No puedo estar sin ti

5.5K 360 9
                                    

Hola a todos, feliz año nuevo, aquí les dejo mi regalo, por este año que se nos va, espero lo disfruten, sus votos y comentarios.

No pude dormir en toda la noche, solo podía pensar en Rae, y también en Mei y luego en Laura, como es que Mei podía ser tan diferente de su hermana, pero, sobre todo, porque es que minimicé los comentarios de Laura sobre su hermana.

Me lance de la cama cuando mire por decimoquinta vez el reloj, eran las cuatro y cuarenta de la madrugada, salí alrededor de las cinco de la madrugada.

Cuando me senté en la puerta de la cafetería de Olivia me repetía mentalmente la voz de Olivia gritándome "¿Estás loca? De ninguna manera te llevare a esta hora con mis padres" Habían pasado menos de seis horas desde eso.

El día empezó helado temblaba sentada en la acera, estoy segura de que en algún momento pude ver mi aliento.

—Sí que eres terca— levante la vista para ver a Olivia, mirándome con unas llaves en sus manos, puso los ojos en blanco y abrió la puerta detrás de mí.

—¿Hablaste con ellos? — me giré, me levanté rozando mis manos contra el suelo en los primeros pasos, la alcance balanceándome temerosa.

—Sí, ni te imaginas lo molestos que están—dijo acomodando unas cosas, me pare enfrente de ella y fruncí el ceño, ella alzó una ceja —Por favor, he lidiado con Rae durante años, ella hace mejor esa expresión— me cruce de brazos y ella bufo.

La seguí mientras caminaba por el lugar limpiaba algunas cosas, bajaba las sillas de las mesas, hasta que por fin se volteó exasperada.

—¿Cuál es tu gran plan Romeo? Aparecerte ahí y mis padres te aceptaran solo porque eres tu—tensé la mandíbula, ella tapó sus ojos con su mano y dijo entre dientes algo que no quise saber —No vas a convencerlos de que eres buena para su hija, tendrías que cambiar todo esto— me señalo de pies a cabeza, yo suspiré.

—Lo haría, cambiaría lo que sea por ella— dije poniéndome en su camino, se cruzó de brazos y negó con la cabeza.

—No es tan simple, eres una buena chica, o eso quiero creer, y mi hermana te ama...

— ¿No debería ser eso lo que importe? La amo, hare todo porque sea feliz, tal vez no sea un chico, pero puedo darle todo lo que necesita y quiera— le aseguré, ella solo ladeó la cabeza, con un gesto no tan convencida.

—¿Crees que eso logrará convencer a mis padres? Papá te tomará tu trasero y te arrojará a la basura antes de que puedas poner un pie dentro de la casa.

El gran padre de Rae, intimidaba, no lo sé creo que todos los padres intimidan, pero su gran tamaño ayudaba en eso, mordí mi mejilla por dentro.

—Lo habré intentado, y lo seguiré haciendo, no puedo quedarme sólo...

—¿Aquí?

—No puedo seguir sin ella— le supliqué, la mirada seria de Olivia se posó en mi por unos minutos, respiró con fuerza y sacó otras llaves de su bolsillo, dio un paso a mi lado, golpeando mi hombro, y pude escuchar un bien.

La seguí hasta la puerta, salí detrás de ella tratando de contener mi sonrisa de victoria, lo cual era difícil.

—Te llevaré, quiero ver como papá te arroja a la basura—caminó hasta una motocicleta y tomó el casco que descansaba en está— Toma, Rae me matará, lo intentará, si te pasa algo— comentó arrojándolo en mi dirección.

Sonreí nerviosa y lo moví entre mis manos, ella me miró y negó con la cabeza, suspiró subiéndose a su moto —No me digas que nunca subiste a una, que yo recuerde Laura tenía una— me dijo dudando en una, tragué saliva, me coloqué el casco y subí en la parte de atrás, buscando de dónde agarrarme.

—Tenía...—susurré, Olivia levantó la vista y lanzo las llaves a alguien que venía en nuestra dirección, solo la golpeó y empezó a maldecir antes de que Olivia partiera.

Odie todo el caminó hasta la casa de sus padres, cuando llegamos a la gran casa, pude sentir mis piernas temblar al bajar de la moto, quité el casco y me di cuenta que mis manos también lo hacían.

—Esta es— señaló, asentí mirando la entrada y por más que le ordenaba a mis piernas que avanzaran, no lo hacían, sentí dos palmadas en la espalda—No está el auto de papá, deberías apresurarte— asentí avanzando hasta la puerta, la miré sin saber qué hacer, debía tocar la puerta o el timbre, cómo debía entrar a la casa de los padres de Rae, cuando iba a llevármela de ahí.

—Dios, que vio mi hermana en ti— gruño, apretando el timbre, reviví algunos momentos de mi infancia, en que mis amigas tocaban los timbres de las casas y salían corriendo dejándome atrás, tenía esa sensación de querer salir corriendo.

La puerta de la casa se abrió y pude ver a la madre de Rae parada enfrente de ella, tragué saliva, cuando su madre terminó de matarme con la mirada miró a la mayor de sus hijas, eso creo.

—¿Qué hace ella aquí? —le preguntó levantando la voz, detrás de ella sentí ruido y agradecí ver a Rae acercarse y no a su padre, no creía que Olivia bromeara con lo de que terminaría en su basurero.

—¡Jane! — ambas intentamos avanzar para abrazarnos, pero su madre estaba en medio.

—Madre por favor, déjala pasar— su madre se giró tomando a Rae por el brazo y alejándola de mí, sentí un golpe en mi cabeza— esperó que estés guardando tu gran discurso, porque no volveré a hablar por ti— me amenazó Olie entrando.



Sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora