Pov Narradora
Despertaste gracias al sonido de tu alarma, a decir verdad habías abierto los ojos hace ya cinco minutos, simplemente la estabas dejando sonar. Por fin te encontrabas en la cama de tu habitación en la residencia de la academia MoriMori; esto era un gran alivio después de ese fin de semana tan escandaloso.
Estabas demasiado cómodo como para levantarte, pero, en realidad, lo que te aferraba a tu cama era el recuerdo de lo último que sucedió la noche anterior.
Te encontrabas desconcertado, mas de lo que habías estado en el momento en que Itome y Tamura empezaron una disputa por ti. Habías olvidado por completo ese asunto desde hacía tiempo, pues pasaron tantas cosas que eso no tenía cabida en tu mente, pero los chicos, en el último momento, decidieron desenterrar ese suceso.
Sucedieron cosas realmente importantes que no te permitieron indagar en tus sentimientos con respecto a eso, por ejemplo, la vez que hiciste el amor con Yuri. Y si, conocías la diferencia entre el sexo y hacer el amor; a pesar de tu poca experiencia podías afirmar que lo que tuviste con Yuri no fue sexo. Lo que ambos hicieron se sintió mas allá de lo carnal, pero volvías y recaías en el problema que tuviste con el peli blanco y el peli azul. Pues a Itome le diste tu primera vez y a Tamura le regalaste tu confianza, y ambos, al discutir, lo único que hablaban era de sexo. Hablaban de ti como si fueras un juguete, no, como si fueras un premio.
Caíste en cuenta que ese problema realmente te había afectado, ya que ahora cargabas con el peso del miedo de no saber si Yuri tambien te veía como eso, como un premio y nada mas. Que la conexión que tu sentiste aquella vez que se tocaron solo la experimentaste tu, y él se sintió como un ganador al poseerte por fin. Tenías miedo de que fuera así y no te atrevías a preguntarle.
Y ahora la herida estaba nuevamente abierta. La noche anterior Itome y Tamura te ofrecieron sus mas sinceras disculpas, juntos.
Flashback
—T/N, nos gustaría hablar contigo—. Al mas alto se le notaba increíblemente apenado en su voz.
Los tres se había alejado ligeramente del grupo, quienes veían animados la oscura noche en el borde del puente que unía las dos prefecturas. Hace media hora se despidieron de Hiroi y ahora se encontraban conversando un poco antes de partir a la academia nuevamente.
Miraste a los chicos de forma dubitativa.
—Por favor, danos la oportunidad—. Dijo Tamura en un tono y con una expresión que nunca antes le habías visto. Tal vez por eso accediste a escucharlos.
—Sé que aún recuerdas lo que sucedió aquella vez frente a las canchas de la academia. A puesto a que no fue algo bonito de ver...—. Comenzó Itome con su característico tono de voz, uno calmado y complaciente—. Fue...un momento de mucha tensión en el que se dijeron cosas que no debían...No pido que me creas, pero en lo personal, no pienso de ti como un objeto...T/N, el simple hecho de ser tú hace que seas especial para mi y no me es posible demostrártelo, pero eso no significa que deba de tratarte y hacerte pensar que eres menos. Toda la culpa recae en mi, en mis acciones, en mis palabras. Me castigo a mi mismo p-por lo que sucedió y desearía poder borrarlo de tu cabeza...l-lo único que puedo hacer ahora...
Soltó todo como carro sin freno, acción que en un principio te asustó, pero luego terminaste consternado. Desde que empezó a hablar el único lugar hacía el que miraba era al suelo, pero al hacer esa pausa te miró a los ojos y pudiste notar como los suyos, de un color avellana bellísimo, estaban brillantes por las cristalinas lágrimas que se asomaban.
—Te pido que me perdones. Lo único que puedo hacer ahora es rogar por tu perdón y esforzarme para merecermelo.
El mas alto fijó su mirada en ti, esperando una respuesta de parte tuya. Pero al ver que esta no llegaba, devolvió su mirada al piso, afligido.
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⇺⨥ℓιттℓє αηgєℓ⨥⇻Yarichin Bitch Club x Reader [BL] Lemon
Hayran Kurgu►T/N Kawasaki, un chico que estudió en su casa hasta los 16 años. Su padre era muy sobreprotector con su pequeño hijo, pero debido a un problema con su trabajo tuvo que mandarlo a estudiar a la academia Mori Mori. Pero no contaba que su pequeño ánge...