Capitulo 8 "El amor"

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CAPÍTULO VIII

EL AMOR

- ¡Mi Gokú! – lloraba Milk a todo pulmón

- No, no puede ser cierto... - sollozaba Pan – Mi abuelito no es así...

- ¡Acaso dudan de mí! – increpó Bra

- No, no se trata de eso, Bra – le dijo Goten, abrazándola – sólo es que es algo muy extraño, y difícil de asimilar

- ¿Asimilar? – habló Bulma, quien recién podía emitir palabras luego de la noticia

- ¡Mi Gokú! – volvía a llorar Milk

- Es suficiente – exclamó Bulma, decidida – Yo no me voy a quedar de brazos cruzados. No voy a permitir que Gokú me quite a MI Vegeta

- ¿Qué? – preguntó desconcertado Trunks, entrando a la habitación de su hermana menor – Mamá ¿De qué hablas? ¿Cómo puedes decir semejante cosa?

- Es cierto, hermano, yo los escuché – dijo, Bra

Bra volvía a narrar la historia, para que su hermano mayor pudiese enterarse de los acontecimientos.

- Esto debe ser un error – dijo Trunks – estoy seguro que se trata de otra cosa, dudo mucho que mi papá y el señor Gokú tengan esas... tendencias – agregó el joven, sonrojado – Mi papá va a enojarse mucho cuando le diga las tonterías que están pensando

- No se lo dirás – ordenó Bulma – mantendremos en secreto que sabemos la verdad

- ¿Y para qué?- preguntó el chico

- Porque primero vamos a averiguarlo todo. Sea como sea – enunció Bulma – No permitiré que me quiten a mi hombre. Necesito que prometas que no le dirás nada a Vegeta

- Está bien, mamá – acató el joven, resignado – lo prometo

- ¡Voy a luchar por él, y tú, Milk, deberías hacer lo mismo! – exclamó la mujer del cabello azul

Milk se secó las lágrimas, ante las miradas de asombro de los jóvenes.

- Tienes toda la razón, Bulma. Vamos a recuperar a nuestros maridos – señaló ella.

Ambas mujeres, entusiastas, salieron de la habitación, formulando varias ideas de planes. Los chicos se miraron, confundidos.

- Iré a preparar café – dijo Trunks

- Te acompaño – anunció Pan

Bra y Goten se quedaron solos en el cuarto de la chica.

- Goten – dijo ella, aun triste – quiero pedirte disculpas por la forma en la que te he tratado hasta ahora...

- No te preocupes... - sonrió el muchacho

- Es que... todo este tiempo, siempre te reproché tu forma de ser... siempre quise que fueras un poco parecido a... a mi papá...

La chica rompió a llorar. Él la abrazó.

- Ya te lo dije, no te preocupes. No importa lo que me digas, yo siempre voy a estar cuando me necesites ¿Y sabes por qué? - ella negó con la cabeza. Él continuó hablando – pues es muy simple; la razón es que te quiero, y mucho.

Se miraron fijamente a los ojos, y poco a poco, sus rostros se acercaron, hasta que por fin sus labios se juntaron en un tierno beso.

- Gracias por estar conmigo, Goten – sonrió Bra

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