012.

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Las primeras luces del amanecer apenas tocaban el horizonte cuando Bethany terminaba de practicar con su banda en la modesta sala de ensayo que compartían en el pueblo. Aunque estaba adaptándose poco a poco a la vida en el palacio, su espíritu rebelde y aventurero aún latía con fuerza, manteniéndola en la búsqueda de momentos que le devolvieran la adrenalina de sus antiguas aventuras. Entre la rutina de las clases, los entrenamientos con James, y sus prácticas nocturnas con la banda, encontraba un respiro y, sobre todo, una forma de seguir conectada con la Bethany que realmente era.

Mientras guardaba su guitarra, Will, el manager de la banda, se acercó con su típico andar relajado y una expresión de curiosidad que, para Bethany, siempre significaba que planeaba algo. Will era un chico un par de años mayor que ella, con el cabello rizado y una sonrisa pícara. Sostenía una carpeta en la que habían estado trabajando durante la pijamada con Maggy y Aria, llenándola de letras y acordes improvisados. Sin embargo, había una canción en particular que Bethany había escrito en secreto, una que se había jurado que no compartiría con nadie.

—Oye, Beth, ¿qué tal si incluimos esta en el concierto? —preguntó Will, sosteniendo la carpeta en alto antes de que ella pudiera reaccionar.

—¿Cuál? —Bethany frunció el ceño, extendiendo una mano para alcanzarla.

Pero Will, con la velocidad de quien sabe que está en problemas, abrió la carpeta y comenzó a hojearla, deteniéndose justo en esa página. La canción en cuestión era profunda, personal, y Bethany nunca había pensado en interpretarla en público. Sintió su rostro sonrojándose al ver a Will sosteniendo la letra, sus ojos recorriendo las palabras como si pudiera entender cada uno de los pensamientos que había vertido en ese papel.

—No, no, no... ¡Will, dame eso! —Bethany intentó quitársela, pero Will esquivó su mano con una sonrisa traviesa.

—¿En serio quieres guardarte esto? Beth, esto es bueno, es... tú, ¿sabes? Sería genial que todos escucharan esto.

Bethany rodó los ojos y le lanzó una mirada fulminante.

—Para nada. Esa es solo una canción que... bueno, ya sabes, la hice en un momento de aburrimiento —intentó restarle importancia, aunque sus ojos la traicionaban.

Aria, que hasta entonces había estado afinando su bajo en un rincón, levantó la vista con una ceja arqueada y una sonrisa traviesa.

—Oh, vamos, Beth. Siempre estás diciendo que necesitas emoción, algo nuevo. Esta es la oportunidad perfecta para mostrarle a todos lo que tienes —dijo, claramente divirtiéndose con la situación.

Bethany miró a su alrededor, sintiéndose atrapada. Sus amigos parecían sinceramente convencidos de que esta era una buena idea. Incluso Maggy, que normalmente era la más prudente, sonreía y asentía, animándola.

—¿Y si... me da un ataque de pánico? —preguntó, con una voz más baja de lo que pretendía, mientras sus ojos se desviaban hacia la letra que Will aún sostenía.

Will le puso una mano en el hombro y le sonrió, con esa expresión de alguien que sabe que tiene razón.

—Estaremos todos ahí. Y, además, el público te adora, ¿qué podría salir mal?

Bethany resopló, entrecerrando los ojos en señal de protesta, pero en el fondo sintió una chispa de entusiasmo. Quizá esto era justo lo que necesitaba: algo inesperado, algo que la sacara de la rutina en la que se estaba hundiendo en el palacio.

—Bueno... está bien —cedió, lanzando un suspiro dramático—, pero si alguno de ustedes se atreve a hacer algún comentario estúpido, los voy a golpear.

Intento de PrincesaWhere stories live. Discover now