XIV

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Algunos días después:

Fernando observa a su mujer hacer la cena, mientras juega con sus pequeños. Olalla se mueve de un lado al otro, mientras busca los ingredientes que usara esa noche para preparar la pasta.

—¿Qué harás de cenar Oly?— Consultó mientras deja que Leo le haga un gol en el Fifa. El pequeño aplaude y sonríe.

— Pasta casera. La receta que me ha enviado tu madre, la que te hacía de pequeño.— Le responde mientras higieniza sus manos. Luego las seca en el delantal que lleva puesto y voltea a verlo con una sonrisa.

Fernando sonríe brevemente. Recuesta sus piernas en la mesita ratona del salón y su cabeza se apoya en el sofa. Cierra sus ojos un instante y recuerda la tarde espléndida que ha vivido con Mary antes de que esté de viaje con sus compañeros en Francia.

Es que le había costado tanto aceptarlo, pero se había dado cuenta de que Mary comienzó a atraerle de una forma peligrosa. Le gustaba como se recostaba en su pecho, el contacto de sus labios sobre los suyos. Ella lo tranquilizaba tanto que se alegraba de que este en su vida. Le gustaba su sonrisa, le gustaba cuando ella besaba su mejilla y cuando acariciaba su mano.

Olalla se acerca a su marido y le besa los labios. Él la observa mientras ella se sienta a su lado. Olalla recuesta su cabeza en el pecho y él se queda quieto, sin saber qué hacer.

Olalla lo observa. — ¿Qué te pasa amor?— Pregunta ella.

— Yo solo...Estoy cansado. Hicimos mucho hoy.— Se excusó mientras se pone de pie. — Iré a darme una ducha antes de la cena. —

Olalla observa como él se aleja del living y sube los escalones trotando. Su ceño se frunce, lo siente raro con ella, como si le escondiera algo. Lo siente distante, como si entre ellos hubiese una barrera invisible, o lo peor, sentía que alguien se estaba entrometiendo en la vida de ambos, y lo alejara de su vida.

El celular de Fernando vibra en la mesa. Ella lo toma entre sus manos curiosa, y por primera vez en tantos años de relació lo trata de desbloquear. Prueba con toda clase de combinaciones numéricas, el nombre y el año de nacimiento de sus pequeños. El año en el que se casaron, el año en que Fernando hizo que España ganará la Eurocopa, pero nada, el teléfono no se desbloquea.

Frustrada de que el teléfono se bloquee lo tira al sofá, y se levanta enojada. Si tan solo hubiese sabido que lo que desbloqueaba ese celular era el nombre de la mujer a la que Fernando estaba viendo, posiblemente hubiese enloquecido.

En la noche, el hombre se queda en el estudio jugando al solitario online. Se aburre en demasía y no le apetece estar en la cama con su mujer. Lo único que sabía hacer Olalla por aquellos tiempos, era quejarse.

Quejarse de estar en Italia, quejarse del clima, de cómo se comportaban los niños. Quejarse porque el peluquero le corto el cabello como ella no le pidió, quejarse de porque él no se transfería otro club, siempre eran todas peleas.

Aburrido, decide crearse una cuenta de Skype. Sabía que Mary estaba viendo a su familia a través de aquel programa, ¿Así que por qué no verse ellos?

La ve en línea y decide hablarle.

Hey. Me hice Skype

¡Genial! Mi usuario es MaryBlue18

Ahí te agrego. El mío es F.Torres9

Mary pone sus ojos en blanco, mientras busca su computadora en su bolso. Sus compañeras ya habían salido al último bar de la ciudad. Era la última noche en el país del amor, y ella había decidido quedarse, nuevamente, en la habitación. Acepta a Fernando en Skype, y momentos después ya están haciendo un video llamado.

You Found Me |Fernando Torres| |Finalizada| |En proceso de edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora