5. Mostrando las pinturas

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Inicio de otro año escolar, debo confesar que el año anterior me destrozó de todas las formas posibles pero después de todo lo que he pasado, finalmente decidí que era hora de dejar de esconder mis sentimientos. No podía seguir viviendo con este amor en silencio, consumiéndome por dentro. Fue entonces cuando mi mejor amiga notó algo en mí. Ella siempre ha sido perceptiva y, al parecer, mis intentos de ocultar mis sentimientos no fueron tan efectivos como pensaba, los noto tan rápido como los dejé ver.

Un día, mientras estábamos platicando y haciendo bromas, ella me miró fijamente y dijo: “¿Sabes? Tu luces muy bien con él”. Al principio, me resistí. El miedo a ser rechazada seguía siendo fuerte, tenía miedo de no ser el pintor que querías ver en tu galería, pero su insistencia y apoyo me dieron el valor que necesitaba. El mismo Van Gogh lo dijo "¿que sería de nosotros si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?”

Entre risas y bromas, nuestros amigos comenzaron a hacer comentarios sobre ti cuando estabas cerca. Al principio, me sentí avergonzada, pero poco a poco, sus palabras comenzaron a darme confianza. Me permití abrirme e inspirarme para a desempolvar mis pinturas y hacer nuevos bocetos sobre el lienzo.

Un día, mientras estábamos todos juntos en un grupo, uno de nuestros amigos hizo un comentario que cambió todo. “¿Ustedes creen que ellos lucen bien juntos?”, dijo, sonriendo. Mi corazón se detuvo por un momento, le había preguntado a eso a toda la clase, incluyendo al profesor, la vergüenza me hizo pasar de un lienzo en blanco a un tono brillante, pero cuando vi tu expresión curiosa y amable, supe que era el momento.

Con el corazón latiendo con fuerza, te miré a los ojos y, por primera vez, dejé que mis sentimientos salieran a la luz. No lo oculte, no lo negué, comencé, sintiendo el apoyo de nuestros amigos a mi lado. Solo tuve que mirarte para saber que estaba haciendo lo correcto, que esto era lo que quería, seguía estando nerviosa y distante. Pero al menos ya estaba la propuesta de pintar juntos, de abrir un lienzo y empezar un nuevo proyecto.

Para mi sorpresa y alivio, tu reacción fue todo lo que había esperado y más. Sonreíste y dijiste que también querías conocerme, saber mi forma de ver el arte, de sentir el arte, querías pintar conmigo. Desde ese momento, comenzamos a conocernos más a fondo, compartiendo nuestros pensamientos y sueños.

Van Gogh decía que “el gran objetivo de la vida es sentir”, y en ese momento, sentí que estaba viviendo plenamente. Gracias a nuestros amigos y su apoyo, finalmente pude ser honesta contigo y conmigo misma. Y aunque no sé qué nos depara el futuro, estoy agradecida por haber dado este paso y por la oportunidad de conocerte de una manera más profunda y significativa, de ver tus colores más oscuros y tus detalles más ocultos, de ver la textura de tu obra y cada emoción que me compartía.

Tan bonito como los cielos de Van Gogh Donde viven las historias. Descúbrelo ahora