Fiesta de Halloween

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Era Jueves 31 de octubre y me habían invitado a una fiesta de disfraces. Como de costumbre quería verme extremadamente sexy, decidí vestirme de Diablita. Me compre una falda roja que apenas me cubría mis nalgas, una blusa de tirantes con un escote exagerado, unas medias rojas a media pierna y unas zapatillas negras altas. me miraba muy puta. Al Tomar varias copas de vino, tequila y cervezas, en la fiesta estuve bailando muy sexy, pegándole el culo a todos los hombres que se me acercaban, haciendo gestos insensibles y bailando como una puta. Uno de esos chicos, era un amigo mío, con quien había experimentado ya hacía tiempo. Se me acercó, me tomo de la mano y me pregunto si podíamos salir un poco.

Accedí, fuimos al estacionamiento y comenzamos a platicar y a fumar, hasta que de la nada me jalo hacia el y comenzó a besarme con furia, muy salvaje y dándome mordidas fuertes en todo mi labio. Yo respondía con gemidos y otras moridas mientras me sentía húmeda.

-¿Te gusta zorrita? Aaa que buena te ves hoy.- me decía mientras me agarraba las tetas y las nalgas.- Yo solo gemía con desesperacion, me sentía muy puta y sus palabras me hacían sentir más caliente.

-Quiero que sientas mi verga, mira como me pones.-Me dijo mientras me agarro la mano y me la bajo, puse un poco de resistencia y él me mordió con fuerza el labio haciéndome gemir y así cedí a tocarlo.

-Que desobediente te pones, puta.

-Tienes novia, no quiero.- le dije quitando la mano.

-¿Qué importa? Si estas mas buena que ella, uff, esas tetotas no se comparan con nada.- Me decía mientras me seguí agarrando por todos lados.

Me llevo hasta atras del estacionamiento, ahí me bajo la blusa quedando al descubierto mis tetas pues no traía sujetador.

Las agarro con fuerza, retorciendo mis pezones rosaditos. Puso un pezon en su boca y comenzó a lamer despacio. Yo gemía quedito, me gustaba como lo hacía, cuando de repente los mordió y los jalo despacio pero con fuerza.

-Mmm que rico, más, más, asi... - gemía yo

Así estuvo bastante rato, chupando y mordiendo mis tetas. Después me volteo y me puso sobre un auto, subió mi falda. Traía puesta una tangita roja por supuesto, pasó unos dedos por mi coño húmedo, jugo un ratito con el y después comenzó a frotarse contra mi mientras se inclinó en mi cuello y me besaba con dulzura.

-No sabes que rica estás, me pones caliente muy rápido, te quiero hacer de todo mami.- Me decía esto mientras me besaba el cuello, el oído, la boca

Yo solo gemía y asentía, cuando de repente sentí dos dedos dentro del coño, rápidos y salvajes.

-Aaaaa, me duele, mmm, que rico...- grite

-Cállate, zorrita.- me decía mientras me cubría la boca. Iba cada vez más profundo mientras yo gemía más y más. Me acaricio el clitoris, yo puse los ojos en blanco sintiendo el orgasmo venir. Volvio a meter dos dedos hasta el fondo y con su otra mano me dio varias nalgadas. Mis piernas comenzaron a temblar, entonces se agacho y comenzo a chupar con fuerza mi clitoris, incluso lo mordio un poco mientras seguia metiendo sus dedos. Estalle en un orgasmo fuertísimo mientras gritaba su nombre y llenaba su mano de jugos.

-Que puta, enserio, que puta eres.- me decía mientras se limpiaba las manos en mi boca.

Me arrodillo, me tomo del pelo y comenzó a meterme los dedos a la boca.

-¿Te gusta verdad? ¿Te gusta chupar cosas? ¿Me la quieres chupar putita?

-Si por favor, déjame mamartela.- le dije entre gemido, ya no me reconocía.

Se saco la verga, no era grande, quizás unos 16 cm, pero era gruesa y durísima. Comenzó a pasarla por toda mi cara, incluso me pego con ella en las mejillas, mientras yo trataba de meterla a mi boca. Me metió primero la puntita, después casi toda, hasta que al final tenía hasta las bolas dentro. El gruñía y gemía mientras me agarraba el cabello.

-Veme a los ojos, zorrita, que rica te ves así... mmmmm mami, que deliciosa, asiii... así me gusta. Nunca me la habian mamado asi, mami. Contigo, pinche puta, cualquiera es infiel, preciosa.
estas hermosa Ivanna, eres toda una Diablita muy caliente.

Yo tenía los ojos rojos y estaba a punto de vomitar, a él no le importaba y seguía metiéndola toda hasta que se vino en mi boca, sin avisarme llenándome toda de leche. No la saco hasta que me trague la última gota.

-Que obediente zorra, que rica te veías mamandola.

Me dijo mientras se limpiaba, yo me levante del suelo, sintiéndome humillada, llena de semen y de sudor, pero con ganas de coger. Así que me arregle lo mejor que pude para conseguir una verga que montar.

CONTINUARÁ...

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