Recuerdos ahogados en la memoria...
La villa entera rebosaba de alegría gracias a coloridos detalles que adornaban cada centímetro de la avenida principal. Tal como sucedía cada año sin falta, el festival era recibido con gran emoción y expectativa por todos los pobladores, ya fuesen grandes o chicos. Si bien la gran mayoría se había puesto manos a la obra un par de semanas antes, los más veteranos habían dado inicio a los preparativos con un mes de antelación. Gracias a que la calle protagonista de la celebración conectaba la única estación de tren con la plaza central y seguía de largo hasta concluir en las faldas del monte donde se erigía el santuario local, el lugar había adquirido un impresionante aspecto que casi lo ponía al nivel de una pequeña ciudad.
Kamiya, fiel a su oscura naturaleza solitaria, había evitado a toda costa formar parte de dicho evento por dos años consecutivos. Bajo condiciones normales, muy posiblemente hubiese hecho lo mismo en su tercer año de estadía, pero las cosas habían cambiado... O, mejor dicho, corrían el riesgo de cambiar. Ya no podía negar los hechos: lo sucedido con el Nekogami, incluso si no había pasado a mayores, lo había dejado muy claro. La furtiva amenaza de la Corrupción, cuyo accionar casi siempre anunciaba la inminente llegada del Concepto del Mal, era más real que nunca.
Ningún hecho fuera de lo común había alterado la paz de la rutina durante los últimos meses, pero eso no resultaba suficiente para brindarle sosiego. Si la entidad corrupta que había diezmado con tanta facilidad a los bakeneko de la montaña decidía hacer acto de presencia, bien podría acabar con la villa entera en un parpadeo. Kamiya era consciente de que, dado el potencial riesgo, su mejor opción sería huir de vuelta a las entrañas de la Tierra para ocultarse por unos cuantos miles de años. Sin embargo, su orgullo como último Heraldo del Mar de Sombras lo impulsaba a proteger su terreno de caza hasta las últimas consecuencias, incluso a costa de su propia existencia. Al menos, esa era su excusa oficial, ya que su verdadera motivación estaba concentrada en asegurar el bienestar de Shikuro.
La susodicha se había llevado una enorme y agradable sorpresa al enterarse de que el Yaminokami estaba dispuesto a acompañarla al festival. Ella ya lo había invitado los dos años anteriores sin la menor señal de éxito a pesar de los berrinches que había armado, de modo que se llenó de júbilo al finalmente poder ir con él. Ante semejante muestra de alegría, incluso el huraño Kamiya llegó a pensar que, tal vez, podría darse la oportunidad de disfrutar el ambiente festivo en lugar de continuar sumido en el desasosiego. No obstante, cuando el momento llegó y partieron juntos a la avenida principal, se sintió sofocado al toparse con adornos de colores vivaces, brillantes luces por todos lados y, lo peor de todo, una excesiva aglomeración de gente. Para gran desgracia del misántropo ente oscuro, la buena organización del festival había logrado atraer a un sinfín de forasteros, entre habitantes de asentamientos vecinos y turistas curiosos.
―¡Este año es incluso mejor que antes! ―comentó Shikuro, mientras lo zarandeaba sin dejar de caminar por entre los pintorescos puestos abarrotados―. ¡Mira, mira, Kami-kun! ¡Hay luces! ¡Luces por todos lados!
―Lamentablemente, así es. Hay demasiada luz artificial a pesar de que recién está anocheciendo.
―¡Si me hubieses acompañado las veces anteriores sabrías lo que quiero decir! El año pasado, por ejemplo, fue tan bonito como siempre, aunque ahora... ¡Ahora es por lo menos treinta y tres veces más lindo!
―No uses ese número tan a la ligera. ―Kamiya gruñó, sintiéndose agotado a pesar de que recién acababan de llegar. Dado que no quería arruinar el ambiente con su mala actitud, prefirió tocar un tema que le parecía importante―. Hasta ahora he evitado hablar del asunto, pero... ―Se aclaró la garganta― Me parece curioso que seas la misma de siempre. Hace poco descubriste que las criaturas sobrenaturales como los Nekogami y los bakeneko son reales. ¿Acaso no sientes temor o confusión?
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Hametsu
TerrorKuroshi Usagi nunca imaginó que su vida cambiaría tanto tras iniciar una relación romántica con Hakuma Hametsu, una encantadora pero extraña chica que parece guardar singulares misterios. A pesar de la emoción inicial, Kuro pronto descubrirá que su...