La notificación parpadeaba en el techo de su habitación, bañando todo con una luz tenue. Lía se estiró bajo las sábanas y entreabrió los ojos. NetSphere le daba su habitual resumen matutino: seguidores ganados, publicaciones destacadas, interacciones. Nada fuera de lo común, excepto por un detalle.
Los números de Erin estaban bajando.
-134 seguidores. Lía se frotó los ojos. ¿Era un error? Erin nunca perdía seguidores. Era el tipo de persona cuya vida parecía un filtro perfectamente aplicado: impecable, vibrante, siempre envidiable. Su última publicación, una foto en la playa con el título "Viviendo mi mejor vida", había acumulado millones de likes en cuestión de horas. ¿Cómo podía estar perdiendo seguidores?
El número volvió a parpadear. -210.
Lía resopló, apagando el proyector con un gesto rápido de la mano. "Debe ser un bug", murmuró, mientras se levantaba. A fin de cuentas, NetSphere no era perfecto. Por más que el sistema se enorgulleciera de su precisión, errores menores ocurrían.
Se preparó para la escuela como cualquier otro día. Cepillo en mano, revisó su propio perfil en el espejo del baño. 2,104 seguidores. Modesto, pero estable. Al menos, en comparación con Erin, sus altibajos eran insignificantes. A Lía nunca le había importado demasiado la popularidad. Dejarse llevar por los números era agotador. Aún así, había algo inquietante en la caída repentina de Erin.
En el autobús, el tema le siguió rondando la cabeza. Miró a su alrededor, buscando a Erin, pero su amiga no estaba en el asiento habitual. Tal vez llegaría tarde, pensó. Nada de qué preocuparse. Pero cuando llegó a la escuela, la ausencia de Erin era más notable.
- "¿Han visto a Erin?" preguntó a su grupo de compañeros en la entrada.
Las miradas que le devolvieron no fueron de confusión, sino de desconcierto.
- "¿Erin quién?" dijo Alex, levantando una ceja.
Lía soltó una risa nerviosa.
- "Vamos, Erin. Mi mejor amiga, Erin. La de siempre."Alex frunció el ceño. "¿Te sientes bien, Lía? No conocemos a ninguna Erin."
Fue como un golpe en el estómago. Dio un paso atrás y sacó su teléfono rápidamente, buscando el perfil de Erin. Nada. La cuenta ya no existía. No había rastro de sus publicaciones, ni de sus fotos, ni siquiera su nombre aparecía en la barra de búsqueda. Como si nunca hubiera estado allí.
"Esto no tiene sentido", murmuró. Volvió a mirar a sus compañeros, pero sus rostros eran como paredes, sin el más mínimo indicio de que algo estuviera mal.
Por un segundo, la realidad se tambaleó bajo sus pies. Pero no podía ser. No podía ser que Erin simplemente... desapareciera. Nadie desaparece así.
A menos que NetSphere lo decida.
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UNFOLLOW ✔ | M. Hernández
Historische RomaneEn un mundo donde la conexión lo es todo, NetSphere gobierna cada aspecto de la vida. Tus pensamientos, tus relaciones, incluso tus recuerdos, todo está a un clic de ser compartido... o borrado. Lía siempre ha vivido bajo la sombra del sistema, sin...