UNA AMBULANCIA - le dije a la persona culpable de que él estuviera así.
Él se movió y abrió los ojos.
- Abby que alegría verte - iba a sonreír pero el dolor no se lo permitía - por favor besame.
Y lo hice sin pensarlo, nuestros labios se juntaron y los comenzamos a mover de manera lenta sentía el sabor de la sangre labios. Me aleje y volvió a cerrar los ojos.
Después de cinco minutos, de lo que me aparecieron eternos, la ambulancia llegó y la transportaron en la camilla hacia la parte trasera de ésta. Estaba desesperada. Necesitaba que reaccionara y me viera a los ojos.
- ¿Algun familiar? - preguntó el paramédico dudoso
- Yo soy la novia, ¿puedo ir? - la voz me temblaba y las lágrimas no cesaban - sus familiares no están en la ciudad, pero los puedo contactar.
- Está bien, acompañame - me dio una mirada de pena y de incertidumbre, no sé preocupe yo tampoco sé que ha pasado aquí.
*
Estaba en la sala de espera muy nerviosa, de un día genial a un día horrible. Ya había contactado a Stella, la hermana de Matt para que viniera. Ella me dijo que estaría mañana a primera hora. Así qué yo me quedaré hoy. Y mis padres ya estaban en camino.
Me senté y me puse a rezar, no sabia nada y me sentía vacía, si le pasaba algo a Matt jamás podré perdonar a mi hermano. No tengo ni la menor idea de porque se pelearon pero fuese cuál fuera la razón, no había un motivo para mandarlo al hospital. Es un maldito animal y lo peor es que no puedo odiarlo, ni aunque quisiera, pues le amo más que a mi propia vida.- Hija - mi papá corrió a mi lado, se sentó a un lado mío y me abrazo - ¿sabes algo de Matt?
- No - y le correspondí como si mi vida dependiera de ello. Necesitaba seguridad y sólo el podría brindarmela.
Alce la mirada y pude visualizar a Sofi y a Max. Ella estaba desconcertada y parecía enojada, lo deduje por su ceño fruncido, por sus brazos cruzados y porque no estaban como suelen comportarse. Por otro lado Max tenía ligeros moretones esparcidos por su rostro. Casi nada de daños y eso me hizo enojar bastante.
Sofi lo empujó con el codo y le dijo algo. Max obedeció y vino hacia nosotros a paso indeciso.- Papá, me permites hablar con ella - su voz temblaba, estaba nervioso.
Mi padre se separó de mi y le susurré que no. Él no me hizo caso.
Me levanté del asiento y me enfrente a él. Lo iba a escuchar, pero iba a ser muy difícil que accediera así como así.
- Familiares del joven Matt Storan - el médico preguntó observando quién hacía un movimiento en la sala de espera
- Soy la novia, su familia viene en camino - le dije y pude alcanzar a ver que Max ponía mala cara. Como si le diera asco que fuera su "novia".
- En ese caso, el sufrió un traumatismo en el cráneo y por ello mismo cayó en coma. Ésta estable y no sabemos con certeza cuando despierte.
¿Qué? Max despidete de mi y jamás vuelvas a dirigirme la maldita palabra.
Pov. Max
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El encanto de Max
Teen FictionSAGA ENCANTADOR Y PEQUEÑA (#2) Ha pasado un año y varios días, perdí la cuenta, desde que leí la carta de Max. Después de este largo tiempo, él ha regresado pero ahora no ha venido sólo, ha venido con una ella. Ambos se quedarán una semana en la cas...