Terapia.

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Lamento publicarlo tan tarde, espero disfruten de este capítulo tanto como disfruto escribirlo, bueno espero sus votos, comentarios y que lo lean.

Despertamos temprano, hace unos días, dos, que me habían quitado el yeso, pero no tenía fuerzas para pararme es más, me dijeron que tenía que ir a terapia para que recobrar fuerza en la pierna y no tuviera problemas después.

Clara casi tuvo que sacarme de la cama, por nada del mundo quería ir a terapia y menos temprano en la mañana, no era tan difícil arrastrarme por la casa cuando ya estaba en mi silla de ruedas seguramente Clara agradecía por eso.

Me cruce de brazos mientras me llevaba a la cocina, había perdido en la guerra que se dio en mi cuarto por no ir -No será tan malo, puede que la que te haga la terapia sea linda- cerré los ojos con fuerza intentando con toda mi fuerza no sonreír.

- O podría ser un gorila que no tiene idea de lo que es la suavidad- escuché reír a Clara, antes de que detenga la silla en la entrada de la cocina, estoy segura que ambas estábamos igual de sorprendidas de ver a Carmen sentada en la mesa de la cocina, con una cuchara y un bol lleno de, supongo, cereal.

- ¿Qué hacen despiertas tan temprano?- preguntó levantando la mirada, Clara me dio un ligero apretón en el hombro, entendía que quería decirme que no le diga nada, a veces Carmen era como cuando dicen no hagas movimientos bruscos o se asustara, me tape la boca para no reír.

-Jane tiene terapia en una hora- le dijo Clara, sabía h seguía agarrada con fuerza de la silla, me encogí de hombros volviendo a mi mal humor, no quería ir y que me recordaran que tenía que ir era peor.

-Te quitaron el yeso, eso es genial- comentó Carmen cuando miró mi pierna, volvió a mirar a su hermana otra vez y llevo la cuchara, sorbió la leche o yogurt, con el que acompañaba el cereal, con extremado ruido-Se acabó la leche- comentó limpiándose los labios con la manga de su polera.

-Sí, no he podía ir al supermercado- susurró Clara, quitando una mano de la silla para rascar su brazo, Carmen solo asintió y reino el silencio, suspiré agachando la cabeza, estas dos eran increíbles.

-Ya que no planean decir nada, lo hare por ustedes, así que...- miré a Clara y la señale con una de mis manos- Me alegra que volvieras, estaba tan deprimida mientras no estabas aquí, y sé que me equivoque, debí decirte lo de Violette pero tenía miedo de tu reacción, aun así debí decírtelo, espero que me perdones, porque no aguantaría otro minuto sin ti en esta casa, lo siento tanto...- dije mirando a Carmen y haciendo mi mejor imitación de Clara, suspiré y levante las manos hacía delante, tomé una gran bocanada de aire- Yo también lo siento, exageré, no debí irme así, pero...Violette, digo...Violette ¿En qué estabas pensando? ¿Acaso estás loca? Además...por qué no me dijiste nada, soy tu hermana, se supone que deberías decirme todo...como sea, exageré y tengo que estar aquí para darle una paliza si te hace daño- sonreí en una forma de terminar mi imitación de las gemelas Novar.

-Yo no diría eso- se quejaron, en la sincronía tan típica de ellas, sonrieron y pude sentir como Clara acariciaba mi cabeza, antes de correr a abrazar a su hermana, tal vez no sea de gran ayuda la mayoría del tiempo, pero en estas situaciones como estas, hacía algo.

Ambas se voltearon a verme, y supe que aun con mi buena obra, tendría que ir a terapia, escuche la puerta abrirse y luego pasos acercarte.

-La puerta estaba abierta ¿Todo está bien?- preguntó Rae deteniéndose al ver a Carmen, desde el beso habían pasado unas semanas, gracias a Dios, mi pierna había sanado rápido, un mes y tal vez una semana, pero entre las cosas, parecía no haber pasado ese beso

-Hola Rae- la saludó Carmen empujando mi silla, Rae se hizo a un lado para que pasara traté de detener la silla, con mis manos pero la última vez que lo hice, dañe lo único que me quedaba sanó- Vamos a la terapia de Jane ¿Nos acompañas?

El viaje a la clínica no fue tan largo como quise, llegamos tan pronto, que no pude idear una forma de librarme de esta, pero tenía a Rae y a las gemelas cuidándome desde muy cerca.

Como me esperé la terapia era dolorosa y no, mi terapista no era una linda chica, pero tampoco era un gorila bruto, aun así dolía, me aferraba de la camilla, tratando de no parecer que sufría tanto como lo hacía.

Mi terapeuta miró a las gemelas y a Rae que estaban sentadas mirando lo que me hacían, su rostros se veían tan preocupados- Chicas, hay un pabellón arriba, está lleno de niños, seguramente se mueren por conocerlas- les sugirió a las gemelas que se levantaron mirándome con una carita de perrito, les hice un gesto de que se vallan y obedecieron.

-Muchas gracias- le susurré mientras le hacía un gesto a Rae de que se acercara, ella lo hizo rápido y se paró a mi lado, cerré los ojos cuando vi que se acomodaba para seguir.

-Por qué no tomas su mano- sugirió pude sentir como las manos de Rae rodeaban una de las mías, sonreí a pesar del dolor, ella llevó mi mano hasta su boca, le dio un tierno beso y paso una de sus manos por mi frente.

- ¿Te duele mucho?- me preguntó preocupada, negué con la cabeza, siempre trataba de ser fuerte no quería que Rae me viera tan débil como me sentía, pero aun así no podía dejar de sostener con fuerza su mano.

- ¿Quieres descansar?- preguntó el chico, cuando tiré la cabeza para atrás, supongo que lo interpretó como un sí, me dejó sola, o bueno sola con Rae, ella acarició mi frente otra vez y era como si fuera un analgésico.

- ¿Qué puedo hacer?- preguntó con algo triste en su voz, abrí los ojos y la miré confundida- ¿Cómo te ayudo?

-Lo haces, me siento mejor, me siento bien cuando estás conmigo- le dije, ella sonrió con un rubor en el rostro, me estiré a acariciar su mejilla, no llegábamos a nada serio, aleje mi mano un poco.

-No es suficiente- dijo agachando la cabeza- Estas sufriendo y no puedo hacer nada por ti- pude ver su labio inferior temblar frente a mí.

-Bueno, hay algo que podrías hacer para que me sienta mejor- ella me miró con un brillo, no entendía cómo es que ayudarme la hacía tan feliz, ella era maravillosa, sin duda ella una persona increíble- Bésame- dude un segundo- Sólo si quieres hacerlo, sólo si significa...- se acercó a besarme y no pude no responderle, la amaba y ahora que lo pensaba no me importaba si esto no significara nada.

Me apoyé en mis hombros para poder acercarme, pase una mano para acariciar su mejilla, ella sonrió y paso una de sus manos por mi cintura, me separé un segundo para respirar, ella pegó su frente a la mía.

- ¿Significa que me has perdonado?- susurré, ella me dio un corto beso, con el que no pude evitar sonreír.

-Significa lo que tú quieras que signifique-antes de que pudiera besarla otra vez, el ruido de alguien aclarándose la garganta nos hizo separar, me deje caer y miré detrás de Rae, las gemelas no habían tardado nada.

- ¿Esta es una nueva terapia?- preguntó Carmen con una ceja levantada, Rae me tomó con fuerza de la mano, ambas no podíamos estar más rojas.

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Sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora