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Al amanecer, la luz suave del sol se filtraba por las cortinas, llenando la habitación con un brillo cálido y pacífico. Nicki despertó lentamente, aún con una sonrisa en los labios, sintiendo una felicidad tan genuina que apenas podía creer que todo lo que había sucedido la noche anterior era real. Había pasado la noche junto a Miko, el amor de su vida, y la paz que sentía era inigualable.

Giró un poco en la cama y se encontró con los ojos de Miko, quien ya estaba despierta, observándola en silencio, como si quisiera grabar cada detalle de su rostro. La expresión en los ojos de Miko era suave y llena de amor, un gesto tan simple pero tan cargado de emociones que hizo que Nicki sintiera un cosquilleo en el pecho.

- Buenos días, hermosa -susurró Miko, con una sonrisa sincera, estirando una mano para acariciar suavemente la mejilla de Nicki.

Nicki se sonrojó, sintiéndose increíblemente afortunada de poder despertar al lado de alguien que la miraba de esa manera, como si ella fuera lo más especial en el mundo.

- Buenos días, futura esposa... -respondió Nicki en voz baja, entrelazando su mano con la de Miko, sintiendo el anillo que todavía brillaba en su dedo, como un recordatorio de lo que ahora compartían-. No podría haber pedido un despertar mejor.

Miko sonrió, y sus ojos se iluminaron con un brillo juguetón.

- ¿Cuánto tiempo llevas despierta? -preguntó Nicki en un susurro, su voz aún adormecida.

Miko se rió suavemente, apartando un mechón de cabello de la cara de Nicki.

- El tiempo suficiente para saber que quiero que esta sea mi vista cada mañana -respondió, su voz baja y cargada de emoción.

Nicki sonrió, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. Recordaba el anillo en su dedo, las promesas de la noche anterior, y se dio cuenta de que no había imaginado que algún día podría sentirse así, tan completa y segura con alguien a su lado.

Miko la miró con una mezcla de alegría y alivio, como si sus palabras fueran todo lo que necesitaba escuchar. Sin soltarla, se inclinó y le dio un beso suave, uno de esos que decían más que cualquier palabra, lleno de dulzura y gratitud.

Ambas se quedaron así, en silencio, compartiendo miradas y sonrisas, sin necesidad de decir nada más. El amor que sentían era palpable en el aire, y, en ese momento, no había dudas ni sombras. Solo estaban ellas, en una paz que nunca antes habían conocido.

Finalmente, Miko rompió el silencio, aún mirándola con ternura.

Había algo que quería decirle, algo que la inquietaba, y aunque no quería romper la paz de esa mañana, sentía que Nicki debía saberlo.

- Baby, hay algo que necesito preguntarte -comenzó Miko, con cautela, manteniendo su mirada fija en la de Nicki.

Nicki, intrigada, alzó las cejas, esperando a que continuara.

- ¿Ya viste las fotos de... el cabrón de Alejandro? -preguntó Miko, su voz cargada de resentimiento hacia él.

Nicki frunció el ceño, confundida.

- ¿Qué fotos? -preguntó, tratando de entender a qué se refería.

Miko soltó un suspiro y apretó un poco más la mano de Nicki, como si estuviera reuniendo el valor para decirle algo incómodo.

- Las fotos que han salido de ese cabrón... con otra.

Nicki sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo mientras asimilaba lo que Miko le estaba diciendo. Alejandro, su ex, había terminado con ella sin explicación alguna, y ahora Miko le estaba revelando algo que parecía confirmar sus sospechas de que él había estado con alguien más.

Amantes - Young Miko y Nicki Nicole Donde viven las historias. Descúbrelo ahora