XXIII

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Mary suspira mientras lee el libro que tiene frente a sus ojos. Hace varios minutos que se encuentra frente a la misma línea, pero no podía concentrarse. Hoy se cumplían cinco meses desde que Fernando se había ido de Italia, y nunca se había sentido tan sola como se estaba sintiendo en aquel momento.

Toma su celular de nuevo, y entra al whatsapp. Suspira y cierra sus ojos, y una lágrima pequeña se desliza por su rostro. Había bloqueado a Fernando, luego de que su amiga la torturara para hacerlo, aunque se moría por hablarle, pero sentía que se haría mal a ella misma.

Lo extrañaba ¿Cómo no iba a extrañar al hombre que la había hecho mujer? Extrañaba a aquel hombre que la había hecho sentido bien y muy querida. Al hombre que se había enamorado, como nunca le había ocurrido con alguien de su edad. Suspira y cierra sus ojos, cierra el libro y lo deja a un lado de su mesa de luz.

Toma su celular y abre Instagram. Observa las fotografías de sus amigos, de sus familiares, y luego entra a la cuenta dedicada de Fernando que seguía, Era la única cuenta que la mantenía informada de aquel hombre. Cierra sus ojos y observa las fotografías hasta que una le llama la atención.

En aquella fotografía, Olalla estaba en un barco con una panza de embarazada muy avanzada. Siente que su garganta se aprieta con fuerza y que las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas.

"Estamos muy contentas de anunciar el tercer embarazo de Olalla Torres"

Resaltaba el titular de aquel diario. Mary comienza a temblar con fuerza, y las lágrimas se deslizan sin control alguno. No, no podrían ser reales aquellas fotografías. Aquello no podía ocurrir ¿O sí? Ahora sentía que todo lo que él le había dicho fue mentira. Sentía que los "Te amo" que le habían dicho fueron mentira. Y se siente muy estúpida al haberlo amado con total entereza y como se había entregado a él.

Cierra los ojos y se acomoda en su cama. Se abraza a una almohada y llora en silencio.

— ¡Quédate quieta! — Pide Fernando a su mujer, esta suspira y le sonríe de medio lado.

— Perdón. — Ríe ella entre dientes. Se acerca a él y besa sus labios dulcemente.

El la abraza y acaricia su vientre ya crecido de seis meses. — No pasa nada. Solo no quiero que te canses mi vida. — Le dice él y la besa con cariño.

Fernando se aleja de ella y se baja del velero. Se sienta en una de las piedras, y suspira observando el paisaje de Ibiza. Cierra sus ojos, y despeina su cabello, y piensa en ella, como hace mucho tiempo lo venía haciendo ¿Qué sería de Mary? Cada vez que quería hablar con ella, los mensajes no le llegaban y las llamadas no eran respondidas. Lo había bloqueado de su vida, así que se imagina que lo odiaba.

— Amor ¿Podrías traerme un vaso de agua? — La voz de Olalla lo distrae y abre sus ojos.

— ¡Ya voy!— Dice mientras se pone de pie y deja de pensar en ella.

Mary llega a la peluquería y cierra sus ojos. Se acerca a la recepcionista y le pedí un colorista. Se sienta en una butaca frente al espejo y le sonríe al hombre. Le cuenta la idea que tiene para su cabello y sonríe.

Cuando ya su cabello está preparado para ser lavado, la llevan a la pileta. Ella suspira y sienten como masajean su cabello. — Era tiempo de un cambio.— Susurra con dolor y cerrando sus ojos.

Luego la llevan frente al espejo, y comienzan a cortar su cabello. Desde aquel día, se promete así misma cambiar. Tenía que dejar de sufrir por Fernando, por su mujer y el embarazo ¿Por qué le había dicho que la amaba, y ahora su mujer estaba esperando un hijo suyo? Se siente mal, con una tristeza profunda. Cierra sus ojos y se concentra en la música que suena.

Y así pasan los meses. El veintiséis de octubre, Fernando se convierte en padre de una hermosa nena a la que ambos deciden llamar Elsa. Mary al enterarse, llora débilmente en la plaza mientras observa su celular. Se abraza a sus rodillas y llora con tristeza.

¿Por qué la había dañado tanto?

Fernando cierra sus ojos y abraza a su almohada, aunque no logra conciliar el sueño. Olalla se había quedado en la clínica, y él, desvelado y sin poder dormir decide subir al sótano. Revuelve unas cajas y encuentra una de las fotografías que le había tomado a Mary aquel día que fueron a la fiesta disfrazados como el Joker y Harley Quinn. Y allí, viendo la sonrisa de ambos, se da cuenta de cuánto la extraña, y del error que había cometido al no poder ir por ella, y conformarse con su mujer, cuando la mujer que verdaderamente amaba estaba en Italia.   

You Found Me |Fernando Torres| |Finalizada| |En proceso de edición|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora