Magia y mitología: Un legado por descubrir ▓┃ Percy Jackson × Harry Potter

Capítulo 16

Pov Lys:

Miré a Harry y luego a Hades, que parecía debatirse entre arrojarnos al Tártaro o convertirnos en estatuas de oro.

Probablemente optaría por lo segundo.

—¿Piensas matar a Percy? No puedes matarlo, soy su protectora —dije, rompiendo el tenso silencio que se había formado.

—Dile al hijo de Poseidón que traiga mi yelmo y no lo mataré—contestó con una mueca de desdén.

—No puedes matar a Jackson; debo matarlo yo primero —replicó Harry con el ceño fruncido.

¿Por qué todos quieren matar a Percy?

Solo es... Percy.

Un chico que se sobreestima, sarcástico la mayor parte del tiempo y también bromista, fan número uno del color azul. Bueno en muchas cosas, aunque insista en lo contrario, y que hace exactamente eso.

Toma confianza rápido si nota que confías en él, lidera aunque lo niegue, y es irrespetuoso con las personas o, mejor dicho, con los dioses. Le encanta pertenecer y se esfuerza por encajar.

Es un buen amigo.

Harry también es un buen amigo, aunque molesto.

¿Qué tiene que ver Potter con Jackson?

—Los mataré a los dos, ¿qué les parece? —¿Por qué el dios Hades ahora medía lo mismo que un adulto normal?

—Rejuveneció —dijo Harry.

—Se encogió —lo corregí.

—Adopté la forma de un mortal adulto, similar a los que ustedes, los de mente cerrada, están acostumbrados —nos dijo Hades con una sonrisa fría.

Hades es demasiado "amable" para gente normal como yo.

Espero que se note el sarcasmo.

Y que Hades no lea mi mente.

—¿Puede explicarme el tema de los panteones? —pregunté, recordando que me había llamado "Niña de los panteones".

Pero el dios del inframundo no respondió y se dirigió a la sala contigua, tan enorme como la del trono. No sabía si seguirlo o resignarme a ser la nueva guardia fantasma durante milenios.

Harry me miró, esperando que empezara a seguir a Hades, como habría hecho en cualquier otro momento.

—¿No lo seguirás? —dijo el de las gafas.

—Soy muy joven para morir a manos de un Dios—respondí con desenfado.

El chico no replicó y comenzó a empujarme hacia donde se había ido Hades.

A veces me pregunto por qué terminé en Gryffindor, pero luego recuerdo a Théodore, que está en Slytherin cuando debería haber estado en Ravenclaw, y me calmo.

Extraño a Theo; necesito mi dosis diaria de información sobre cualquier cosa.

—La niña de los panteones, todo el Olimpo conoce tu profecía —dijo Hades al vernos entrar—. Panteón por panteón.

El lugar era un comedor enorme, similar a la sala anterior, con una mesa negra en el centro y sillas a nuestra medida.

—Ya comenzaste con Harry Potter; él no debería estar aquí... —Harry asintió, como si estuviera de acuerdo.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, y no solo por el aire helado.

—¿A qué te refieres? No hay un destino fijo, tal vez sí debería estar con nosotros —intenté decir débilmente.