Capítulo 5 "Los gritos"

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CAPÍTULO V

- ¡Cómo diablos pudiste! – me gritó ella furiosa, lanzándome todo lo que encontraba a su paso

- Estás exagerando, mujer – contesté, esquivando los objetos

- Claro que no, tú me prometiste que irías y no lo hiciste

- Se me hizo tarde...

- ¿Y haciendo qué? Si es que puede saberse...

- Eso es lo de menos – respondí, restándole importancia

- Además... además ¡Me fue horrible! – gritó, rompiendo en llanto

- Pero cómo, si eres una genio, y la mujer del príncipe de los saiyajin – alegué, indignado

- A los inversionistas no les gustó nada de los nuevos productos... tendremos que volver a reformular muchos de los proyectos... - lloraba

- Ya, cálmate – la abracé. Ella se dejó consolar – yo sé que puedes hacerlo bien, la opinión de esos insectos no es relevante – sonreí – si quieres puedo ir y golpearlos a todos.

- No es necesario – sonrió – Gracias por apoyarme tanto, e intentar subirme el ánimo.

- Sé perfectamente cómo subirte el ánimo – contesté, con una sonrisa malévola.

Llegamos al cuarto muy agitados, sin poder despegar nuestros cuerpos que a gritos pedían placer. La arrojé sobre la cama y de manera bestial comencé a quitarle el vestido a tirones. Ella estaba en ropa interior, mirando cómo me sacaba la camiseta y los pantalones, esperando que continuara mi labor, la cual yo feliz cumpliría. Me lancé sobre ella besándole el cuello mientras mis manos recorrían su cuerpo, entonces, de manera sorpresiva, se sintió una corriente de aire en medio de la habitación.

- ¡Gokú! – gritó ella

En un inicio no comprendí porqué mi mujer, en esa situación, gritaría el nombre de Kakarotto. Pero al sentir su Ki me quedó claro: él estaba allí.

Bulma tomó una manta y se cubrió, mientras Kakarotto se tapaba los ojos.

- Yo... no, no quería interrumpir esto, de verdad, lo siento... - se excusaba

- ¿Qué quieres? – pregunté

- Vegeta, podrías ponerte pantalones, me pone algo nervioso verte sólo en calzoncillos...

- ¿Qué quieres? – insistí, esta vez colocándome pantalones

- Es que, verás... necesitaba hablar contigo

- ¿Y no podías esperar hasta mañana? – le regañó Bulma

- No. Lo siento, en serio...

- Ya, deja de disculparte. Vamos a hablar a otra parte

- Vegeta, no puedes dejarme así – me dijo ella

- Bulma, tengo que hablar con Kakarotto

- ¿Y me podrías explicar desde cuando hablar con Gokú es más importante que hacer el amor con tu mujer?

Yo miré el suelo y Kakarotto el techo; ambos deseando desaparecer. Y claro, no dejaba de ser muy bochornoso que Bulma me dijera algo así y con público.

- Vamos Kakarotto – dije, caminado hacia la puerta

- Si te vas con él, no te molestes en volver – dijo ella, furiosa

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