XVI

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¿Por qué la persona que más debería de cuidarte es la que más te daña? ¿Por qué quien más debería de cuidarte es quien te descuida?

Mary siente las lágrimas que se deslizan por sus mejillas. Su labio inferior tiembla y siente que sus manos también lo hacen. Está débil y sola. Desvía su mirada, y observa la carretera. Su padre maneja en silencio, sumido en sus propios pensamientos. Quizás analizando todo lo que le ha dicho a su hija, quizás solo ignorándola. Y Mary, con el dolor de las palabras atravesando su corazón, ¿Cómo sentirse después de que tu padre te diga que fuiste un error?

El estaciona frente a la casa de su casa, ella rebusca la llave en su bolso. Abre la puerta del automóvil, y espera que su padre diga algo, él solo se queda en silencio. Ella baja su mirada, y cierra despacio la puerta. Camina en silencio y su llanto le atora la garganta.

Entra en silencio y cierra la puerta. Deja la llave en la mesa, y se mete en su habitación, no sin antes avisarle a su madre que llego. Trata de que su voz no tiemble, para no preocuparla.

Se encierra en su habitación, y se desliza en la puerta, y ya no aguanta más. Oculta sus lágrimas tras su rostro, y sus palmas ahogan su pequeño gritito. La había destrozado, le había quitado el cariño que le tenía. Se sentía incapaz de poder crear un lazo con él.

Era la tercera pelea que tenían en un mes, la tercera pelea en la que ella terminaba llorando y con el corazón que le dolía. Porque ya no podía más, y él no se daba cuenta el dolor que le causaba.

Cuando logro calmarse, se puso su pijama y se recostó en su cama. Observo su techo unos minutos en silencio, y luego tomo su celular entre sus manos y conecto sus auriculares para escuchar un poco de música.

Sueño con alguien diferente a ti
Uno que nunca, nunca
Me dejaría sola a recoger los pedazos
Un padre que me abrazara, es lo que necesitaba

¿Así que por que te tuviste que ir?
¿Por qué te tuviste que ir?
¿Por qué te tuviste que ir?

De hija a padre, de hija a padre
No te conozco, pero aun así quiero conocerte
De hija a padre, de hija a padre
Dime la verdad ¿Alguna vez me amaste?
Porque estas son, estas son
Las confesiones de un corazón roto

—  Mary...—  La voz de Fernando la saca de sus propios pensamientos.

Ella levanta su mirada de la taza de café y ladea su rostro. —  Lo siento ¿Qué me dijiste?— Susurra ella

—  No tiene importancia ¿Estas bien?— Él toma las manos de la joven entre las suyas.

Mary levanta su mirada y se queda en silencio ¿Estaba bien? Ni ella puede describir su estado anímico.—  Bien...— Susurra.—Estoy bien.— 

Fernando se estira sobre la mesa y besa su frente lentamente. Los ojos de Mary se cierran y su cuerpo comienza a temblar. Y las lágrimas se deslizan sin control alguno por sus mejillas.

— ¡No! No estoy bien Fernando. No lo estoy. Estoy mal, siento que no puedo más.—  Susurra. 

Fernando se sienta a su lado y la abraza con fuerza.— Tranquila....—

Ella se acurruca en el cuerpo del jugador y asiente con la cabeza. Él besa su coronilla, y le canta una canción de flamenco, tratando de que se relaje.

Él maneja en silencio, y ella observa el paisaje. La música los acompaña y ella tararea bajito la canción.



—  Te amo tanto que duele.— Desliza Mary

Es su fiesta de egreso, una bonita fiesta de disfraces para todos los alumbos, y algunos invitados, y él se había colado a la fiesta. No le había costado tanto, solo tuvo que mostrarle al guardia su documento y entro. No le costo encontrarla. Ella solo estaba sentada sobre una barra tomando.

Ella le había puesto su gorra roja y luego se había dejado caer en su pecho. Él detecto el alcohol que llevaba en su sangre. Ella solamente se meció entre sus brazos, y él le acomodo la corta pollera, hasta que ella hizo esa

—Mary.—  Susurra él.

—  No. Eso, cállate. Me duele amarte.— Susurra ella deteniendo sus movimientos y lo observa en silencio. Fernando suspira y se acerca a ella. Deposita sus labios sobre los suyos y la besa.

—  Yo también te amo.—  Él es realmente sincero. Le toma la mano y la hace girar. —No sabes lo agradecido que estoy que hayas entrado en mi vida.—

El la acaricia y la levanta sobre su cuerpo. Mary se abraza a él y lo besa, mientras cierra sus ojos y él solo disfruta de aquel momento.

—  Has cambiado mi vida...—  Susurra él.—Es un sentimiento inexplicable Mary, pero lo has hecho.—

— ¿Te quedarás conmigo?

—Confía en mí. Nunca me iré de tu lado.—




"Nunca prometas algo que no sepas si podrás cumplir."


You Found Me |Fernando Torres| |Finalizada| |En proceso de edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora