Capítulo 12

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Soo-jin y Ji-hyuk regresaban de una cita, caminando de la mano y con una sonrisa en el rostro. Sin embargo, al llegar a la entrada del edificio, una mujer elegante apareció frente a ellos, bloqueándoles el paso. Con aire de confianza, la desconocida miró a Soo-jin y se presentó.

—Soy Yu-ra, la prometida... o bueno, exprometida.

—¿La qué? —replicó Soo-jin, arqueando una ceja y observando a la mujer de arriba a abajo.

Yu-ra ignoró el tono de Soo-jin y se dirigió directamente a Ji-hyuk.

—Te llamé para hablar, pero no contestaste. Pensé en volver más tarde, pero supuse que seguirías evitándome. Así que te esperé para verte en persona.

Ji-hyuk miró a Soo-jin, un destello de nerviosismo en su rostro.

—Soo-jin, puedo explicarlo...

Pero antes de que pudiera decir más, Soo-jin le soltó la mano, frunciendo el ceño.

—No, no hay nada que explicar —respondió, con una mirada firme.

Al volverse hacia Yu-ra, notó cómo esta esbozaba una sonrisa satisfecha, como si disfrutara de la incomodidad del momento. Eso solo aumentó la rabia de Soo-jin, pero no iba a darle el gusto de mostrar debilidad. Así que, con un último vistazo de desdén hacia Yu-ra, se giró y se alejó sin decir palabra.

Mientras se iba, Soo-jin apretó los puños, intentando calmar la mezcla de enojo y frustración que la embargaba. En su mente, no pudo evitar imaginar que necesitaba un muñeco vudú de Yu-ra para desahogarse, especialmente para decapitarlo mentalmente mientras planeaba cómo manejar esta nueva situación.

 En su mente, no pudo evitar imaginar que necesitaba un muñeco vudú de Yu-ra para desahogarse, especialmente para decapitarlo mentalmente mientras planeaba cómo manejar esta nueva situación

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Ji-won entró a la cocina donde estaba Soo-jin, con pasos lentos, como si le costara cargar el peso de la noticia que llevaba. Su rostro reflejaba una mezcla de tristeza y sorpresa que Soo-jin percibió de inmediato. Dejó el papeleo a un lado y le hizo un gesto para que se sentara, pero Ji-won, sin decir palabra, permaneció de pie.

—Soo-jin… acabo de enterarme de algo sobre la señora Yang. —Hizo una pausa, mirando al suelo, intentando encontrar las palabras adecuadas—. Tiene cáncer de estómago.

El mundo de Soo-jin pareció detenerse. Por un instante, solo pudo observar a Ji-won, sin comprender del todo, como si esas palabras fueran un eco lejano y confuso. Su mente comenzó a darle vueltas, recordándole un detalle inquietante: ese mismo diagnóstico era el que Ji-won había tenido en su vida pasada.

Un frío recorrió su cuerpo, y antes de poder procesar del todo lo que sentía, un malestar intenso le subió desde el estómago. Sin poder controlarse, se levantó de prisa y salió de la oficina, corriendo al baño más cercano. Apenas llegó, se inclinó sobre el lavabo, sintiendo cómo su estómago se revolvía hasta hacerla vomitar.

Mientras intentaba recuperar el aliento, las emociones se mezclaban en su pecho: shock, tristeza y una extraña sensación de temor. Las coincidencias parecían demasiadas, y aunque quería convencerse de que solo era una casualidad, el miedo permanecía allí, recordándole lo frágil que podía ser la vida y cómo el pasado parecía arrastrarse de vuelta en las formas más inesperadas.

𝗠𝗔𝗥𝗜𝗔 ||Marry My Husband||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora