Marina se debatía entre la tentación de volver a estar con Pablo y la necesidad de protegerse del dolor. Había pasado semanas en un torbellino de emociones, luchando contra los recuerdos y la confusión que le había dejado la visita inesperada de él. La noche en que Pablo le confesó que se había equivocado y que anhelaba una segunda oportunidad, Marina había sentido un destello de esperanza. Pero el miedo a ser herida otra vez la mantenía al margen, haciendo que su corazón latiera de manera desigual.Esa tarde, Marina se sentó en la terraza de su apartamento, observando el cielo gris y el vaivén de las hojas en los árboles. Su mente estaba llena de preguntas que no podía responder. "¿Realmente ha cambiado? ¿Puedo confiar en él otra vez?" Las palabras de Jessica resonaban en su cabeza.
—Haz lo que sientas que es mejor para ti. Pero no olvides que tienes que protegerte primero. Si vuelves con él, asegúrate de que estés segura de que realmente ha cambiado.
Jessica había sido su voz de razón, la que le había ayudado a tomar decisiones cuando todo a su alrededor se desmoronaba. Pero ahora, Marina tambaleaba en la cuerda floja de sus propios sentimientos. El sonido de un mensaje en su teléfono la sacó de su introspección. Era un mensaje de Pablo.
—¿Marina? Espero que esté bien. Necesito verte. Por favor.
El corazon de Marina se aceleró al leerlo, y su mente se llenó de incertidumbre. Decidió que necesitaba hablar con alguien antes de tomar cualquier decisión. Se levantó de la silla y marcó el número de Jessica. Después de algunos tonos, su amiga contestó.
—Marina, ¿todo bien?
—Jessica, él está aquí otra vez. ¿Qué hago?
El silencio al otro lado de la línea fue breve, pero suficiente para que Marina sintiera el peso de la incertidumbre. Jessica le había dicho que se protegiera, pero la esperanza que sentía por dentro era como una luz que no podía apagar.
—Escúchalo , Marina, lo que decidas, yo esté aquí para ti. Solo recuerda que tu felicidad importa más que nada.
Las palabras de Jessica la confortaron, pero no resolvía la tormenta que tenía en su corazón. Marina miró el mensaje otra vez y, sin pensarlo mucho, comenzó a escribir una respuesta.
—Pablo, podemos hablar. Pero esta vez, necesito saber que eres sincero.
El tiempo se detuvo mientras esperaba su respuesta, y aunque su corazón anhelaba la promesa de un futuro juntos, la realidad de la traición y el dolor pasado la mantenía alerta, lista para protegerse de nuevo si era necesario.
El destino, sin embargo, tena una jugada inesperada para Marina, una que cambiaría todo lo que había planeado.
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después es nunca
Romancela primera vez que dos amigas se enamoraron de dos chicos incorrectos... The 1 - Taylor Swift