Para Bethany, ir a la escuela y sentarse en clase era, sin duda, una de las experiencias más tediosas que jamás había vivido. A pesar de que la Academia ofrecía materias como Herbología Mágica, Encantamientos Avanzados y hasta Levitación Básica, el ambiente elegante y la rigidez de cada lección la hacían sentirse atrapada. Más de una vez se encontró con la mente divagando, pensando en todo menos en las clases.
Además, el castillo se había convertido en su refugio improvisado. Los miembros del personal de servicio parecían sorprendidos cada vez que la veían ofreciendo su ayuda para las tareas más mundanas, como barrer o cargar cajas. Al principio, la habían mirado como si fuera algún tipo de broma, pero cuando Bethany insistió en ayudar, se dieron cuenta de que ella hablaba en serio. Distraerse de la vida palaciega y hacer un poco de ejercicio era justo lo que necesitaba para no perder la cabeza, aunque no importaba cuánto ayudara o barriera, nada lograba borrar la preocupación constante que la carcomía desde dentro.
Porque, a pesar de todos sus intentos de distraerse, un pensamiento la atormentaba constantemente: el baile de presentación del viernes. Ese maldito evento, que todos parecían esperar con emoción, a ella solo le producía un nudo en el estómago. Y para empeorar las cosas, justo el mismo viernes tendría su primera clase de baile, lo que significaba que tendría poco tiempo para aprender algo básico... lo suficiente como para no tropezar desastrosamente. Tendría que lucir un vestido larguísimo —seguro con más tela de la que había usado en toda su vida—, maquillada y peinada hasta parecer alguien que ni ella misma reconocería en el espejo. Y lo peor de todo: tendría que bailar, primero con el rey Roland y luego con cualquier príncipe que estuviera presente.
¿Qué tal si me hago la enferma? se preguntaba cada noche, aunque sabía que su madre jamás lo aceptaría.
Pero esa idea de bailar y poner buena cara se volvía aún más complicada con la presencia de Hildegard, quien parecía decidida a conocer cada detalle del evento, sin duda buscando alguna manera de asegurarse de que Bethany no arruinara la "elegancia" del gran día.
Durante un receso en la clase, Hildegard se acercó con esa sonrisa altiva de la que Bethany ya estaba cansada.
—Bethany, querida, ¿has pensado ya en el vestido que usarás? —preguntó Hildegard, con tono de falsa dulzura—. Es crucial elegir un diseño que no solo sea hermoso, sino que también se adapte a... —Hildegard la miró de pies a cabeza— tu estilo único.
Bethany, quien ya se había prometido a sí misma ser cordial con ella, forzó una sonrisa, aunque en su mente trataba de no rodar los ojos. —Pues, sí, ya he pensado en algo... largo —dijo, sin mucho entusiasmo—. Y que cubra suficiente tela como para no tropezarme y morir a mitad de la pista.
Hildegard soltó una risita como si Bethany acabara de contarle el mejor chiste del año. —Oh, no, querida, no puedes pensar así. Con una buena postura y el vestido adecuado, caminarás con gracia. Después de todo, el baile del viernes será tu debut como princesa. Todos los ojos estarán en ti, y no querrás dar una... mala impresión, ¿verdad?
—Claro, porque mi única preocupación en la vida es impresionar a un montón de desconocidos —replicó Bethany con una sonrisa sarcástica, antes de darse cuenta de que Hildegard ya la miraba con una mezcla de impaciencia y "entendimiento".
Hildegard ignoró el tono y continuó, como si Bethany acabara de darle una respuesta positiva. —Perfecto. Y no te preocupes, puedo ayudarte a elegir algo que destaque tus... cualidades. Algo que te haga ver digna de tu título. Y, sobre el peinado... ¿has pensado en algo recogido, quizás?
Bethany intentó no bufar en voz alta. Sí, claro, pensó, porque me muero de ganas de que me peinen hasta que parezca una escultura de cabello. Pero en lugar de decirlo, asintió levemente, forzando una sonrisa.
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Intento de Princesa
Fantasy¿Qué pasaría si mezclamos la Princesita Sofía con los Siete Pecados Capitales y un toque de aventura? Bethany Wilde, recién cumplidos quince años, vive una doble vida en el tranquilo reino de Polaris. En apariencia, es una chica sencilla y alegre, g...