Pov Jungkook
La espera frente al trabajo de Jimin ya se había vuelto una rutina que me hacía sentir un poco más normal, un poco más cerca de él. Las últimas semanas, siempre que salía, él me encontraba allí, listo para llevarlo a casa o a donde quisiera. Era un gesto pequeño, pero lo tomaba como una oportunidad para ganar algo de su confianza, para revivir algo del pasado en el que ambos solíamos reírnos y hablar sin barreras.
Lo vi salir, y apenas me vio, sonrió, acercándose con esa expresión tan suave que había aprendido a adorar.
—¿Tienes planes para esta tarde? —le pregunté, intentando sonar casual, pero sabiendo que lo que estaba a punto de hacer tenía mucho peso para mí.
—Contigo, supongo. —Soltó una risa y se acomodó en el asiento del auto, cerrando la puerta mientras me miraba con curiosidad.
—Bueno... hoy tengo una sorpresa para ti. —Puse el auto en marcha, y vi su expresión transformarse en una mezcla de sorpresa e intriga.
—¿Una sorpresa? —preguntó, arqueando una ceja y mirándome con esa chispa en los ojos que me hacía querer decirle todo—. ¿Qué estás tramando, Jungkook?
—Tendrás que esperar y ver —respondí, lanzándole una mirada traviesa antes de concentrarme en el camino.
Conduje hasta un lugar algo más apartado, un parque rodeado de árboles donde los sonidos de la ciudad parecían desvanecerse. Me estacioné y salí del auto, abriendo la cajuela para sacar una caja cuidadosamente envuelta que había estado esperando este momento tanto como yo. Cuando me giré, Jimin estaba mirándome, visiblemente confundido.
—¿Qué... qué es eso? —preguntó, dando un paso hacia mí.
Me acerqué a él, sosteniendo la caja frente a sus manos, y se la ofrecí con una sonrisa que intentaba esconder los nervios.
—Ábrelo. Es algo que... bueno, hace tiempo te prometí y que nunca cumplí. Y pensé que era el momento de hacerlo bien.
Jimin me miró un instante antes de recibir la caja, sus dedos rozando los míos mientras abría la tapa con cuidado. Su reacción fue instantánea; sus ojos se iluminaron y una sonrisa sincera se dibujó en su rostro cuando el gatito, de ojos grandes y pelaje suave, asomó la cabecita para mirarlo.
—Jungkook... —susurró, claramente emocionado, mientras alzaba al pequeño felino, acariciándolo con ternura. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y yo contuve el aliento, observando cómo las emociones lo atravesaban.
—Siempre quise darte uno... —murmuré, sintiendo la garganta un poco apretada. La verdad es que lo que quería darle iba mucho más allá de una simple promesa cumplida. Deseaba darle todo lo que alguna vez debí haberle dado y mucho más.
Jimin soltó una risita entrecortada, sin dejar de mirar al gato mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Antes de que pudiera reaccionar, él se acercó a mí y me envolvió en un abrazo, el calor de su cuerpo y el temblor en sus manos me hicieron contener la respiración.
—Gracias, Jungkook... de verdad... eres el mejor —susurró contra mi hombro, y sentí su voz vibrando en mi pecho.
Apreté los labios, intentando retener esa sensación, deseando poder congelar el momento y guardarlo donde ni el tiempo ni los recuerdos pudieran lastimarlo. Pero incluso en esa felicidad, sentía un peso que no podía ignorar. Porque, aunque Jimin me miraba con esos ojos brillantes ahora, sabía que si algún día recordaba todo, podría mirarme de otra manera, con el rencor y la desilusión que me merecía.
Respiré profundo, manteniendo el abrazo un poco más antes de murmurar:
—No tienes idea de lo que significa para mí... que pienses eso.
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Remember Me- Au Kookmin
FanfictionRemember me -Au Kookmin Sus acciones se volvieron predecibles y monótonas, la comunicación era superficial e incluso escasa, un matrimonio carente de interés, emociónes y conexión emocional, la chispa inicial que nos unió se desvaneció. Los besos l...