La relación entre Alex y Camila había alcanzado un nivel de cercanía que ya no podía ignorarse. Habían compartido tantas risas y conversaciones profundas que las barreras entre ellos comenzaban a desmoronarse, aunque Alex aún se aferraba a la distancia invisible que él mismo había levantado. Era como si cada vez que pasaba tiempo con ella, su conexión emocional se profundizara, pero a la vez, su inseguridad se volviera más fuerte.
Era el tipo de atracción que se construía con el tiempo, con la confianza y las pequeñas gestas de cuidado mutuo. Había algo en su risa, en la forma en que sus ojos se iluminaban al hablar de cosas que la emocionaban, que hacía que el corazón de Alex latiera más rápido. Pero, por alguna razón, no podía dejar de sentirse vulnerable, como si todo lo que había construido entre ellos pudiera derrumbarse en un segundo.
“¿Qué pasaría si un día ella se da cuenta de que estoy más involucrado de lo que debería? ¿Qué si me rechaza?” Pensaba cada vez que la veía sonreír, cada vez que sus manos se rozaban por accidente. No era un amor declarado, ni siquiera una atracción física inmediata. Era algo más profundo, una conexión que se estaba formando a fuego lento.
Un día, mientras caminaban juntos de regreso a casa después de la escuela, Alex notó algo que le hizo sentir una punzada en el pecho. Camila estaba conversando animadamente con Daniel, un compañero de clase al que conocía desde siempre, y aunque el tono era ligero y amistoso, algo en la forma en que ella se reía de sus bromas hizo que Alex se sintiera incómodo.
"Camila observó a Alex mientras él desviaba la mirada. Su sonrisa se mantuvo, pero en su interior algo titiló. 'Se ve diferente hoy', pensó, aunque decidió no presionarlo. Había aprendido que Alex necesitaba su espacio para lidiar con lo que fuera que lo preocupara, pero eso no evitaba que la curiosidad la carcomiera."
“¿Por qué me molesta esto? No tengo derecho a sentirme celoso, somos solo amigos,” pensó, pero la sensación persistió. Él intentó deshacerse de ella, pero no podía evitarlo. Estaba empezando a darse cuenta de que los sentimientos que tenía por Camila no eran solo amistad, y eso lo aterraba.
Cuando Camila terminó de hablar con Daniel y volvió a su lado, Alex intentó hacer una broma para aliviar el aire tenso que se había formado, pero sus palabras se sentían vacías, como si no pudieran llenar el espacio que había quedado entre ellos.
—¿Todo bien? —preguntó Camila, notando la ligera incomodidad en su tono.
—Sí, claro, solo estaba pensando en algo —respondió él, forzando una sonrisa, aunque su mente seguía enfocada en lo que acababa de ver. No quería admitir que se sentía celoso, aunque ni siquiera sabía si lo que sentía era realmente celos o algo más confuso.
A lo largo de la semana, ese sentimiento continuó rondando su cabeza. Cada vez que Camila hablaba con alguien más, cada vez que pasaba tiempo con otros chicos o simplemente reía con ellos de una manera diferente a cómo lo hacía con Alex, una pequeña chispa de inseguridad crecía dentro de él. No podía evitar compararse con ellos, preguntándose si alguna vez podría estar a la altura de sus expectativas.
“Si supieras lo que siento por ti… tal vez me verías diferente. Pero, ¿y si me rechazas? ¿Y si me distancias de ti?” Estos pensamientos rondaban su cabeza sin cesar. No estaba preparado para arriesgar lo que ya tenían. ¿Qué pasaría si se volviera todo incómodo después de admitir lo que sentía? Su temor al rechazo, esa sensación de vulnerabilidad, lo mantenía cautivo en una burbuja que no quería estallar.
Un día, durante un descanso, estaban en la cafetería, sentados juntos como siempre. Camila estaba contándole sobre un proyecto que tenía que entregar la próxima semana, y Alex la escuchaba atentamente, aunque su mente seguía divagando. La forma en que Camila hablaba con tanto entusiasmo, cómo sus ojos brillaban cuando le pasaba una idea que le encantaba, le hacía sentir algo en el estómago. Pero también lo ponía más inseguro.
"Mientras hablaba, Camila notó que Alex estaba distraído. 'Siempre es tan buen oyente', pensó, pero esta vez parecía diferente. Algo en su silencio era demasiado pesado, como si estuviera a punto de decir algo pero no pudiera. Camila inclinó la cabeza, esperando que rompiera el hielo."
—¿Qué pasa, Alex? Estás muy callado hoy. —dijo, al notar su cambio de actitud.
Alex se sobresaltó y, por un momento, pensó en decirle la verdad. Decirle que se sentía más cerca de ella de lo que cualquier amigo debería. Pero algo dentro de él lo detuvo.
—Nada, solo estaba pensando. —respondió, restando importancia al asunto. No podía permitir que sus sentimientos afectaran lo que ya tenían.
"Estaban sentados juntos en la cafetería, y Alex sintió un impulso repentino. Las palabras estaban ahí, en la punta de su lengua. 'Camila, yo...' comenzó, pero al verla mirarlo con esa mezcla de curiosidad y confianza, el miedo lo paralizó. '¿Qué pasa?' preguntó ella. Alex negó con la cabeza, sonriendo débilmente. 'Nada, solo estaba pensando en algo.' Pero en su interior, sabía que había dejado pasar una oportunidad."
Una tarde, mientras estaban en la biblioteca, él la vio reírse con su compañero de clase, Tomás. Aunque no era una risa romántica ni mucho menos, el simple hecho de ver cómo ella interactuaba con él provocó una oleada de celos en Alex.
Intentó concentrarse en la tarea que tenían por delante, pero sus pensamientos seguían dando vueltas. La atracción por ella ya no era algo que pudiera ignorar. Todo lo que Alex quería era estar cerca de ella, sin tener que temerle a lo que sentía. Sin embargo, esa cercanía comenzaba a sentirse más como una carga que como un alivio.
—¿Te pasa algo, Alex? Estás muy distraído hoy —preguntó Camila, notando su silencio.
—No, es solo que estoy pensando en algunas cosas —respondió él, evitando su mirada. No podía decírselo. No podía arriesgarlo.
"Mientras caminaban por el parque después de clase, comenzó a llover de repente. Camila soltó una carcajada, dejando que las gotas la empaparan. 'Es solo agua', dijo, extendiendo los brazos. Alex la observó con incredulidad al principio, pero luego se unió. Rieron juntos, y por un instante, todo lo demás desapareció. 'En momentos como este, podría decirlo', pensó Alex. Pero no lo hizo."
Cuando Camila se despidió con una sonrisa despreocupada, Alex la observó alejarse. Sus pasos ligeros, sin las cadenas del miedo que él cargaba. Se quedó quieto por un momento, sintiendo que cada paso que ella daba lo alejaba más de la oportunidad de ser honesto. 'Algún día,' se prometió, 'tendré el valor de decirte quién soy realmente.' Pero ese día aún parecía muy lejano.
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A Tu Lado, Soy Yo
Novela Juvenil"Alex siempre ha vivido atrapado entre el miedo y el deseo de ser auténtico. En una relación que avanza rápidamente con Camila, la chica que le roba el corazón, Alex lucha por ocultar una parte de sí mismo que aún no está listo para revelar. Pero la...