- Red, no puedo quedarme aquí - susurra, manteniendo su cara vuelta.
Suspiro, ya fuera de mí, poniendo sus rizos que ahora son marrones con mechones azules a un lado. El olor de tu perfume es fuerte, tan fuerte que me emborrace.
- Prometo ser rápida, princesa - susurro, arrastrando mi nariz por su cuello.
Chloe no dice nada, solo suelta un suspiro. Sus manos suben a mi nuca, rascándose, su rostro se da la vuelta, dejando sus labios llamativos muy cerca de los míos. Miro por última vez la inmensidad de sus ojos antes de bajar a su boca. No pierdo el tiempo en domarla, encajando mi mano entre su cabello, tirando de él mientras beso sus labios rojizos.
Doy mi mano a su cintura, donde la sostengo con fuerza y le doy impulso para que se siente sobre el mármol del fregadero.
Chloe se aleja, poniendo sus manos en mi hombro, con la intriga en sus ojos. Su deseo y su razonamiento compiten para ver cuál gana, pero parece que el deseo gana cuando ella avanza en mis labios de nuevo, acercándome, encajando entre sus piernas que ahora están expuestas.
- solo camina con eso - ella murmura, alejándose un poco de mi boca.
No pierdo el tiempo deslizando mi mano por su vestido, tratando de ser lo más rápido posible, dejando la tela fina a un lado. Chloe ya está completamente mojada, sin siquiera hacer nada bien, así que simplemente le meto los dedos, haciéndola alejarse, tirando la cabeza hacia atrás.
Sin duda, esta es una visión que vale la pena ver.
Empiezo a moverme dentro de ella, haciendo que se acostumbre a ellos. Los suspiros entre los gemidos que salían de su boca me vuelven loco, haciéndome darme cuenta de lo mucho que la extraño.
Descuyo mis labios por su cuello hasta el cuello de sus pechos, besándola, sin importarme si va a dejar marcas para que el cornudo de Matteo las vea.
- Red... - Chloe se inclina hacia adelante, abrazándome por encima de los hombros, haciéndome inhalar su dulce olor. - Te extraño, todos los malditos días - dice ronca por los gemidos frenéticos.
Mi corazón se acelera y mi respiración pesa, sintiendo sus paredes internas apretándome, indicando que pronto se correrá.
Por muy difícil que sea admitir algo, por ella me empeña en admitir que la amo para todos los reinos posibles.
- Yo también te echo de menos, princesa mimada - digo, cesando mis razones tan pronto como ella se corre. - este es mi regalo de boda para tu marido - me chupo los dedos, haciéndola roja.
- ¡Mierda, Red! - Me intriga cuando empieza a llorar, poniéndose las manos en la cara.
Me mantengo frente a ella, sosteniendo su cintura con delicadeza.
Espero que llore y llore, acariciando sus rizos definidos, esperando que me diga cuál es el problema.
- Yo... no debería haber hecho eso - ella solloza, quitándose las manos de la cara.
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ENTRE CARTAS - CHLOED
FanfictionDespués de regresar al presente, Red y Chloe ven su supuesta amistad sacudida por el descubrimiento de que Chloe encantador recibió la mitad de los créditos por salvar a Auradon. La tensión entre ellas crece a medida que las disputas y las provocaci...