El sol comenzaba a descender, y la luz tenue que se filtraba a través de los árboles iluminaba el suelo rocoso donde caminaban. Lía no podía evitar sentir que cada paso la acercaba más a algo importante, algo que aún no lograba comprender del todo, pero que las pistas empezaban a unir de manera alarmante.
Max caminaba a su lado, su mirada fija en la pantalla de su dispositivo, deslizando el dedo sobre la interfaz de NetSphere. La red social había sido el primer indicio que los había llevado hasta ahí, pero a medida que avanzaban, los rastros dejados por los usuarios desaparecidos eran cada vez más misteriosos. No había un solo rastro claro que los guiara. Todo parecía estar conectado a una red oculta dentro de NetSphere, una versión secreta de la plataforma, y cuanto más investigaban, más sentían que estaban tocando algo mucho más grande que ellos.
— Lía, mira esto. —Max se detuvo de repente, mostrando la pantalla de su dispositivo. Lía se inclinó hacia él, leyendo las palabras que parpadeaban en la pantalla. "Conexión perdida. Última actividad de usuario registrada hace 72 horas. Localización: ??"
— ¿Por qué el sistema sigue mostrando actividad en NetSphere si estos usuarios han desaparecido? —Lía se preguntó en voz baja, con el ceño fruncido. Estaba claro que algo no encajaba.
Max miró la pantalla con atención, sus ojos recorriendo cada detalle. La información estaba incompleta, pero había algo que lo inquietaba: las conexiones seguían activas, aunque los usuarios ya no estaban. ¿Quién o qué estaba manipulando la red?
— Es como si alguien hubiera borrado sus huellas, pero al mismo tiempo las dejara atrás. —Max comentó, su voz baja, como si pensara en voz alta.
Lía asintió, su mente trabajando a mil por hora. ¿Qué tipo de red era esa? ¿Qué clase de poder tenían las personas detrás de NetSphere? Mientras las preguntas seguían acumulándose, la sensación de que algo más grande se escondía detrás de la isla se volvía más fuerte.
— Entonces, esto... ¿se conecta con lo que encontramos en la cueva? —Lía preguntó, sin apartar los ojos de la pantalla de Max.
Max asintió lentamente. "La última llave... eso no puede ser coincidencia." El mensaje que habían encontrado en la roca resonaba en su mente, pero aún no lograba encajar todas las piezas. Había algo en el aire, una sensación extraña, como si estuvieran al borde de descubrir algo que cambiaría todo lo que sabían sobre la isla y NetSphere.
Lía miró alrededor. La densa vegetación que los rodeaba parecía contener secretos ocultos, como si la isla misma estuviera conspirando para mantenerlos lejos de la verdad. "La última llave está más cerca de lo que imaginas." Las palabras grabadas en la piedra se repetían en su mente una y otra vez, y aunque quería concentrarse en la misión, una parte de ella no podía evitar que sus pensamientos volvieran a lo que había hablado con Max.
¿Por qué había sido tan ciega? El momento en la cueva seguía latente, pero Lía se obligó a concentrarse en la misión. El romance, la tensión con Max, todo eso podía esperar. La misión era lo que realmente importaba ahora.
— Tenemos que seguir investigando. —Lía dijo con determinación, mirando a Max con firmeza. Max la miró por un momento, su expresión seria.
— Tienes razón. Pero no me olvido de lo que dijiste. —Su voz estaba cargada de algo que Lía no pudo identificar completamente, pero que la hizo sentir una punzada en el pecho. No era solo la misión lo que los unía, había algo más, algo que aún no estaba resuelto, pero que ambos sabían que tenía que esperar.
El camino los llevó hasta un claro en el bosque, donde una estructura antigua y parcialmente derruida se alzaba ante ellos. No era un edificio común, sino algo que parecía un centro de control, con cables y equipos oxidados dispersos por el suelo. Max y Lía se acercaron con cautela, sabiendo que la información que buscaban podría estar en ese lugar.
— ¿Esto es lo que estamos buscando? —Lía preguntó, mirando la estructura con recelo. Algo en el aire no estaba bien, pero a la vez, sentía que estaban más cerca que nunca.
— Parece que sí. —Max asintió, mientras sacaba una pequeña herramienta de su mochila. Estaba claro que iban a tener que hacer un poco de trabajo para desactivar las trampas que pudieran haber quedado. La tensión entre ellos se mantenía, pero había una urgencia en el aire, algo que los mantenía enfocados en lo que tenían que hacer.
— Vamos, Lía. Esto podría ser la clave. —Max murmuró, casi como una orden, mientras comenzaba a trabajar en los controles. Lía se acercó, observando el dispositivo en su mano.
Mientras Max manipulaba los controles, Lía no podía evitar pensar en lo que había descubierto. La red social, NetSphere, no solo había sido el inicio de todo, sino que parecía tener más secretos de los que jamás habían imaginado. Había algo en sus mensajes, algo que se les escapaba. Los usuarios desaparecidos, las conexiones fantasmas... todo estaba conectado de alguna manera.
De repente, el sonido de un zumbido mecánico se escuchó, y la estructura comenzó a abrirse lentamente, revelando una sala interior llena de pantallas y dispositivos antiguos. Max la miró por encima del hombro, una chispa de emoción en sus ojos.
— Lo conseguimos. —Dijo, mientras los dos entraban en la sala, sin saber que lo que encontraran allí cambiaría por completo su visión de la misión, y de NetSphere.
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UNFOLLOW ✔ | M. Hernández
Ficção HistóricaEn un mundo donde la conexión lo es todo, NetSphere gobierna cada aspecto de la vida. Tus pensamientos, tus relaciones, incluso tus recuerdos, todo está a un clic de ser compartido... o borrado. Lía siempre ha vivido bajo la sombra del sistema, sin...