Es el fin.

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Hola, aquí les traigo el siguiente y ÚLTIMO capítulo, en cuanto pueda subiré un pequeño epilogo, espero que lo disfruten, espero sus votos, comentarios, no los entretengo más.

—¡Eso duele! — le grité a Carmen cuando puso el algodón empapado de alcohol en la herida de mi mejilla, alejo la mano nerviosa.

—¡No grites! — exclamó Carmen, soplando el algodón que ahora tenía una marca roja, Vi caminó por detrás de ella con una sonrisa burlona, Clara terminó golpeando su hombro.

—Así que te lanzó fuera de su casa— confirmó, ya se los había contado tres veces, la miré seria, ella sólo sonrió y siguió caminando, Carmen volvió a poner el algodón en mi herida, obviamente solté un grito de dolor, que hizo que se alejará y le diera el algodón a Clara.

Mientras Clara botaba la bolita de algodón, pensé en cómo terminé siendo cuidada por Carmen y no por Clara, la misma que se arrodilló justo frente a mí y me señaló con un dedo.

—No grites— me amenazó, fruncí el ceño y volteé a ver a las dos que susurraban entre si.

—Ustedes vieron lo grande que es, después del golpe que me dio, me tuvo fuera con un empujón— las dos rieron, miré a Clara que estaba concentrada en limpiar la herida, sentí como alguien tocó el timbre.

—¿Podrían abrir? —les pedí molesta, Carmen fue hasta la puerta aun riendo, odiaba que se burlaran de mí, agradecí que Carmen se fuera, Vi se quedó concentrada en lo que hacía Clara.

Pronto Carmen subió con Noah, no se veía tan bien, alcé una ceja, realmente no esperaba verlo aquí, él me miró y suspiró, se veía nervioso.

—Lo siento— dijo poniendo sus manos en los bolsillos, miró al suelo y se quedó callado por unos segundos, Clara había dejado de curarme para mirarlo.

—¿Por qué?

—Yo ayude a Mei a encontrarlas, a que esto pasé...— suspiró ante la mirada molesta de todas, desencaje la mandíbula, intente pararme, pero Clara no me dejo —Nuestros padres lo planearon...

Me debatí entre hacer que se valla o dejar que continuara, me rendí y lo miré esperando que continuaran.

—Se enteraron de que Laura...— nos miró antes de seguir, asintió y saco las manos de los bolsillos para tomar el borde de su camisa y arrugarla—y cuando supieron de Rachel, se esforzaron porque no volvieran a estar juntas, de alguna forma convencieron a Mei de separarlas.

—¿Por qué nos cuentas esto ahora? —lo interrumpí, levantándome, yo entendía por qué Mei los había ayudado, encontró la oportunidad de entrar en mi vida y sacar a los demás de mi vida.

—Vienen para acá— me dijo, no tuve que preguntar quienes, sin duda eran ellos, pude ver a las gemelas verse nerviosas, compartir ese lenguaje que era propio de ellas.

—Ellos no pueden llevarse a Jane, tiene veintiuno, no es una niña a la que pueden encerrar, no vamos a dejar que se la lleven— le aseguró Clara tomando mi brazo y apretándolo con fuerza, sentía el temblando, si yo estaba asustada me imaginaba como ellas lo estarían.

—No quieren llevársela, quieren retenerte— dijo en un hilo de voz, las tres nos miramos algo confundidas— Se llevarán lejos a Rachel, deben estar en el aeropuerto ahora.

Trague la saliva y me cruce de brazos, quería golpearlo, lo volvería a hacer, me sentía totalmente traicionada —¿Por qué debería creerte? Puede ser una trampa.

—Lo sé, pero si digo la verdad y no van, la perderás para siempre— no necesito decir más para que las cuatro lo dejáramos sólo, Carmen subió a su camioneta, con Violette en el asiento del copiloto.

Sentía mi corazón latir a mil por hora, le grite a Carmen que se apurara cada vez que el auto paraba, golpeaba su espaldar rápidamente, estaba tan nerviosa y lograría que Carmen me asesinará, habría pasado si el caminó al aeropuerto fuera más largo.

En cuanto llegamos dejamos a Carmen buscando un lugar dónde dejar la camioneta, nos paramos en la puerta de mirando alrededor, tal vez debimos preguntar en que vuelo.

—Hay que separarnos— dijo Vi, sonrió y pude leer en su rostro el "Siempre quise decir eso" Negué con la cabeza y corrí en la dirección a las sillas rodeadas de tiendas, esperando que siguieran aquí, nada, sólo gente extraña que al mirarme intentaban detenerme a que me tomé una foto o firme algo.

Me disculpé miles de veces y cuando volteé vi a Clara y a Vi en la misma situación, negué con la cabeza, y corrí hacía la sala de abordaje, ella debía estar ahí, tenía que seguir ahí.

—¿Su boleto? —me preguntó deteniéndome antes de subir las escaleras, trate de mirar arriba mientras, mi cuerpo insistía en pasar, pero el de seguridad me volvió a detener —Su boleto— insistió, me encogí de hombros desesperada.

—Es este— le dijo Clara entregándoselo, puso una mano en mi espalda, agradecí por milésima vez tener a Clara como amiga, como había sobrevivido sin ella, como sobreviviría–corre— me pidió asentí y empecé a correr odie al hombre que me hizo quitar todo lo que tenía de metal y hacerme perder mi tiempo.

—Listo, puede pasar— me dijo con mal humor, tomé lo que estaba en la bandeja y corrí al lugar de embarque, corrí hasta llegar al centro y mirar las puertas por las que gente entraba.

Todo parecía darme vueltas no sabía dónde exactamente empezar a buscar ¿Y si la perdía? ¿Qué iba a hacer cuando la encontrara?

Puse mis manos alrededor de mi boca cuando dejé de mirar todas las puertas—¡Rachel! —grite, esperé una respuesta, pero no la hubo, me acerque a cada puerta, pero no estaban, no había rastro de ella

Terminé mirando como abordaban a un avión, y me corazón se partió cuando vi pasar a Rae, sus padres iban con ella, golpeé con fuerza el vidrió mientras gritaba otra vez, miró en mi dirección, al igual que su madre que la obligo a avanzar.


Sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora