Gracias a quienes han leído mis relatos y me han hecho sugerencias y comentarios al respecto.
Hoy les quiero compartir una de mis recientes aventuras de noche en la que sacié mi apetito con un hombre desconocido.
Les recuerdo que soy de estatura promedio, cintura pequeña, caderas prominentes con un culo redondeado. pechos medianos, cabello largo. Me gusta mucho vestir provocativa y soy muy coqueta.
Todo empezó en una noche que no quería estar en casa pero todos mis amigos estaban en lo suyo y no tenian tiempo para hacer plan. Mi cuerpo quería algo de emoción así que me duché y aproveché para depilarme toda.
Busqué un atuendo sensual que resaltara mis encantos, me maquille y quedé lista para salir. Elegi un vestido negro de dos piezas, la superior que apretujaba y hacia ver muy provocativas mis tetas, y una minifalda que resaltaba mi gran culo y lucia perfectas mis piernas que habia aceitado al salir de la ducha, zapatos de tacón rojos y por supuesto hice una delicada elección de lencería en la que únicamente me acompañaron unos diminutos pantys de encaje negros que se hundían en mi rajita depilada. Mientras me preparaba, tomaba uno que otro shot de Tequila para mantener el ánimo, pues casi nunca hago esto sola.
Quería estar lejos de casa así que tomé un servicio de Uber hacia una discoteca muy popular del otro lado de la ciudad. Salí de mi departamento y me dirigí hacia el auto, sentí la mirada del conductor hacia mi cuerpo que se acercaba al auto y que con voz seductora saludaba de manera formal.
-Buenas noches. Le dije.
-Buenas noches señorita, ¿Cómo se encuentra? Bienvenida.
Aprovechando que ajustaba el cinturón fijó su mirada a mis piernas. Era un hombre de al menos 50 años, no era atlético pero si parecía cuidarse mucho, olía bien, un poco canoso y con una barba perfectamente hecha. Encantador para alguien como yo que le gustan tanto los hombres mayores.
-Bien, emocionada por esta noche de aventura. Sonreí.
Inició el trayecto hacia la discoteca.
-¿Se dirige a una cita?
-No, hoy voy a estar sola, quiero disfrutarme un poco.
-Para usted no debe ser difícil eso, señorita, es muy hermosa. Muchos hombres deben ceder a su encanto.
-¿Le parece que soy un encanto? Y busqué su mirada con el gesto de una zorra que quiere generar ternura en su hombre y una sonrisa maliciosa. Puse mis dedos sobre mis muslos jugueteando un poco.
- Yo soy un hombre casado, pero si alguien como usted me diera la oportunidad, aceptaría las consecuencias y todo lo que venga.
Le sonreí mientras me retocaba mi labial de color rojo y abrí ligeramente mis piernas. La minifalda había cedido y apenas y cubría mis pantys y unos pocos centímetros más. Suspiré.
-A veces tienes las oportunidades en el asiento del lado.
Pude ver cómo su rostro cambió a uno de sorpresa, mientras intentaba mantener la vista en el camino. No tardó en dejar el volante a cargo de su mano izquierda y con la derecha empezar un ligero roce sobre la mía, que tomaba fuerza de a poco e iba llenando el tamaño de su mano con la circunferencia de mis muslos. Esta situación era por mucho la aventura que no esperaba pero quería tener. Abrí un poco más mis piernas hasta que mi falda quedó al ras de mi entrepierna ya calurosa y húmeda por la situación.
-Mamasita, que ricas están esas piernas, pero déjame tocar otro poquito, mirando mi entrepierna.
Me abrí completamente de piernas dejando a la vista mi húmedo panty hundido en mi rajita depilada. Con sus dedos se dió paso para hacer de lado la diminuta prenda y mientras conducía jugueteaba con mi clítoris.
-Ah, que rico papi, méteme tus deditos por favor.
Aprovechó los semáforos para observar e introducir sus dedos en mi, sacudiendome por dentro hasta gemir y encorvarme.
-Ahh siii, ahhh, papi qué ricoo, ahhh.
-Estas mojadita por fuera y apretadita por dentro. Eres una perrita muy rica, mi amor.
Mi mano buscó su entrepierna que era ahora un bulto grande y duro que pedía ser liberado. Bajé la bragueta, su boxer y salió una deliciosa, venosa y gruesa verga con la puntita mojada de líquido preseminal. Solté mi cinturón de seguridad y me incliné a probar esa espectacular polla que me iba a comer. Con mi lengua rodeaba su glande para después introducirla en mi boca completa y hacerle garganta profunda.
-Ahhh que rico mamas verga, perrita. Voy a tener que parar a follarte.
Aprovechó e hizo un desvío a un camino oscuro poco concurrido y detuvo el auto.
-Ahora si, perrita, te voy a dar lo que querías.
Me jalo y me llevó a los asientos traseros. De un jalón me bajó el top y me subió la falda. Me chupó y mordió las tetas mientras con su mano me abrió de piernas y me siguió masturbando.
-Ahhh papi así, comete mis teticas y dame más por favor, así, ahhh. Dame verga papi.
-Te voy a dejar escurriendo mi leche y así vas a volver a tu casa perrita.
Apretó mi cuello lo cual me excitaba más, bajó y hundió su cabeza en mi entrepierna, dándome uno de los mejores orales de mi vida. Su lengua jugueteaba tanto en mi clítoris y dentro de mí que era imposible evitar gemir y pedirle más y más. Me hizo tener mi primer orgasmo del cual bebió todo el contenido. Me tomó de mi cabeza y la llevó a su verga, mientras le daba la mamada me atrapaba con sus manos hasta que daba arcadas.
-Asi perra, cómetela toda, hasta que me hagas venir.
Se la seguí mamando hasta que me atrapó de nuevo y descargó toda su leche en mi boca. La dejé escurrir de mi boca a mis tetas.
-Que putita eres, mamasita, tranquila que te voy a dar más leche perrita ansiosa. Volvió a introducir sus dedos en mi panochita que estaba húmeda a más no poder y me ordenó ponerme en cuatro. Cómo pude en el espacio del auto me incliné y me abrí para recibirlo. De una clavada me la metió toda.
-Eso es puta, recibe mi verga en esa concha apretadita, pronto te la voy a llenar de lo que tanto quieres.
Me bombeaba mientras tomaba mi cabello, me azotaba y aceleraba cada tanto.
-Papi así siii, más, quiero más verga, así, ahhh.
Me puso de misionero y me penetró con más fuerza, mientras me follaba yo jugueteaba con mis tetas que él cada tanto azotaba o chupaba.
Su Verga era grande y gruesa, justo como me gustan. Mis jugos y su babita preseminal se juntaron Ufff que delicia. Sentia mi coño caliente, chorreaba a montones. Estaba muy caliente y excitada.
-Que rico me follas papi, dame más, sii.
-Ah putita me encanta cómo pides mi verga, ahhh.
Me besaba, penetraba y manoseaba a la vez, me tenía a mil, no pude evitar pedirle que me llenara, así que aceleró hasta que vacío su leche en mí.
-Ahhh, acá tienes tu leche putita, ahhh.
Después de unos minutos nos vestimos de nuevo, sin embargo él se quedó con mi panty presumiendo su trofeo de la noche.
-Yo me llevo tus pantys y tú te llevas mi leche, mamasita. No vas a poder cogerte a nadie esta noche más que a mí, quiero que dejes mi leche ahí.
-Si papi.
-Te llevaré a casa, putita.
Mientras me llevaba de vuelta volví a mamar su verga, pero esta vez me comí toda su leche.
-Ahora putita, me daras tu número y te voy a follar cuando mi esposa no me complazca.
Anotó mi número y ahora nos vemos cada ciertos días a follar.
Espero les haya gustado. Recuerden que me pueden encontrar..
Kik : ZorritaToxica