Los días transcurrían entre risas compartidas y momentos cada vez más cálidos entre las parejas que se habían formado casi de manera espontánea. Jessica y Fabián, por un lado, parecían entenderse a un nivel que sorprendía incluso a ellos mismos, mientras que Marina y Pablo disfrutaban de una conexión desenfadada pero cargada de significado.Una tarde, mientras caminaban los cuatro por el centro de la ciudad, Fabián propuso ir a un café nuevo que había descubierto. El lugar tenía un ambiente acogedor, con luces cálidas y una suave música de fondo. Se sentaron en una mesa junto a una gran ventana que daba a la calle. La conversación fluyó con naturalidad, aunque era evidente que las parejas estaban cada vez más en sintonía.
—Entonces, Fabián, ¿cuándo nos vas a mostrar esas fotos que tanto mencionas? —preguntó Pablo, lanzándole una sonrisa cómplice.
Jessica rápidamente se interesó.
—¿Fotos? ¡No sabía que eras fotógrafo!
Fabián, algo apenado, se pasó una mano por el cabello.
—Bueno, no soy profesional ni nada por el estilo. Pero me gusta capturar momentos, sobre todo paisajes y cosas cotidianas.
Marina, que había estado escuchando en silencio, se inclinó hacia él con curiosidad.
—Me encantaría ver tu perspectiva. A veces las fotos dicen mucho más de lo que uno cree.
Fabián asintió y prometió mostrarles algunas la próxima vez. La charla derivó entonces hacia otros temas, pero Jessica notó algo en su mirada. Había una pasión en él que aún no había explorado por completo, y eso la intrigaba.
Por otro lado, Pablo había estado organizando una sorpresa para Marina. Sabía de su interés por la astronomía, así que había reservado una visita nocturna a un observatorio local. Cuando finalmente se lo contó, la expresión de alegría en el rostro de Marina fue todo lo que necesitaba para confirmar que había acertado.
—¿De verdad? ¡Siempre quise ir a uno! —dijo ella, emocionada.
—Claro, pero tendrás que aguantar mis preguntas tontas sobre las estrellas —bromeó él.
Marina sonrió, segura de que esa noche sería especial.
**Las primeras diferencias**
Aunque todo parecía ir sobre ruedas, las diferencias en las personalidades comenzaron a hacerse evidentes. Jessica, siempre enérgica y directa, a veces chocaba con la naturaleza reflexiva y pausada de Fabián. Una tarde, mientras caminaban juntos por el parque, ella sugirió:
—¿Por qué no vamos a ese festival de música este fin de semana? Será increíble.
Fabián se detuvo un momento, pensativo.
—No sé, Jess. Es que prefiero algo más tranquilo. Tal vez podríamos hacer una escapada a las montañas.
Jessica suspiró, intentando no frustrarse.
—Siempre tan tranquilo. A veces deberías atreverte a algo diferente.
Por su parte, Marina también empezó a notar ciertos matices en Pablo. Aunque le encantaba su sentido del humor, a veces desearía que él se tomara las cosas con más seriedad. Durante una charla sobre sus metas a futuro, Pablo bromeó:
—Bueno, mi plan es conquistar el mundo... o abrir una taquería, lo que venga primero.
Marina levantó una ceja.
—Hablo en serio, Pablo. ¿Qué quieres lograr en la vida?
Él sonrió, pero al ver su expresión, adoptó un tono más reflexivo.
—Tienes razón. A veces no pienso mucho en eso, pero creo que quiero encontrar algo que me apasione de verdad. Todavía estoy buscando.
A pesar de estos momentos, las relaciones seguían floreciendo. Cada uno encontraba en el otro algo que lo completaba, algo que lo desafiaba a salir de su zona de confort. Sin embargo, las diferencias también plantaron las primeras semillas de duda, dejando entrever que, a pesar de la conexión, el camino no sería tan sencillo como habían imaginado.
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después es nunca
Romansala primera vez que dos amigas se enamoraron de dos chicos incorrectos... The 1 - Taylor Swift