Remember Me- Au Kookmin

Chapter 14/2

Pov Jimin

Estaba recostado sobre Jungkook, sintiendo el suave vaivén de su pecho al compás de su respiración. La calidez de su cuerpo me envolvía, y el silencio entre nosotros se sentía tan cómodo que podría haber permanecido así para siempre. La sábana que nos cubría era apenas un recordatorio de que éramos dos, pero en esos momentos, me sentía como uno solo con él.

Sus dedos se movían delicadamente sobre mi espalda, trazando patrones que me hacían cerrar los ojos y perderme en la tranquilidad del momento. La suavidad de sus caricias me llenaba de una sensación de paz que nunca había experimentado. Pero, como suele suceder con las cosas buenas, el momento se vio interrumpido.

Mientras ajustaba mi posición, algo brilló en la luz tenue de la habitación. Mis ojos se fijaron en su mano: un anillo de matrimonio. El destello metálico me golpeó como un rayo. Mis pensamientos se nublaron, y una sensación de desconcierto se apoderó de mí.

—¿Qué es esto? —pregunté, levantando la vista hacia él, la confusión evidentemente escrita en mi rostro.

Jungkook se quedó en silencio, su expresión se tornó seria. Buscaba las palabras adecuadas, pero su mirada titubeante solo aumentó mi inquietud.

—Jimin... —su voz sonaba temerosa, casi renuente a responder.

—¿Por qué tienes un anillo de matrimonio? —insistí, mi voz más alta de lo que pretendía.

No sabía qué pensar. La confusión se convirtió en un remolino en mi mente. ¿Acaso había algo que él no me estaba diciendo? ¿Era yo un secreto? Su indecisión me desgastaba.

—¿Acaso... acaso estás casado? —mi corazón comenzó a latir con fuerza, mis manos temblando al tomar la sábana y despegarme de su cálido abrazo.

—No es tan simple, Jimin —respondió Jungkook, pero no sabía cómo continuar. La incertidumbre en su voz solo profundizaba mi creciente enojo.

—¿No es tan simple? —repetí, mi voz cargada de sarcasmo y decepción—. ¡¿No es tan simple?! ¿Acaso me has estado ocultando esto todo este tiempo? ¿Soy solo un amante en esta historia?

La frustración me nubló la vista. Rápidamente recogí mis cosas, sintiendo que mi corazón se hundía en un abismo de confusión y dolor. Jungkook se movió para acercarse, pero lo rechacé con un gesto.

—¡Jimin, espera! —me llamó, pero ya me sentía como un tonto por haberme dejado llevar por sus caricias y sus palabras dulces.

—¿Acaso esto es un juego para ti? —dije, mi voz quebrándose—. ¿Soy solo una burla?

El silencio se hizo pesado entre nosotros. Su mirada estaba llena de angustia y culpa, pero no podía dejarme llevar por su dolor.

—No, no es eso, por favor... —su voz era un susurro, pero ya no podía escuchar. Con cada palabra que no decía, se sentía como si me hundiera más en la confusión.

Antes de que pudiera contenerme, mis recuerdos comenzaron a regresar, uno tras otro, inundando mi mente con imágenes de nosotros: risas, abrazos, momentos que había olvidado. El dolor de esos recuerdos se convirtió en un torrente, y un fuerte dolor de cabeza me hizo tambalear.

—No puedo... —murmuré, llevándome las manos a las sienes, tratando de ahogar los recuerdos que surgían como sombras en mi mente.

Sin mirar atrás, salí de la sala, dejando a Jungkook solo en medio de la oscuridad de su sala de estar, mi corazón latiendo con furia y confusión, la tristeza arrasando mi ser.