𝐌𝐚𝐭𝐫𝐢𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐎𝐛𝐥𝐢𝐠𝐚𝐝𝐨 [𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨 𝐱 𝐎𝐜]

16: Un héroe profesional

Habían pasado unos años desde aquellos días en que Bakugo y Hanami aún estudiaban, luchando por balancear su vida académica con las responsabilidades de ser padres jóvenes. Ahora, Bakugo se había graduado de la U.A. hacía algunos meses y ya estaba trabajando como héroe profesional. Su nombre resonaba por toda la ciudad, y su imagen era símbolo de fuerza y determinación. Sin embargo, para su familia, él seguía siendo simplemente Katsuki, el esposo dedicado y el padre amoroso.

Esa tarde, Bakugo llegó a casa después de una larga jornada de trabajo. Estaba agotado, pero al abrir la puerta, una pequeña bola de energía corrió hacia él. Su hijo, ya con seis años, llevaba una enorme sonrisa y los ojos encendidos de emoción.

—¡Papá, papá! ¡Mira lo que hice en la escuela hoy! —exclamó, mostrándole un dibujo de un héroe en acción. A Bakugo le sacó una sonrisa ver cómo su hijo lo había dibujado, con su traje característico y rodeado de explosiones.

—Vaya, eso sí que es impresionante, pequeño héroe —dijo Bakugo, agachándose para verlo de cerca y acariciarle la cabeza. Su hijo le devolvió la sonrisa, orgulloso de haber impresionado a su papá.

Mientras ellos conversaban, Hanami salió de la cocina, con una sonrisa de bienvenida. Bakugo se acercó para darle un suave beso y después se volvió hacia su hijo.

—¿Y cómo se portó hoy este chico? —preguntó Bakugo, guiñándole el ojo a Hanami.

—Como siempre, queriendo hacer explotar todo en casa —bromeó Hanami, haciendo reír a ambos.

La noche transcurrió tranquila en familia, con cenas llenas de risas y un pequeño que no paraba de contarle a su papá todo lo que había hecho durante el día. Cuando llegó la hora de dormir, Bakugo acompañó a su hijo hasta su habitación y lo arropó en su cama, escuchando atentamente mientras el niño le pedía que le contara alguna historia.

—Papá, cuéntame cómo te convertiste en héroe —pidió el pequeño con ojos brillantes.

Bakugo sonrió, viendo en los ojos de su hijo la misma pasión que él tenía a su edad.

—Bueno, me tomó años de esfuerzo, disciplina, y muchos entrenamientos en la U.A. Fue difícil, pero cada momento valió la pena porque ahora puedo proteger a la gente que amo… como a ti y a tu mamá —dijo, acariciando su cabello.

Su hijo lo miró con admiración y murmuró soñoliento:

—Yo también quiero ser un héroe fuerte como tú, papá…

—Y lo serás —aseguró Bakugo, depositando un beso en su frente antes de que el niño cerrara los ojos, sumido en un sueño tranquilo.

Al salir de la habitación, Bakugo se encontró con Hanami, quien lo observaba con ternura. Ambos compartieron una sonrisa, orgullosos de lo que habían construido juntos y emocionados por todo lo que aún les quedaba por vivir como familia.