Donde Ji-won, después de una traición devastadora, encuentra un nuevo propósito en la justicia y el autodescubrimiento, gracias al apoyo incondicional de Ji-hyuk y la guía emocional de Soo-jin.
O
Donde Soo-jin es una intermediaria que sin querer cam...
La suite estaba en calma, con un aire de expectación que parecía envolver a cada rincón. Soo-jin respiró hondo mientras las damas de honor abrían la caja que contenía su vestido de novia. Ji-won, Hui-yeon y la señora Yang se colocaron alrededor, con sus ojos iluminados por la emoción.
—Es ahora o nunca —bromeó Ji-won mientras levantaba delicadamente el vestido, dejando que la luz de la habitación destacara cada detalle de encaje y los bordados intrincados.
—No me hagas llorar aún, Ji-won. Apenas estoy procesando esto —respondió Soo-jin con una risa nerviosa, tocando el borde del vestido como si fuera un tesoro.
Hui-yeon, práctica como siempre, tomó la delantera. —Vamos, todas juntas. Este vestido no se va a poner solo.
Con movimientos cuidadosos, las tres damas ayudaron a Soo-jin a deslizarse en el vestido. La tela suave y perfectamente ajustada abrazaba su figura mientras Hui-yeon abrochaba los botones perlados en la parte trasera.
—¿Cómo se siente? —preguntó la señora Yang, sosteniendo un espejo de mano frente a Soo-jin.
—Como si estuviera a punto de vivir un sueño —susurró Soo-jin, observando su reflejo con una mezcla de sorpresa y alegría.
Una vez que el vestido estuvo perfectamente ajustado, llegó el momento de los accesorios. Ji-won fue la encargada de colocarle el collar, un diseño delicado con pequeñas gemas que brillaban como estrellas. Hui-yeon añadió los pendientes, mientras que la señora Yang sujetaba la pulsera que completaba el conjunto.
—Todo encaja perfectamente, tal como lo planeaste —comentó Yang con una sonrisa cálida, mientras ajustaba el broche de la pulsera.
Finalmente, Hui-yeon desplegó el velo, una pieza de tul que caía como una cascada de luz. —Lista para el toque final —dijo, asegurándolo con cuidado en el peinado de Soo-jin.
Soo-jin se volvió hacia el espejo de cuerpo completo. Su reflejo era el de una novia radiante, con cada detalle cuidadosamente seleccionado para este día tan especial.
—Pareces una princesa —dijo Ji-won con un toque de orgullo en su voz.
—Era el objetivo, ¿no? —respondió Soo-jin, su sonrisa transformándose en una risa nerviosa.
Antes de dar por terminados los preparativos, Soo-jin tomó un pequeño frasco de perfume. El aroma floral y suave llenó el aire mientras lo aplicaba en sus muñecas y cuello, un gesto que sellaba el final de este íntimo ritual.
—Este es el comienzo —murmuró, mirando a sus amigas y a Yang, quienes aplaudieron suavemente como si fuera su primera ovación del día.
—Y qué comienzo tan perfecto —agregó Hui-yeon, entrelazando su brazo con el de Soo-jin mientras las demás se reunían para una última foto antes de salir.
Con el vestido, los accesorios y la determinación de vivir uno de los días más importantes de su vida, Soo-jin estaba lista para dar el primer paso hacia su futuro como esposa.
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