Sin ti.

De vuelta

Volvíamos de una larga gira, casi tres meses metidas en un mismo autobús, era algo que no quería repetir en al menos un año de mi vida, sin importar que nos metiéramos en este autobús por mi culpa, por mi insistencia y mi necesidad de huir de la ciudad.

Las cosas no terminaron nada bien, con decirles que la última vez que vi a Rachel fue el momento en que me echo de su cuarto en la clínica, no volvía a ver su rostro, ni sus profundos ojos, ni su increíble sonrisa.

Con los días me volvía loca estar en la misma ciudad y sin poder buscarla, y créanme que lo intente, pero se esforzó mucho por evitarme y mantenerme lejos, lo cual me volvía más loca aun.

Cuando menos lo pensé, estaba en la oficina de nuestro representante, suplicándole que nos sacara de la ciudad si podía del país, lo más pronto posible, en lo cual sabría las gemelas estarían de acuerdo, de alguna forma Vi se nos sumó a la gira y el autobús se volvió tan pequeño.

—Muy bien chicas llegamos— dijo Jeff, nuestro conductor, mientras detenía el autobús frente a uno de los centros comerciales, mientras estaba perdida en mis pensamientos escuché algo de ver una película.

Clara se asomó por la ventana con una gran sonrisa, Vi se inclinó a su lado, fingiendo mirar afuera, aunque desde mi punto de vista, podía notar como miraba el rostro de Clara, las cosas habían cambiado en estos meses.

Carmen estaba tan pálida como un papel, casi recostada en uno de los asientos, se había mareado por intentar ganarle en los videojuegos a Violette, para terminar mareada y abrazada a una bolsa de vomito.

La puerta se abrió, Clara abrazó a Jeff por la espalda despidiéndose de él y casi corrió a la puerta, se detuvo cuando notó que ni su hermana ni yo, la seguíamos— ¿No vienen?— preguntó, Carmen negó con la cabeza y volvió a poner la bolsa en su boca.

—Jeff me llevara a casa ¿Verdad?— dijo reteniendo la arcada que se aproximaba, Clara asintió y me miró, con la misma mirada que aguante durante estos meses, la de "Levántate o yo te levantó".

Suspiré con fuerza y me levante de mala gana Violette y Clara bajaron del autobús, me despedí con la mano de Jeff, que hizo lo mismo, en cuanto baje el autobús partió, la pobre de Carmen debía aprender a no fijar la vista.

Metí las manos dentro de la casaca, me encogí de hombros mirando a los costados, todo parecía ser lo mismo de lo que había escapado, esperaba que fuera diferente.

— ¿Entonces que quieren ver?— pregunto Clara.

—Yo paso, no estoy de humor para ver una película— me quejé ante la mirada atenta de Clara y Vi, me moví inquieta, no tenía ganas de hacer nada, además mi departamento estaba a unas calles—¿Puedo irme a casa?

—Pero cielo...— comenzó Clara acercándose a mí, las gemelas se habían puesto la difícil tarea de evitar que me deprimiera, hasta ahora se estaban esforzándose mucho.

—Necesito una ducha con agua caliente y una cama que no valla a cien kilómetros por hora, por favor Clara, déjame ir— le suplique mientras la voz se me quebraba cada vez más, Vi puso una mano sobre el hombro de Clara y me sonrió.

— Te alcanzamos en un rato— sugirió, Vi era la única que lograba darme un respiró de los asfixiantes cuidados de las gemelas, tal vez entendía que en una situación como esta se necesita estar sola.

—Disfruten su película— dije volteándome y despidiéndome al levantar una mano, estuve tentada a hacer un comentario sobre dejarla solas, pero era mucho para lo rápido que las cosas habían cambiado.