Capítulo 1

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Estaba por terminar mi taller de literatura cuando Sara vino hacia a mí.

- Abby, ¿podrías leerlo y decirme que te pareció? Me tengo que ir.

Sara es estudiante de primer año, es alta y de cabello negro, sus ojos son de color gris y algunas pecas ruedan por sus mejillas y nariz. Es una persona amable, y está emocionada porque su hermana y cuñado vendrán por ella y ambos se quedaran en casa por una semana.

- Claro, la próxima vez que te vea, te lo daré.

- Muchas gracias

Su sonrisa era deslumbrante, y me contagiaba. Era inocente y me ayudaba a calmar el dolor que hace más de un año me había causado Max.

Había entrado al taller de literatura hace más o menos seis meses. Después de la partida de mi hermano y con un corazón roto empecé a escribir algunas historias con finales felices, siempre imaginandome diferentes escenarios con los que pudiera arreglar las cosas con mi hermano. Era difícil no pensar que no es mi hermano, pero siempre le digo así en mi mente para negar sentir algo más por él.
Aunque ha pasado ya tiempo, yo lo sigo amando, es ridículo pero es la verdad.

- Vámonos - Tom me extendió la mano y se la tomé.

Nos dirigíamos Emmy, Tom y algunos más del taller a la salida cuando Matt se acercó a nosotros.

Matt era un chico que había entrado este año, era de mi edad y tenia el cabello pelirrojo, con unos ojos azul pálido muy lindo, era alto al igual que él. Yo sabía que a Matt le gusto, pero yo no lo quiero de esa forma. A pesar de eso, somos muy buenos amigos. Al igual que mis otros dos mejores amigos, sabían lo que pasó con Max.

- ¿Puedo acompañarte? - era casi rutina el que me acompañara al departamento de Tom. Todos los presentes se rieron porque siempre me lo preguntaba, las risas eran contagiosas y nos unimos.

Él ya había cumplido los dieciocho y le entregaron el fideicomiso de su madre, en cuanto tuvo el dinero, se compró un pequeño apartamento.
A los seis meses de la partida de mi hermano, yo ya no soportaba estar en esa casa, así que empecé a buscar algo pequeño. Mi papá se opuso al principio, pero Tom y él negociaron el que Tom me quedara en su hogar. Se negó a aceptar el dinero, por lo tanto yo le tendría que cocinar y ayudarle con el aseo. Creo que era un trato injusto. Sin embargo Tom no accesaba a otra cosa sino fuese eso.

- Claro, pero tengo que ir a la casa de mis papás por los libros.

- No importa, además hace tiempo que no veo a tu padre y será bueno saludarlo - en ese momento me abrazó por los hombros, él recordaba que por estos días se cumplirían otro mes desde su partida.

Sentí una mirada, más bien esa mirada. La que hace un año atrás m había dado cuando estaba con Dylan. Por instinto giré mi cabeza hacia atrás. No había nadie. Estúpida imaginación.

- ¿Todo bien Abby? - la voz de Matt me sacó de los pensamientos.

- Si, sólo imaginé algo

- ¿De él, verdad?

- Sólo vamos.

Nos fuimos caminando. Era agradable estar con Matt, siempre con una sonrisa y su gran sentido del humor. Tiene una hermana llamada Stella, que es encargada de algunas cosas en la universidad.

Enfrente de mi casa, había un auto negro estacionado que a lo lejos podemos ver. Ambos nos volteamos a ver. Era raro que alguien nos visitara y más en temporada de escuelas.
No apresuramos a llegar. Busqué las llaves y abrí la puerta.

El encanto de MaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora