Los problemas continuan

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Hola chicos aquí les traigo otro capítulo espero que les guste, espero sus comentarios, votos  pero sobretodo disfrutenlos, no los entretengo más.

Llegamos de una revisión con el doctor, la primera desde que salí del hospital y no estaba de humor, para nada, estaba cruzada de brazos en el asiento de atrás de la camioneta de las gemelas con mis audífonos puestos, estaba escuchando una lista que nombre "Sad" la que tenía más canciones y se reprodujo más veces.

Cuando se detuvo la camioneta pude ver a Rachel y Vi esperando en la entrada, sonreí en medio de mi seriedad, las gemelas se bajaron y abrieron la puerta, me quite uno de los audífonos.

— ¿Cómo les fue?— preguntó Rae acercándose a las puerta, Carmen sacó una silla de ruedas de la parte de atrás de la camioneta, sus sorpresa fue obvia, miró a Clara preocupada.

—El doctor me quitó las muletas— dije poniendo los ojos en blanco, Clara se encogió de hombros, no iban a convencerme de que esto era mejor, para mí todo estaba peor

—Por el esfuerzo que hace al usar las muletas, sus costillas no están mejorando— le explicó, con la ayuda de Carmen logré sentarme en la silla, Violette se acercó a mí, empujo un poco la silla.

—Será divertido, te empujaremos por las escaleras—sugirió, cuando levantó la vista todas la miraban molestas, aunque Carmen parecía intentar contener una sonrisa, seguramente también lo había pensado—O no.

—Es lo mejor, antes de que te des cuenta estarás como si nada hubiera pasado— intentó motivarme Clara, pero no funcionó, desistió de seguir intentándolo, al parecer todas.

En ese momento Mei debía está molesta por no poder estar aquí, su trabajo la tenía ocupada, mientras que Rae venía cada vez que podía.

Pronto pude ver los beneficios de la silla de ruedas, con esto no estaba confinada al cuarto, podía moverme, podían moverme por la casa, intentaba que no hiciera, ni el menor esfuerzo.

Rae intentaba explicarle a Clara como hacer las galletas que amaba últimamente, algo que no estaba resultando, todo estaba terminando de un color blanco harina, literalmente harina, las cosas se salieron de control muy rápidamente.

—Iré a la tienda ¿Quieren algo?— preguntó Carmen, la harina y otras muchas cosas se habían acabado, negué con la cabeza y las demás no le respondieron, así que solo salió limpiándose ese polvo blanco de encima.

Rae se acercó a mí, mirando a Vi, que terminaba de echarme los restos de harina, agache mi cabeza, tratando de que no entrara a mis ojos, mientras reía, la suave mano de Rae me quito un poco de harina del pelo.

—Así que ustedes dos— dijo apoyándose en mi silla, ambas nos miramos confundidas, por un segundo, recordé la vez que Vi estuvo en mi casa, la vez del beso, agache la cabeza, lo de Clara y Vi paso de un momento a otro y en los meses que estuvimos fuera.

No me sorprendía que Rae pensó que algo pasaba entre las dos, éramos amigas, muy buenas amigas, además Vi pasaba mucho tiempo en la mansión, y solo yo sabía que no era por mí.

Vi levantó las manos negando con la cabeza, miró a Clara que tenía una de sus cejas levantadas, volvió a ver a Rae que ahora cruzaba los brazos sobre su pecho.

—Somos amigas, nosotras, no existe un nosotras— miró a Clara y se enredó por decidir a cuál de las dos debía convencer, me miró suplicando por ayuda, negué con la cabeza está sería mi venganza por lo del beso.

Sonrió nerviosa ante la mirada desconfiada de Rae se acercó a Clara ahora buscando ayuda en ella, Clara tampoco parecía querer hacerlo.

—Mira, Jane no me interesa en lo absoluto, ya no me parece atractiva.

— ¿Auch?— dije fingiendo estar dolida, disfrutaba ver como se ponía más nerviosa, agacho la cabeza y se dibujó una sonrisa traviesa en su rostro, Clara negó con la cabeza, entendiendo lo que planeaba.

—Me gusta Clara, salgo con ella, así que no te tienes que preocupar por mí— Rae miró a Clara, no le creía.

—Clara— dijo Rae, la única respuesta que tuvo fue la mirada sería que le dio a Vi, que le dijo algo, Clara dejo caer sus brazos en señal de rendición.

—Es cierto— se rindió Clara, Vi se acercó a darle un corto beso, que logró hacerla ruborizarse, cuando miró en mi dirección se quedó paralizada, lleve mi mano a mi rostro tratando de encontrar el porqué de su reacción, cuando no lo encontré voltee a ver atrás.

Carmen estaba parada en la puerta, tenía el ceño fruncido, nos miró a las cuatro y pude distinguir esa mirada de decepción y dolor en sus ojos, no necesite voltearme para saber cuál era la expresión de Clara.

—Carmen, puedo explicarlo— escuché decir a Clara, Carmen cerró los ojos, negó con la cabeza, se movió inquieta mirando a los lados, sin poder decidirse en qué dirección irse, sopló con fuerza y decidió ir a la puerta.

Clara paso a mi lado casi corriendo, no me importó que me empujara, podía imaginarme la situación, Clara no le había dicho a Carmen porque tenía miedo de su reacción, sin duda no podría ser peor.

Vi paso por mi lado, y logré detenerla, me miró tensa, quería que la soltará pero no sabía que tan buena idea sería dejarla ir, al final la solté Clara necesitaría de alguien con ella y no es como que yo podría ir a alcanzarla.


Sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora