Soo-jin estaba sentada en una silla junto a la camilla de Ji-won, observándola con preocupación. El rostro de Ji-won estaba pálido y en reposo profundo, cada respiración leve y pausada, lo cual le recordaba lo frágil que era la situación. Soo-jin sentía el peso de la ansiedad en su pecho, repasando en silencio los eventos que habían llevado a su amiga al hospital, cuando de repente la cortina se abrió abruptamente.
—¡Ah! —soltó un pequeño grito, su corazón acelerado ante el inesperado ruido, temiendo por un segundo que fuera Yu-ra o uno de sus hombres. Sin embargo, al ver que era el señor Lee, soltó un suspiro de alivio y trató de calmarse. Detrás de él entraba también la señora Yang, quien avanzó con gesto sereno y colocó una mano en el hombro de Soo-jin.
—Soo-jin, ¿qué pasó? —preguntó la señora Yang, su voz reflejando preocupación.
Soo-jin abrió la boca para explicarse, pero en ese momento apareció una enfermera en la puerta. Con eficiencia profesional, explicó lo ocurrido:
—La atacaron, así que fue trasladada con la policía —dijo la enfermera—. Permítanme traer su expediente; regresaré en un momento.
Al escuchar la confirmación de lo sucedido, Soo-jin sintió una mezcla de rabia e impotencia. Saber que alguien había llegado a ese punto con Ji-won le encendía la sangre, y el miedo que había sentido se transformó en una determinación silenciosa. La señora Yang mantuvo su mano firme en su hombro, dándole un pequeño apretón de consuelo, mientras el señor Lee observaba a ambas con una expresión que era difícil de leer.
Soo-jin decidió que sería mejor llevar a Ji-won a su casa para que pudiera descansar sin interrupciones. Al llegar, le ofreció una pijama abrigadora, cómoda y suave, para ayudarla a calentarse y sentirse más acogida. Después, la condujo a la habitación de invitados y la ayudó a acomodarse en la cama. Soo-jin se quedó a su lado unos minutos, sentándose junto a ella, acariciándole el cabello suavemente en un intento de calmarla.
—Todo va a estar bien, Ji-won. Solo necesitas descansar —murmuró Soo-jin con voz suave, tratando de transmitirle paz.
Sin embargo, Ji-won seguía inquieta, su mirada se perdía en el techo, y aunque intentaba cerrar los ojos, el peso de los recuerdos y la tensión parecían impedirle relajarse. Soo-jin notó su dificultad para conciliar el sueño y, en un intento por ayudarla, se levantó despacio y fue a la cocina. Pensó que tal vez una taza de leche caliente podría ser lo que Ji-won necesitaba para sentirse un poco más reconfortada.
Mientras esperaba a que la leche se calentara, Soo-jin miraba de vez en cuando hacia la habitación de invitados, preocupada. En silencio, se prometió a sí misma que cuidaría de Ji-won tanto como fuera necesario hasta que pudiera recuperarse completamente.
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𝗠𝗔𝗥𝗜𝗔 ||Marry My Husband||
Fiksi PenggemarDonde Ji-won, después de una traición devastadora, encuentra un nuevo propósito en la justicia y el autodescubrimiento, gracias al apoyo incondicional de Ji-hyuk y la guía emocional de Soo-jin. O Donde Soo-jin es una intermediaria que sin querer cam...