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Coronación de Red copas | 17:45

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Coronación de Red copas | 17:45.

Hoy es tu coronación, y lucho contra mi deseo de ir a buscarte a este castillo. Te extraño, aunque no quiera admitirlo, no debería perdonarte, pero puedo mantenerme brigada contigo, ya no.

Matteo está a mi lado, con su brazo entrelazado en el mío, sonriendo a todos mientras pasamos por la alfombra roja, yendo a nuestros asientos.

Una semana viviendo pegada a él, y no sé qué más hacer, quería huir, desaparecer, escapar de toda esta locura. Matteo hizo cambiar sus cosas a mi habitación, y ese día, trató de llevarme a la cama, pero no pude, no pude entregarme a él sin pensar en Red copas.

Sin embargo, sigo huyendo de sus toques, solo esperando ansiosamente a que se canse y desaparezca, lo que creo que es casi imposible. Matteo no dejará la corona, de verdad, y para mantenerme reina sin un marido a mi lado, tendría que ocurrir su muerte, y nunca tendría el coraje de desear o hacer algo contra él.

Me siento a su lado, arregando la tela de mi vestido mientras cruzo las piernas. Estamos en la primera fila de sillas, frente al trono acolchado de rojo y bordado con oro.

Me siento ansiosa esperando que aparezca, un escalofrío en el estómago aparece cuando veo que están preparando su corona de rubíes, tan roja como los mechones de su cabello.

Matteo está callado, ajusando la banda de su traje blanco con detalles dorados. Balanceo mi pie, viendo el tacón de cristal que me dio en ese baile, me gusta usarlo cuando es un momento importante, para demostrar que siempre estará conmigo en esos momentos.

Un silencio absurdo se apodera del salón, y el ruido estridente de las puertas de roble se hizo presente, insinuando la entrada de la alteza real.

Giro mi cara hacia atrás, sintiendo que mi corazón se dispara al verla entrar junto a su consejero real, con la expresión dura y cerrada, con una mirada dominante que asusta a las personas que la rodean.

Red camina seriamente por la alfombra roja, ahora cerca, permitiéndome verla.

Ella está hermosa, con un vestido rojo que espero que caiga, tomado por telas de color negro y piedras preciosas. Al final de su vestido, con corazones junto a los rubíes, en su cintura, hay un corazón dorado colgando. En su cuello un cordón bañado por piedras preciosas, y al final su colgante de corazón.

Su cabello es liso, con un brillo impecable, siendo decorado por su tiara domada por rosas rojas y espinas.

Vaya, se le ver increíble.

Realmente nunca pensé que la vería vestida de esa manera.

Red se arrodilla ante el trono y su madre, que sonríe orgullosa de su hija.

El consejero real toma la corona en sus manos, la levanta sobre el aire, mostrando a todos la corona del poder del país de las maravillas.

— en nombre de los antiguos y de los nuevos, de las tierras que gobernamos y de los cielos que nos guían, pongo esta corona sobre tu cabeza. Que su peso te recuerde la justicia que debes buscar, el pueblo que debes proteger y el reino que debe prosperar. Que su reinado sea largo, su sabiduría sea infinita y su corazón, siempre noble. Que gobierne con honor, coraje y compasión; finalmente, se quita la tiara y luego se coloca la corona de rubíes sobre su cabeza.

ENTRE CARTAS - CHLOEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora