Donde Ji-won, después de una traición devastadora, encuentra un nuevo propósito en la justicia y el autodescubrimiento, gracias al apoyo incondicional de Ji-hyuk y la guía emocional de Soo-jin.
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Donde Soo-jin es una intermediaria que sin querer cam...
En la mesa, Soo-jin estaba sentada junto a Ji-hyuk, mientras que Hui-yeon se encontraba justo al frente de ella, y el abuelo ocupaba la cabecera con una postura imponente, pero serena. Soo-jin vestía un elegante atuendo formal, que resaltaba tanto su estilo sobrio como su elegancia. Llevaba una camisa blanca perfectamente almidonada con los puños ligeramente arremangados, contrastando con un blazer negro de corte estructurado que caía de sus hombros con una fluidez natural. La corbata negra que adornaba su cuello añadía un toque serio, casi profesional, mientras que la falda oscura de línea recta se acomodaba delicadamente sobre sus piernas, mostrando su estilo distinguido.
El abuelo miró a todos alrededor de la mesa antes de hablar, su voz grave resonando en el ambiente:
—Cuando se trata de la vida, no puedes tener ambas cosas. Lo que quiero decir es que si él hereda, no será fácil combinar tu felicidad personal y tus responsabilidades empresariales.
Al escucharlo, Soo-jin dejó escapar una risa suave, sorprendiendo al abuelo. Él levantó una ceja, claramente extrañado.
—¿Qué pasa? —preguntó, confundido.
—Usted habla muy parecido a su nieto.
—Sí, habla como un abuelo.
Justo en ese momento, Ji-hyuk y Soo-jin, como si estuvieran sincronizados, tomaron la misma porción de comida al mismo tiempo. William, otro amigo cercano, comenzó a reírse al notar la coincidencia.
Soo-jin esbozó una sonrisa, mirando al abuelo con determinación.
—Me esforzaré mucho. No seré codiciosa, nunca he sido codiciosa —afirmó, con los ojos llenos de convicción—. Y voy a ser aún más generosa por él.
El abuelo, sin embargo, permanecía serio.
—¿Crees que es tan fácil?
—Lo es —respondió ella con firmeza—, porque heredé muchos valores bonitos de mi abuela. Y si no es suficiente, me esforzaré aún más.
Hui-yeon le dio un suave aplauso de apoyo, con una mirada que mostraba su admiración por la fortaleza de Soo-jin.
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Alrededor de la pequeña mesa, estaban reunidos Soo-jin, Ji-hyuk, Hui-yeon, Eun-ho, el señor Lee, la señora Yang y Ji-won, cada uno con una bebida en mano, preparados para brindar. Ji-hyuk alzó su vaso con una sonrisa amplia.
—¡Un brindis por el éxito del chef Eun-ho, por un divorcio exitoso y por el amor! ¡Salud! —exclamó, mientras las risas y los murmullos de aprobación llenaban el ambiente.
—La cerveza sabe mejor así, ¿no creen? —dijo Hui-yeon, levantando su vaso y echando un vistazo divertido a los demás.—¿No se sorprendan? —preguntó la señora Yang, algo intrigada—. Debe ser la primera vez que come comida como esta.
—¿De qué hablas? Él come gukbap de cerdo con jeongguji —intervino Soo-jin, alzando una ceja como si fuera lo más obvio del mundo.
