Capítulo 2 "Regreso a la civilización"

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CAPÍTULO II

REGRESO A LA CIVILIZACIÓN

Llegó el miércoles por la mañana, tres días después del "supuesto" regreso del par de saiyan. La familia Son, compuesta por Milk, Gohan, Videl, Goten y Pan se dirigieron esa mañana hasta capsule corp., en busca de noticias del esposo, padre, suegro y abuelo Gokú. Pero Bulma, Trunks y Bra se encontraban en la misma situación.

- Ya no sé qué pensar... - sollozaba Bulma – conociendo a esos dos, es probable que se hayan matado...

- Mamá, tranquila – la calmaba Trunks

- Pues, existe la posibilidad de que Bulma tenga razón – meditó Gohan – después de todo, no es sorpresa para nadie que mi papá y Vegeta no se llevan nada bien

- Maldición – exclamó Goten – tal vez debimos acompañarlos....

- Siempre supe que era una mala idea ese viaje – dijo Gohan

- Mi papá y el señor Gokú deben estar bien – dijo Trunks

- No podemos estar seguros... - agregó Gohan

- Gokú... - lloriqueaba Milk

- ¡Mi abuelito no puede estar muerto! – exclamó Pan, nerviosa

- Mi papá tampoco – dijo Bra, decidida – mi papá es el príncipe de los saiyajin, no lo subestimes, mamá

- Bra tiene toda la razón.

Dos sombras emergieron desde la entrada principal: sí, se trataba de Gokú y Vegeta, que llegaron con sus trajes de entrenamiento completamente rasgados y sucios.

- Papá – exclamó Bra, abrazando efusivamente a su padre

- Vegeta – prosiguió Bulma, emocionada, abrazándolo y llenándole el rostro de besos

- Ya, no es para tanto – las regañó el príncipe

- ¡Abuelito! – sonrió Pan, corriendo a los brazos de Gokú

- ¡Gokú! – gritó Milk - ¿Se puede saber por qué llegas hoy, si se supone que regresarías hace tres días?

- Bueno, es que...

- Se nos pasó el tiempo, nada más – interrumpió Vegeta – no hay nada más que decir sobre eso ¿verdad, Kakarotto?

Vegeta le dio una mirada de complicidad al guerrero de clase baja, que a pesar del disimulo, no logró pasar inadvertida.

- Ah, claro, fue eso – agregó Gokú – bueno, ya es hora de irnos ¡Adiós!

La familia Son se retiró a su casa, mientras Bra se negaba a soltar a su padre.

- Bra, ya déjame – intentó zafarse

- Pero papi, te extrañé demasiado...

- Si, si lo sé. Pero ahora debo ir a darme una ducha – dijo, saliendo de la habitación – ah, Bulma... ¿por qué no vienes conmigo? – añadió maliciosamente

- Claro, estoy a tu disposición... - respondió con picardía

La pareja se fue directamente a su habitación, dejando a sus hijos allí.

- ¿Qué pasa, hermanito? ¿por qué no regañaste a mis papás por su evidente ducha sexual? – interrogó Bra

- ¿No lo notaste?

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