12. Un nuevo lienzo

2 1 0
                                    

Fue tiempo después que surgió un día al azar cuando me invitaste a salir con tu familia. Estaba nerviosa, pero también emocionada por la oportunidad de conocer mejor a las personas que eran tan importantes para ti.

La salida fue maravillosa. Tu familia me recibió con los brazos abiertos, como siempre y me sentí parte de algo especial. Pasamos el día riendo, compartiendo historias y disfrutando de la compañía mutua. Sin embargo, al final del día, noté que tu hermano y primo intercambiaban miradas curiosas y sonrisas cómplices. Lo que atrajo la atención de todos.

Cuando finalmente tuvimos un momento, fueron palabras de tu hermano las que reflejaron su curiosidad sobre nuestra obra. Tu expresión se suavizó al mismo tiempo que la mía se tenso, muchas veces habíamos hablado sobre el objetivo de nuestra obra, ¿qué sería de esa pintura?, luego de unas bromas, con una sonrisa, me tomaste de la mano, y abiertamente pronunciaste que para ti ya éramos una obra de arte.

“No lo sé exactamente”, respondiste. “Pero para mí, somos novios” cuando me miraste, brille más que una pintura recién terminada, tus palabras parecían un poema y yo era la chica más feliz de tener a la pintura más única del museo, finalmente, confirme lo mismo. Nuestra pintura había iniciado ese día.

Tus palabras resonaron en mi corazón una y otra vez. Y en ese momento, supe que la esencia de nuestro amor seguía siendo fuerte y verdadera. No importaba cómo nos llamáramos, lo importante era lo que sentíamos el uno por el otro.

Nos miramos a los ojos, y en ese instante, supimos que estábamos listos para dar el siguiente paso. “Entonces, ¿Si quieres ser mi pareja otra vez?”, preguntaste con tu mirada, esos ojos a los que les diría que si una y otra vez.

Nos abrazamos, sintiendo que habíamos encontrado nuestro camino de regreso el uno al otro. Sabíamos que no sería fácil, que habría desafíos y momentos difíciles, pero también sabíamos que nuestro amor era fuerte y verdadero. Estábamos listos para enfrentar el futuro juntos, con paciencia, dedicación y mucho amor. "La mejor forma de conocer a Dios es amando muchas cosas" Dijo Van Gogh, yo conocí a Dios, el día que amé tus ojos, que me enamore de tus colores y que quería aprender de ti.

Tan bonito como los cielos de Van Gogh Donde viven las historias. Descúbrelo ahora